Las necesidades económicas y el nuevo horizonte político, podrían estimular que inversores peninsulares, y extranjeros se animaran a invertir y desarrollar el puerto, encontrarían la ayuda y reconocimiento, que se les negó a otros inversores por la anterior corporación
Estaría el pueblo con los emprendedores, que se atrevan en este momento económico a iniciar proyectos, hoteleros, residencial, y de servicios o les darían la espalda como sucedió, a otros emprendedores, con el grave perjuicio para todos.