Hace unos días tuve que ir a Urgencias del Hospital General de La Palma, en cuya sala de espera tuve tiempo de sobra en observar y “sufrir” algunas cosas:
En primer lugar, la sala durante de las cuatro horas que estuve allí estuvo continuamente llena de gente, con todos los asientos ocupados más cuatro o cinco personas de pie (yo una de ellas). En este tiempo, llegaron al menos tres ambulancias, atendían a unos, llegaban otros…, pero siempre la misma escena, con todos los asientos ocupados, y varias personas de pie.
Me pregunto cómo es posible que un hospital como el que tenemos en la isla tenga una sala de espera de urgencias tan pequeña. Me gustaría llamar la atención desde aquí a los políticos y a los responsables del hospital para que solventen esta situación y que por lo menos, mientras continuemos con esta sala (que supongo que será mucho tiempo), pongan al menos carteles en la misma indicando la preferencia de los asientos para los pacientes, ya que la situación que vi era de vergüenza, llegó gente con niños pequeños en brazos, y personas mayores que a simple vista se notaba que no se encontraban bien, y nadie era capaz de levantarse para cederles el asiento, mientras que sentadas había gente de todas las edades, muchos de ellos familiares de enfermos a los que estaban atendiendo dentro.
Sentí indignación y vergüenza ajena. Parece que además de la crisis financiera, también hay otra crisis aún más difícil de solucionar, la humanitaria, ya no lo digo siquiera por la educación.