¿ No deberíamos manifestamos también contra la muerte, maltrato y explotación de millones de niños en el tercer mundo? Si somos tan sensibles a la vida y a los niños, ¿no deberíamos preocuparnos mucho más por esa vergonzosa lacra de la Humanidad, que toleramos mirando hacia otro lado?
Si defendemos la vida, y por sentido común, también deberíamos oponernos a la pena de muerte, a la tortura institucional, al racismo, al sexismo, a la explotación de las personas, a la extinción de las especies, etc. En un sentido más amplio y menos politizado, también yo digo SÍ A LA VIDA.