Ya le pusieron nombre a la Playa.

Año 2035, amanece en Santa Cruz de La Palma mientras un abuelo y su nieta pasean tranquilamente por la Playa de la Jaqueca. Las olas peinaban la arena formando cúmulos de espuma que acariciaban sus pies, y como cada fin de semana desde el año 2015, aquellos paseos matutinos eran el comienzo de amenas conversaciones en las que se hablaba de todo. Sin embargo, por muy interesante que fuese el tema del que estuviesen tratando, siempre terminaban hablando de las obras de la playa.
Ella, Ingeniera como su abuelo (este último realizó un cursillo de 15 días sobre obras marítimas, y debido a un error informático le tramitaron el título de ingeniero), había escuchado miles de veces la misma historia, pero aún así le seguía la corriente, consciente de que a su abuelo le encantaba contar esa historia.
_ ¿Ves ese espigón Sur de allí?_ preguntó el abuelo.
_ sí_ respondió ella tras mirar un largo espigón que sobresalía varios metros de la superficie.
_ Pues ese espigón lo construyeron gracias a mí, ya que el Proyecto original no lo contemplaba.
_ ¿Sí abuelo?_ respondió ella simulando sorpresa_. Pero, ¿tú no llegaste a trabajar en esa obra verdad?.
_ No mi niña, pero por aquella época yo era una persona muy influyente en la ciudad, y por todos era conocida mi amplia experiencia en este tipo de obras. Hasta tal punto que el Director de Obra aceptó varias de mis sugerencias sobre algunos detalles técnicos que no terminaba de resolver.
_ Pero, ¿te llamó para preguntarte abuelo?.
_ No, pero lo sé porque un amigo que tenemos en común me comentó que cada vez que tenía una duda consultaba mis hilos en el apurón.com.
_ ¿Y por aquel entonces ya existía el apurón?.
_ Pues sí, y allí me consideraban una eminencia. Mi táctica para hacer valer mis opiniones era atiborrarles de información hasta que me diesen la razón por agotamiento, y si alguno no lo hacía le faltaba al respeto sutilmente. Detrás de todas mis propuestas había un tema común y recurrente, las catástrofes naturales. Olas que arrasaban la avenida marítima, barrancos de lodo que sepultaban la ciudad, colectores que bombeaban mierda hasta dentro de las viviendas, etc.
_ Entonces abuelo, ¿eras como una especie de Luis Morera de las obras civiles?.
_ Pues podríamos decir que sí mi niña. Un hombre del renacimiento, que lo mismo te pinto un cuadro que te recito un verso.