Nuestra cabeza debería ir por un derrotero distinto al que nos dicta nuestro bolsillo…Cada vez es más difícil competir porque no queda apenas margen comercial que reducir…Cuanto más barato compramos, más puestos de trabajo destruimos, y cuánto más nos empobrecemos, más nos tiene que cundir nuestro dinero…
COMPRAR BARATO es pan para hoy y hambre para mañana. Comprar barato es una espiral destructiva, y además es una estructura IMPOSIBLE de mantener… y todas estas empresas que venden tan barato terminan cayendo, pero eso sí, arrasando antes con todo el comercio que sí podría mantenerse a largo plazo…
NO al consumismo que destruye nuestro entorno, el mismo entorno que debería dar empleo a nuestros hijos; no compremos a un precio al que nosotros en nuestro ámbito, no podríamos producir… ¿es esto una utopía?
AlbertoManuel
Pero claro: en nuestra cultura valoramos más al vendedor que vende barato sin importar la calidad que al productor que incluso aveces regala su producto aún siendo de máxima calidad.
Por ejemplo: seguimos haciendo políticas para hacer que el vino peninsular cueste menos que el insular, ¿Qué decir de la leche, el queso, la carne?….
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apurando
Gracias, Grisa, le felicito. Ha plateado un tema muy, muy, muy interesante: Al comprar estamos votando, estamos decidiendo qué producimos, cómo lo producimos y a qué tipo de trabajo y sociedad pueden aspirar nuestros hijos.
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