Muchos somos los que disponemos de algún terrenito heredado o no, en el que nos gustaría construirnos una casita para crear una unidad familiar, esto además de mejorar las arcas municipales crearía puestos de trabajo, terrenos que lindan con carreteras asfaltadas con servicios públicos y con casas que antiguamente se construyeron ilegalmente y hoy en día legalizadas, pero no podemos, muchos somos, pero los que hacen las leyes no quieren un progreso de la isla, no quieren que se creen puestos de trabajo… porque seguramente ya tienen su casita…. ¿No se debería estudiar cada caso individualmente y si cumple con las condiciones medioambientales poder aceptar el tramite?
EstudianteUni
Y mas que se deberia proteger y tirar abajo toda construccion ilegal sin posibilidad de legalizacion y con multas altisimas.
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Antares
Ay, ay, ay, el día que se acaben los plátanos, los palmeros veremos las cosas de manera diferente. A la fuerza ahorcan.
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GALVA
Protegida?…Pues claro,y aun lo deberia estar MAS…
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Chester
Y mas se debería de controlar, yo a esos palmeros que siguen manteniendo con esos "terrenitos heredados" sobre todo en medianías y zonas de monte les tengo miedo, porque aquí muchos son capaces de hacer cualquier cosa y destrozar bosque y vegetación para hacerse una bodega para los fines de semana.
Yo también opino lo mismo que sippel, aquí hay muchos palmeros con varias propiedades, y algunos las tienen vacias y solo las usan para pasar el fin de semana o azar un cochino. Si por mi fuera expropiaba todos esos palmeros todas esas casas de mas y a cederlas o venderlas a gente que las necesiten de verdad.
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MONTE
Si, antes en cualquier terrenito montabas una casa con 4 bloques y luego a los 4 años legalizabas el tinglado. Afortunadamente ahora está más controlado el tema. Siempre tiene la opción de alquilar o comprar una casa y si el terreno es rústico, y tiene agua, cultivar.
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CASPER
A mí también me parece que las cosas se podrían hacer mejor. Uno de los aspectos que me parecen mejorables es lo de la parcelación mínima de 20.000 m² en suelo rústico que comenta Antares. Es decir, que salvo excepciones, hoy en día no se pueden subdividir las parcelas que den como resultado otras parcelas de menos de 10.000 m² en suelo rústico. Estamos en las islas Canarias, donde no son habituales esos grandes latifundios que sí se pueden ver en Andalucía por ejemplo.
Es verdad que por lo general, una extensión grande de terreno suele tener más probabilidades de que su propietario se anime a sacarle rendimiento, al contrario que si se tratase de un terreno pequeño. Por eso es entendible que se quiera terminar con las típicas herencias de antaño, en las que un padre/madre podía dividir la finca que había trabajado toda su vida para darle un pedacito de 1.000 metros o menos a cada uno de sus seis o siete hijos. El resultado de estas divisiones tan exageradas son las miniparcelas que tenemos hoy en día en los suelos rústicos. Algunas de sólo 400 metros cuadrados, otras de 600, etc. y claro, muchos de los herederos no se animan a explotarlas, una veces porque no les motiva demasiado, ya que no les reportará suficientes beneficios y otras porque los distintos planeamientos les impiden implantar en ellos cualquier tipo de construcción (con toda la razón del mundo). Todo esto ha influido en que hoy en día no haya tantos terrenos cultivados como nos gustaría, sobre todo en las medianías.
También se estilaba mucho aquello de repartir los terrenos de forma salteada. Es decir, si la parcela estaba cultivada de plátanos y estos se asentaban sobre distintos canteros por estar sobre una ladera, para que ninguno de los hijos se sintiese agraviado y pudiese pensar que los canteros que había heredado estaban más lejos del descargadero (o de la carretera) que los que le habían tocado a su hermano, se solían repartir de forma alterna. El primero, tercero y quinto para uno y el segundo, el cuarto y el sexto para el otro, y cuando estos herederos llegaban a la vejez y a su vez se disponían a repartir, el resultado eran muchos más minifundios y más riesgo de que esos terrenos terminen abandonados.
Otra cuestión que me parece mejorable son las restricciones a la hora de rehabilitar viviendas en los suelos rústicos. A excepción del periodo comprendido entre el 2009 y el 2013, en la que la ley de medidas urgentes 6/2009 incorporó la posibilidad de reconstruir inmuebles con cierto valor etnográfico aunque estuviesen en situación legal de fuera de ordenación, a pesar de que esos inmuebles tuviesen graves desperfectos y no fuesen habitables, (hoy en día está derogado el artículo que abría esa posibilidad), desde siempre han habido muchas trabas para quienes quieran reconstruir, que no rehabilitar, un inmueble en suelo rústico.
Creo que habría que incorporar nuevamente ese artículo y dar una posibilidad a esos cientos de inmuebles que hoy en día, ni son declarados ruina ni se dejan rehabilitar o reconstruir. Algunos de ellos llevan más de medio siglo deteriorando el paisaje a pesar de que sus propietarios quieren sacarles partido. Recuperar gran parte de esos inmuebles (bajo el criterio de los técnicos que serán quienes designen qué inmuebles tienen interés etnográfico y cuales no, por tener relación con la arquitectura tradicional canaria), a pesar de que estén en situación de fuera de ordenación por estar implantados en suelo rústico, contribuiría a dinamizar la economía local, no sólo por lo que significan las labores de rehabilitación en sí, sino también porque ese uso residencial en suelo rústico (que en principio no está permitido) también suele estar ligado a otros usos más tradicionales y sí permitidos como la agricultura y la ganadería o también el de turismo rural.
Cuando hablo de suelos rústicos me refiero sobre todo a los de protección agraria, que son la mayoría de los que tenemos en las zonas de medianías y costa. Dejo a un lado otros suelos con mucho mayor grado de protección.
Un buen planeamiento urbanístico podría generar riqueza entre los propios palmeros si se hace bien, pero a veces da la impresión de que todo este potencial se desaprovecha para meter con calzador otras actividades que sólo dejan puestos de trabajo de bajísima calidad y cuyos beneficios se van lejos de la isla. Hablo ahora de los grandes turoperadores hoteleros y de los campogolferos que se quiere "invitar" con el planeamiento que tenemos ahora.
¿Quién se imagina a Suiza o de Austria sin sus típicas viviendas en el medio rural?, casi todas ellas ligadas a otros usos, no sólo el residencial, como el ganadero o agrícola. En La Palma no podemos construir más viviendas en el medio rural, pero me parece que dar alguna facilidad más para reconstruir algunas de las que ya existen sí, evitando las picardías y siendo exigente con los materiales y el estilos propios de nuestra arquitectura.
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sippel
En La Palma hay más casas que habitantes. Esta muy bien que no dejan construir más.
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Antares
La Palma, aparte de la servidumbre administrativa del Parque Nacional de La Caldera de Taburiente constituida en los años cincuenta, tiene varios espacios naturales creados por la Comunidad Autónoma a los largo de treinta y tantos años -ojo, y los planes de ordenación a los distintos niveles administrativos- que suponen en estas isla, que no en otras curiosamente, una auténtica losa jurídica.
Además, los funcionarios que deberían estar sometidos al Estatuto de los Trabajadores para poder hacer con ellos como con los cesantes en las novelas de don Benito Pérez Galdós, no ayudan mucho y si tienen una duda siempre dicen: "No".
¿ Soluciones ?, pues modificación de la Ley de Espacios Naturales, volver a la parcelación mínima de 5.000 ó 6.000 metros cuadrados (Una fanega, más o menos) en suelos rústico y no los 20.000 metros cuadrados de ahora. Ah, y no vote a los partidos establecidos. Podemos, incluido.
Está jodida la cosa.
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