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Tazacorte ¿Qué pasa con mi pueblo?

¿Qué pasa con mi pueblo? Tazacorte

Me sorprende la cantidad de intervenciones que ocasiona en este periódico cualquier noticia sobre Tazacorte, no son la mayoría, comentarios u opiniones sobre lo publicado si no, al contrario, la mayoría son sólo descalificaciones, se comienza por descalificar a los políticos y terminan en una especie de gresca personal entre los intervinientes, más grave aún si cabe si suponemos que no se conocen ¿O sí? Ha sido esto que constato continuamente lo que me da pie para intentar una reflexión.
Era Tazacorte un pueblo pobre, laborioso, culto y tolerante que siempre supo unirse cuando las circunstancias lo requerían para luchar por sus derechos, en el imaginario popular está la “lucha” por hacer el cementerio entre las gentes del puerto y las del pueblo (el mar y la tierra, las dos caras del pueblo) o la emprendida para conseguir la segregación de Los Llanos de Aridane, por nombrar sólo dos ejemplos.
Hoy sigue siendo igual de pobre o más pobre aún, laborioso no lo diría una persona que cualquier mañana entrara en el pueblo y viera a sus jóvenes y no tan jóvenes sentados en la plaza o en la escalera del ayuntamiento (forzados por la necesidad al no haber trabajo) culto y tolerante, lo dudo por los motivos que reflexiono.
Hablo ahora de los años 60 y 70, Tazacorte se podría decir que era un pueblo próspero alrededor de la economía que movía la actividad platanera, tenía almacenes de empaquetado, talleres mecánicos, carpinterías, comercios, panadería propia, un equipo de lucha, un equipo de futbol, etc., y lógicamente había bares, quizás más de los estrictamente necesarios. La fiesta de San Miguel era esperada por vecinos y palmeros en general, sus carrozas tenían fama en la isla (yo sigo sin verlas tan bonitas en las fiestas de los pueblos a las que he ido en otras islas) y que decir de los Caballos Fufos, los carnavales atraían gente de los pueblos vecinos, la Peña de la Alegría era el alma mater junto con la Murga Los Ni Ton Ni Son… ¿para qué seguir recordando las cosas que tenía y ahora perdidas?
Y por debajo de toda esta actividad había otra actividad menos conocida, no por secreta, me refiero a las ideas, ideas políticas, sobretodo comunista, porque mi pueblo siempre ha tenido fama de “rojo” y también había de “los otros” pero había una convivencia cordial ignorándose mutuamente.
Había discrepancias y discusiones, claro que sí, pero las más importantes eran los domingos por la tarde en La Cueva oyendo por la radio los partidos de futbol y sobre aquella mano de Gento que “vieron” los del Atlético y los del Madrid no, el licor de café tiene esas cosas, que los partidos “se vieran” por la radio porque esa era la expresión “lo viste” aunque sólo lo hubieran oído.
Quisiera hacer un comentario a las “veladas nocturnas” en La Pérgola de la plaza, no es que fuera algo organizado, se iba a reposar la cena (en aquel tiempo la TV era casi inexistente) y se empezaba charlando sobre los rumores del pueblo, de futbol, de mujeres (porque aquello era sólo un club de hombres) pero invariablemente se terminaba hablando de lo de siempre “política” y aunque había en ocasiones diferencias de opinión, no eran muchas, porque en aquellos tiempos los que hablaban de política era para fabular sobre qué pasaría cuando muriera Franco, lógicamente quienes tenían las ideas más claras eran los clandestinos del PCE (que todo el mundo sabía quienes eran) y fueron ellos los que iniciaron lo que llegaría a ser lo que ahora es UB, que no es siquiera un pálido reflejo de aquellas ideas tolerantes de unos hombres que vivieron muchos de ellos la represión franquista en sus carnes y no pensaban en tomar venganza sino en cambiar su pueblo ¿qué queda de aquello en la actual UB? En aquellos días yo sólo era un preadolescente que se dejaba caer por allí hasta una hora prudencial y que cuando llegó el tan ansiado acontecimiento no se cómo se vivió en el pueblo porque estaba ya viviendo fuera.
Se dice que cuando se desea algo hay que saber cómo se pide y los bagañetes no supimos pedir. Pedíamos democracia, libertad y ¿qué hicimos con ella cuando la tuvimos?
No supimos administrar la nueva libertad y llevamos el pueblo al estado de postración en el que se encuentra actualmente y no sólo por el resultado de la crisis económica, se ha fomentado, por parte de sus gobernantes sucesivos, la división de los vecinos en posiciones irreconciliables, en la falta de tolerancia para las ideas diferentes, en el estado constante de crispación que se palpa en sus calles, en la falta de diálogo para los proyectos que necesita el pueblo, en el boicot continuo a las ideas de los otros, Etc. Etc. Ya sabemos lo que dice la sabiduría popular “pueblo pequeño, infierno grande”
Siendo como es un pueblo también de pescadores tendría que haber aprendido que para avanzar hay que bogar todos juntos y a la vez, en la misma dirección y en el mismo sentido.
Por todas estas impresiones dudo que actualmente mi pueblo sea un pueblo culto.
No es ni historia ni cuento, sólo una reflexión para que intentemos, al menos aquí, en El Apurón, cuando escribimos, ser tolerantes con la opinión ajena (no todos tienen que pensar igual que nosotros) argumentar la nuestra sin insultar, sin descalificar, es mejor no escribir que hacerlo para ofender, el insulto sin sentido sólo descalifica a quien lo hace.

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