PROPUESTAS

Nm, mi estimado, en sus escritos anteriores, sobre ese siempre oscuro y controvertido tema de la religión o religiones y como no, sobre el tema del empleo de sustancias alucinógenas o no tanto, siempre ha existido también un uso casi muy exclusivo de los sacerdotes y chamanes, o lo que es igual, charlatanes de pacotilla, analfabetos, en cuanto a cualquier conocimiento sobre un suceso físico o causal, de comportamientos físicos, meteorológicos, etc, y cuantos en su beneficio hacían suyos. Al pueblo les estaban prohibidas, ya que de hacer uso de ellas estarían a la misma altura de sus sacerdotes y eso no era bueno, en visiones, avistamientos de deidades, la recepción de sus mensajes divinos, y las voces de esas figuras con poder y ordenamiento de consignas de cómo debían desarrollarse los acontecimientos futuros, en evitación de el enfurecimiento del correspondiente dios.

A día de hoy, el uso de ciertas plantas, que algunos conocen muy bien, sigue presidiendo las ceremonias, e insisto, es curioso que solo el chamán de turno es quien se pone morado y quien habla, es el portavoz en trance, mensajero de ordenes superiores. Esto lo vemos en comunidades o sigamos llamándolas tribus, con escasas relaciones sociales con la actualidad. A veces ya no tan apartadas de la ¿Civilización?

No deja de hacerme sonreír, estimado nm, sus diatribas, sus rebuscados temas, donde parece que Jesús fue o ¿es? un habitante de “Buracas” y que conoce a la perfección el uso del THC con sus excipientes, el aceite y otros soportes, para albergar y conservar su formulación milagrosa para enderezar esos huesos torcidos (no lo creo), ni tantos males, solo hasta que dure el efecto, y vuelta a las fricciones con ese “Bálsamo del Perú” o el “Ungüento del Bigotudo”, que para esos resultados son completamente iguales.

Esos históricos relatos parecen más bien estar amarillentos ya por la recurrencia a la que tiramos para justificar esos actos de Jesús que tanto hablan las escrituras. Más bien tenemos amplios conocimientos sobre tiempos aún más remotos que los propios de su época, pero aún así, no me pronuncio, ya que siempre se trata de una cuestión de fe. Los cristianos ante una adversidad, es como si hubiesen recibido tratamiento psicológico ó psiquiátrico, una preparación, entreno, todo se lo toman apaciblemente a las terribles desgracias que le puedan sobrevenir, siempre comentan lo mismo : “El Señor lo ha querido así”. Para un ciudadano de a pie, ateo, se hundiría en un profundo pesar, que probablemente tardará muchísimo tiempo en reponerse. Es curioso lo que obra la fe en su Dios omnipresente y que todo lo sabe. ¿Quién osa quitarle de su profunda fe ciega en que existe ese ser sobrenatural que marca sus designios y su vida? Que le ha prometido la resurrección de la carne, (algo difícil), yo no. Si es feliz y su sufrimiento le exime de consulta especializada para sobrellevar su pesadumbre, le dejaría tal cual. Aunque en el fondo piense que es un completo error el pensar así, ya que no puede demostrar nada, pero aún así no hay quien le haga cambiar de opinión, reflexionar, meditar. Creo es más fácil aceptar su fe, que renunciar, pues seguro es que reconocería traerle mayor sufrimiento que aceptar a un ser superior que marca su destino y habrá que aceptarlo para estar sentado a la derecha también del Padre.

Nm, el THC, y otras sustancias que conocemos creo no aportan nada, y menos nuevo a lo que ha sido la historia, durante milenios, y que a día de hoy continúan igual.

Pues leñes, se me ha ido el “santo al cielo”, total, poco he comentado, al menos de lo que tenía pensado, y debe ser la Tanqueray, que no deja de ser otra sustancia que afloja las lenguas, facilita el diálogo, desinhibe y es de libre dispensación…

Cordiales saludos