Debido a este sainete político y aprovechando esta ventana de libertad que nos brinda este digital del APURON.COM., sería buena oportunidad para todos, cumpliendo la normas y respetando la leyes, poder expresar nuestras opiniones al respecto, sobre la investidura del nuevo presidente del gobierno de España.
Marta71
LA PRÁCTICA DEL SURYA NAMASKAR (“SALUDOS AL SOL”) Y EL PRANAYAMA KAPALBHATI (RESPIRACIÓN ABDOMINAL) SON DOS DE LAS DIFERENTES TÉCNICAS QUE EL YOGA BRINDA PARA LA PÉRDIDA DE PESO. ADEMÁS, CON EL TIEMPO, LOS PRACTICANTES TIENDEN A VOLVERSE MÁS SENSIBLES ACERCA DE LA CLASE DE ALIMENTOS QUE CONSUMEN Y EL MOMENTO ADECUADO PARA HACERLO. ESTO TAMBIÉN AYUDA A MANTENER UN CONTROL DEL PESO.
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Martelero
Así Galva que un “colega químico”… lo llamarás químico porqué es el que te surte de ciertas sustancias, no por la titulación supongo. ¡Jo jo jo!
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GALVA
SALUDOS JOSE LUIS….
Recuerde que ellos nunca disfrutan; su vida flota en una laguna negra de odio…….
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GALVA
claro que SÍ, y un cloega quimico me ha dicho que es LEJIA….
POTABILIZADOR DE ALJIBES…..
¿ES EL VEGANISMO RESPONSABLE CON EL AMBIENTE?
Por qué es imposible ser vegetariano (y su superioridad moral es tramposa)
No existe el desarrollo humano con impacto ambiental cero. Necesariamente, para que nosotros vivamos, otras formas de vida tienen que morir
Foto: Ser vegano es una decisión totalmente respetable, pero ¿tenemos claro por qué la tomamos? (iStock)
Ser vegano es una decisión totalmente respetable, pero ¿tenemos claro por qué la tomamos? (iStock)
Por Miguel Ayuso
19/05/2016 – 19:14 Actualizado: 18/06/2016 – 18:10
“¿Sabes cómo distinguir a un vegetariano en una fiesta? No te preocupes, ya se encargará él de decirlo en cuanto entre por la puerta”. Chiste anónimo. Hay muchas razones para hacerse vegetariano o, mejor, vegano. Es evidente que comemos más carne de la que deberíamos, algo que no es solo es malo para la salud, sino también para el medio ambiente. No es menos cierto que los animales domésticos son maltratados en granjas donde apenas pueden moverse, para que engorden cuanto antes y lleguen a nuestros supermercados al menor coste posible. Pero ¿puede un vegetariano afirmar que no contribuye a la muerte de animales? La respuesta es: no. Son muchos los biólogos y filósofos que han abordado este peliagudo dilema que siempre llega a una conclusión imposible de rebatir: no existe el desarrollo humano con impacto ambiental cero. Necesariamente, para que nosotros vivamos, otras formas de vida tienen que morir, y aunque solo nos alimentáramos de vegetales, infinidad de animales sucumbirían debido a ello.
Incluso aquellos que asumen que subsisten únicamente con una dieta vegetal realmente están comiendo también animales Como explica en ‘The Conversation’ Andrew Smith, profesor de filosofía en la Drexel University y antiguo vegano, las plantas constituyen la base de la cadena trófica. Obviamente, todos los animales necesitan comer vegentales para sobrevivir pues, a diferencia de estos, pueden sintetizar su propia comida. Lo que no solemos plantearnos es que las plantas también necesitan comerse a los animales. En su nuevo libro, ‘A critique of the moral defense of vegetarianism’ (Palgrave Macmillan), Smith llama a este proceso la “transitividad de la comida”. La cadena trófica es, por definición, transitiva, pues se cumple la norma básica de esta propiedad matemática: siempre que un elemento se relaciona con otro y éste último con un tercero, entonces el primero se relaciona con el tercero. “Cómo vive y muere nuestra comida importa”, explica Smith. “Si somos lo que comemos, nuestra comida es lo que come nuestra comida. Las plantas adquieren los nutrientes del suelo, que está compuesto, entre otras cosas, de animales y plantas descompuestas. Así que incluso aquellos que asumen que subsisten únicamente con una dieta vegetal realmente están comiendo también animales”. Es por esto que Smith asegura que es imposible ser vegetariano. A algunos esto les parecerá una verdad como un templo, a otros, una digresión filosófica sin demasiada enjundia. Pero hay más argumentos para pensar que, aunque seas vegano, contribuyes directamente al deceso de animales.
Doméstico vs. salvaje
El pasado año, Claudio Bertonatti, un reputado naturalista argentino, publicó un artículo en la revista ‘Noticias Agropecuarias’ que causó una enorme polémica en los círculos veganos. En su texto, ‘La confusión del veganismo’, aseguraba como Smith que, debido a los fundamentos mismos de la ecología, es imposible ser vegetariano. Pero iba un paso más allá: en su opinión una dieta vegetariana puede ser incluso peor para los animales que una omnívora. “Visiten un campo ganadero y otro agrícola en una misma región y anoten la diversidad de formas de vida que ven en cada uno de ellos”, proponía Bertonatti. “El resultado será inequívoco: un cultivo (soja, trigo, maíz o arroz, para mencionar los más extendidos) no convive con mucho más que sí mismo. Incluso sucede con la huerta más orgánica del mundo. Las especies animales no solo no son bienvenidas sino que en los cultivos no orgánicos (la mayoría) son combatidas con biocidas o agrotóxicos (venenos), cuando no, tiros u otras formas de lucha para evitar la presencia de predadores que ocasionan daños y pérdidas económicas”. Ni siquiera está tan claro que las plantas no tengan capacidad de sentir, que es el principal motivo por el que los veganos deciden no comer animales Hay, claro, una diferencia fundamental entre la muerte de los animales que impiden el correcto desarrollo de un cultivo y aquellos que sacrificamos en una explotación ganadera. “No se matan puntualmente los animales domésticos a consumir (para los que hay una sensibilidad más desarrollada), sino una enorme cantidad de animales de una gran diversidad de especies silvestres: desde invertebrados hasta peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos”, continuaba Bertonatti. “Estos impactos se tornan ‘invisibles’ a la distancia de una gran ciudad y en consecuencia son poco emotivos. Y lo que no emociona no es evocado”. Pero ¿acaso tiene más derechos una vaca que una nutria? En realidad, como apuntaba el naturalista argentino, las especies silvestres son mucho más vulnerables: si se extinguen no tienen reposición. Y a lo largo de la historia del hombre ha sido la expansión de las tierras cultivadas la que, junto a la caza indiscriminada (y, a menudo, de su mano), ha sido responsable de la desaparición de numerosas especies. Ni siquiera está tan claro que las plantas no tengan capacidad de sentir, que es el principal motivo por el que los veganos deciden no comer animales –a este respecto es de lectura obligada este artículo de Michael Pollan–. Muchas veces establecemos una relación entre veganismo y ecologismo que es más falsa que un billete de 60 euros. Como apunta Smith, la huella de carbono de tu café colombiano puede ser mucho mayor que la de un pollo y las almendras de tu aperitivo, cuyo cultivo consume muchísima agua, pueden contribuir más que una explotación ganadera a la desertificación. Todo esto no quiere decir, obviamente, que comer carne sea mejor para el planeta que no hacerlo (en general, sucede lo contrario). Pero sí pone sobre la mesa un importante debate: quizás la forma de alimentación más responsable no tenga nada que ver con ser vegano.
Hacia un nuevo modelo alimenticio
“Veamos nuestra relación con la comida de otra manera: teniendo en cuenta el hecho de que formamos parte de la misma comunidad de seres vivos –plantas y animales– que habitan el lugar que es nuestro hogar”, propone Smith. “Somos comedores, sí, y también nos comen. Es así, ¡también formamos parte de la cadena alimenticia! Y el bienestar de cada uno depende del bienestar de todos”. Desde esta perspectiva, Smith propone abrazar lo que el conocido ambientalista australiano, Glenn Albrecht, bautizó como “sumbiotarianismo”, un neologismo obtenido de la palabra griega ‘sumbioun’, que significa “vivir juntos”. La sumbiocultura es una forma de permacultura, o agricultura sostenible, que implica un forma de diseño agrícola y ganadero que sea consistente con la salud de la totalidad del ecosistema. Una vida sostenible en una región bien puede implicar depender de animales para la alimentación, al menos de manera limitada “A fin de que nuestras necesidades sean cubiertas, las necesidades e intereses de la tierra deben ser lo primero”, explica Smith. Y esto implica llevar dietas distintas en cada lugar. Hay sitios donde una dieta prácticamente vegetariana es más sostenible pero, en otros, donde sea difícil, por ejemplo, obtener grasas de origen vegetal, es preferible apostar por la carne. “En pocas palabras, una vida sostenible en una región –ya sea Nueva Inglaterra o en el interior de Australia– bien puede implicar depender de animales para la alimentación, al menos de manera limitada”, concluye el profesor. Quizás, como apuntaba Bertonatti, “para evitar que se maten animales la única solución es dejar de comer”. Y así tendrán algo de que alimentarse las plantas…
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Martelero
Galva, a ver si “hestudias”:
Lejía: NaClO.
El MMS de Pamiés, NaClO2.
¿Estás seguro que aprobaste BUP?
¡Jo jo jo!
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GALVA
MEJOR UN PURO QUE COMER TOFU, MAS SOJA , Y ESPIRULINA…
LEJIA DE PAMIES….
Y a hacer Yoga….
La mayoria no somos tan cretinos…..
PERO DE CRETINISMO….
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GALVA
lo del obispo …bien….
POR EDAD ESTA EN GRUPO DE RIESGO; Y PUEDE SER UN VECTOR DE CONTAGIO….
EL OBISPO TRATA CON MUCHA GENTE….
Los de ultraizquierda con pocas;cuando estan depresivos, con menos…..
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GALVA
PUTOS ANGLOS….
POBRE MESSI…
El Genocidio y la destrucción de la cultura hispánica en Filipinas por los EEUU
Por Redacción -octubre 13, 20131
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Destrucción cultura hispánica en Filipinas.jpg
Antecedentes del Genocidio Filipino.
La guerra filipino-estadounidense, la primera guerra de liberación nacional del siglo XX, fue un conflicto bélico acaecido entre Filipinas y el ejército invasor de Estados Unidos de América desde el 4 de febrero de 1899 hasta el 16 de abril de 1902.
El gobierno estadounidense había asegurado a los rebeldes filipinos que su único interés residía en derrotar a España, y de paso, ayudar a los filipinos a conseguir la independencia. El presidente estadounidense McKinley había declarado públicamente que la anexión de las Filipinas, “habría sido, de acuerdo a nuestro código moral, una agresión criminal”. Pero tras la derrota de España a causa de la Guerra hispano-estadounidense, los Estados Unidos se volvieron contra los filipinos, quienes les habían proporcionado importante ayuda militar e información logística, y se apoderaron de las Filipinas convirtiéndola en una colonia estadounidense. McKinley explicaría que “los filipinos eran incapaces de auto gobernarse”, y que Dios le había indicado que no podían hacer otra cosa más que “educarlos y cristianizarlos”, a pesar de que las Filipinas ya habían sido cristianizadas por los españoles a lo largo de varios siglos.
Comienza el primer Genocidio Filipino
Según el Padre Fray Manuel Arellano Remondo, “la población disminuyó por razón de las guerras”, se refiere indudablemente a las víctimas de la Guerra entre la primera República de Filipinas de 1898 y Estados Unidos de Norteamérica.
Esa disminución de la población filipina nos lo señala luego otra fuente, esta vez norteamericana, como constituyendo “la sexta parte de la población filipina”.
La fuente norteamericana a la que nos referimos es la del historiador James B. Goodno autor del libro The Philippines: Land of Broken Promises, Nueva York, 1998, cuya página 31 nos suministra esa importante cifra y dato. Si hemos de creer que fue la sexta parte de la población filipina la que pereció como víctima de las sangrientas masacres perpetradas por la soldadesca invasora de Estados Unidos entre 1898 y 1902, las bajas de una población total de nueve millones sumarían, de hecho, a un millón y medio (1,500,000).
Y, diga lo que se diga, este hecho histórico es evidencia de nada menos que un genocidio cometido en contra del pueblo filipino que precisamente es de habla española. Si ahora se puede inclusive decir que el español nunca se habló en Filipinas, ese resultado es la evidencia misma del genocidio perpetrado durante la guerra filipino-usense que se prolongó hasta 1907, —-incluyendo la masiva resistencia armada puesta frente a la invasión militar de Estados Unidos, por parte del segundo presidente y general de la República Filipina de 1898, Macario Sacay y de León.
Lo que pasó después ha sido varias veces revisado por los historiadores, desde los que lo consideraron una rebelión filipina, pasando por quienes reconocen que el conflicto fue una guerra en toda regla, hasta los que, en base a los resultados del conflicto, llaman a estos sucesos el «genocidio filipino». En efecto, los norteamericanos aplastaron sin contemplaciones el levantamiento filipino, pero de camino se llevaron por delante a un millón y medio de civiles filipinos, masacrados de numerosas formas a cual más cruel. En uno de los más vergonzosos episodios de esta sangrienta represión, el general Jacob Smith llegó a ordenar la ejecución de cualquier filipino mayor de diez años.Las masacres indiscriminadas de filipinos se prolongaron hasta 1913.
El Segundo Genocidio Filipino.
Entre el 3 de febrero y 3 de marzo de 1945 la ciudad de Manila, la Perla de Oriente, fue bombardeada indiscriminadamente por la aviación estadounidense.
La misión era desalojar a los japoneses que la habían ocupado desde 1941. Muchos filipinos vieron en la ocupación japonesa la oportunidad de liberarse del yugo yanki que desde 1898 había sojuzgado y destruido la cultura hispánica y la lengua española que eran seña de identidad de la nación filipina.
El bombardeo, estilo alfombra, que en 1945, adrede se ordenó sobre un Intramuros de habla española (juntamente con los distritos de Ermita y Binondo, donde también se hablaba el idioma criollo, o chabacano del español), queda considerado como una medida genocida tomada, no tan solamente en contra de las existentes iglesias católicas sino en contra también de la población filipina que rezaba en español en esas mismas iglesias.
Cuando los estadounidenses tomaron de nuevo Manila la ciudad había quedado totalmente arrasada. Muy pocos lugares se salvaron de las bombas. Ningún bombardeo del siglo XX ha sido tan brutal y sistemático como la destrucción de Manila. Según algunos cálculos, unos 100.000 filipinos murieron a manos de los japoneses y a causa del despiadado bombardeo yanky.
Lo duro no fue la destrucción, sino el desprecio que se hizo de las vidas humanas. EE UU y Japón, en nombre de la justicia y la libertad, destruyeron la justicia y la libertad de un pueblo, su cultura y su historia.
No, no fue casual el bombardeo. El plan estadounidense para borrar la influencia española en el archipiélago, culminaba con este bombardeo, pues muchos españoles e hispanofilipinos murieron en el bombardeo. Al acabar la guerra, muchas familias españolas, incapaces de soportar el acoso y recuperar el antiguo esplendor, regresaron definitivamente a España con esa tristeza profunda de quien pierde sus raíces.
Estados Unidos impuso la educación en inglés, favoreció la prensa y la comunicación en su lengua. Arrinconó toda muestra de cultura española. Alimentó una leyenda negra contra España como potencia colonizadora. En suma, acabo con la clase culta filipina y tuvo a su disposición a un pueblo ignorante incapaz de defenderse.
El Genocidio de la Cultura Hispánica por los Estados Unidos de Norteamérica
Vivieron muchos filipinos que rechazaron,muy de pleno y muy enérgicamente,la imposición usense del idioma ingles sobre sus hijos y sobre su gobierno.De hecho,fue brutalmente destruido por el neocolonialismo que habla ingles tal como queda representado por las fuerzas invasoras de EEUU que vinieron a estas islas desde 1898.El Filipino de aquellos tiempos,tanto el ordinario de la masa común como el de la capa social adinerada,nunca fue consultado sobre el idioma official que preferiría utilizar.
La preponderancia del idioma español no solamente nos lo atestigua su uso cuotidiano y oficial por la inmensa mayoría de los filipinos de los años 10 y 20 sino que hasta en los años 30 y 40 cuando la industria holiwoodense del cine norteamericano encontraba un potente mercado filipino para sus películas habladas en español.
Se cometieron, por lo visto, dos verdaderos genocidios (uno entre los años 1899-1907 y otro en 1945) cuyos resultados posteriores todavía los podemos ver en la circular #59, serie de 1996, expedida por la actual “Comission on Higher Education”, o la “Comisión de alta Educación”, (CHED) por la que no se le quiere dar el menor espació a unas asignaturas regulares de español, a escoger frente al árabe, en el programa universitario de la “educación” de Filipinas. El truco consiste en no darle créditos en unidades a las asignaturas de español, o de árabe.
La nefasta constitución Cory de 1987 y unilateralmente suprimió la oficialidad como la docencia regular de este idioma en los colegios filipinos. Esta medida “legal” constituye, a sabiendas o no, otra fase más de la agenda genocida en contra de los filipinos de habla-hispana, estén vivos o muertos; porque lo que se persigue, como objetivo final, es privar al entero pueblo filipino de su memoria como pueblo para luego entorpecerlo y económicamente explotarlo de forma absoluta.
A pesar de esas medidas genocidas, quedan casi medio millón de filipinos que todavía son de habla hispana fuera de los de habla criolla que suman más de un millón aparte. Éstos se reparten entre Zamboanga, Basilan, Cotabato y Cavite. Su ventaja es vivir como una comunidad separada.
Estos actuales supervivientes de habla-hispana podrían potenciarse mediante un atinado programa recastellanizador por parte del gobierno español de nuestros días mediante la Agencia Española de Cooperación Internacional y el Instituto Cervantes de Manila.
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Martelero
JuanLuis, que me parece bien, que lo trague, lo inhale, se haga un enema con él… todo aquello que va en perjuicio de la salud de carca-facha-rancio-freaks, me parece estupendo. Es más, le animaría a probar otro tipo de sustancias estimulantes, ¿Qué le parece el Krokodil? Dice que va bien para la circulación.
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JuanLuis
Martelero. Por enésima vez.
uno cuando fuma un puro NO se traga el humo!!!
su mensaje rebuzna ignorancia y falta de pensar. Es una lástima usted podría haber sido algo bueno.
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