Debido a este sainete político y aprovechando esta ventana de libertad que nos brinda este digital del APURON.COM., sería buena oportunidad para todos, cumpliendo la normas y respetando la leyes, poder expresar nuestras opiniones al respecto, sobre la investidura del nuevo presidente del gobierno de España.
FALCON
¡También disieeeeeento, también disieeeeeeento…Papafrita!
Miren, no lo digo yo, sino un Psiquiatra muy serio de Pamplona: “la imposición del enfoque de género está influenciada por la ideología de género y ha ocasionado grave daño a la niñez y juventud. No puede ser permitida ni promovida a través de ninguna política pública, por vulnerar los derechos humanos de los niños a la integridad mental, moral, psicológica, espiritual y física”.
ESTO POR >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>Galva ¿Porqué tienes la necesidad de contarnos tu vida en otros hilos?¿Acaso crees que nos interesa que estabas viendo “Los últimos de Filipinas” con una bolsa de Doritos? Galva, que ya te conocemos…”
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Martelero
También disiento. Nitrofoska-006 es un enfermo, pero no por ello en algunos países estaría libre de ser ejecutado, ante lo cual y por lo que ha manifestado, no pondría objeción a ello. Menos mal que el tiempo se encargará de ello en breve. La naturaleza se encarga de eliminar lo viejo, lo obsoleto, lo enfermo, para que venga lo nuevo, lo sano, lo jovial.
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Nitrofoska
Veamos Cualquiera, desconozco por qué me atribuye actitudes de auténtico nazi. No, mire, primero mi querido amigo Cualquiera, reconocer la diferencia entre literal y metafórico. Si le digo a un hombre que es un coco, por lo feo que me parece, eso no lo transformará automáticamente en un adefesio hibrido, mezcla de gorila y Homo sapiens. De la misma manera, que se ponga nazi como extensión de una palabra, no va a significar que se vuelvan alemanes y cometan todas las barbaridades que se hizo en ese tiempo, bajo una locura inviable. En este caso se usa una nazi como analogía de extremista, excesivo y vacío de contenido real y hasta una excusa para la violencia.
Esta palabra tan usada últimamente, se aplica a esas mujeres de vidas simples y muy normales que intentan como fuera terminar en un victimismo, como si todos los abusos que el hombre ha cometido contra éstas a lo largo de los siglos, estuviesen sobre sus hombros.
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Martelero
Galva ¿Porqué tienes la necesidad de contarnos tu vida en otros hilos?¿Acaso crees que nos interesa que estabas viendo “Los últimos de Filipinas” con una bolsa de Doritos? Galva, que ya te conocemos.
Ahhh, Galva, decía que JuanLuis no está, tampoco está en la gloria. Si acaso en otro hilo. Pero aquí, no está.
Copio y pego: Papa Francisco abre proceso penal en el Vaticano contra maristas chilenos
http://laprensaaustral.cl/nacional/papa-francisco-abre-proceso-penal-en-el-vaticano-contra-maristas-chilenos/
Normal que filopederastas de Infovatikana ataquen a el Papa Paco. ¡Adelante Paco, a por ellos!
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GALVA
VAYA CON LOS ARTISTUCHOS , LA PROGRESÍA Y DEMÁS…
TOLSTOI YA LO DECÍAN, LOS PAGANETES NO TIENE PRINCIPIOS, POR ESO PARA ELLOS ESTA TODO PERMITIDO….
https://www.globalcitizen.org/es/content/anneke-lucass-harrowing-tale-of-sex-trafficking-am/
Mi nombre es Anneke Lucas y fui esclava sexual de la élite de Europa a los 6 años
Cuando era una niña en mi nativa Bélgica, me pusieron a trabajar como esclava sexual.
Por Anneke Lucas
19 DE DICIEMBRE DE 2016
Esta historia es la segunda de una serie llamada “Mujeres reales, historias reales”, un proyecto social diseñado para promover el conocimiento sobre el sufrimiento, a menudo desapercibido, que padecen las mujeres en diferentes profesiones y lugares alrededor del mundo. Lea la primera historia de la serie aquí .
Cuando era una niña en mi nativa Bélgica, me pusieron a trabajar como esclava sexual.
Mi madre me vendía, y me llevaba a cualquier lugar, en cualquier momento que la llamaran. El jefe de esta red de pederastas era un ministro del gabinete belga. Los clientes eran miembros de la élite. Reconocía a personas de la televisión. Sus caras eran familiares para las masas, aunque yo conocía el lado oscuro de su adicción al poder, el lado que nadie creería que existía. Me crucé con altas personalidades, jefes de estado europeos, e incluso un miembro de la familia real.
Cerca de mi sexto cumpleaños, en 1969, me llevaron a una orgía por primera vez, en un castillo. Me usaron para un espectáculo sadomasoquista, en un escenario bajo, encadenada con un collar de hierro para perros y me hicieron comer heces humanas. Después, cuando me dejaron tirada ahí como un objeto roto, me sentí tan humillada, que tenía que hacer algo para salvar mi alma, o de lo contrario, y de eso estaba segura, me hubiera marchitado y muerto.
Me levanté, y me paré observando a la bizarra multitud de aristócratas vestidos como hippies, balanceándose con la música en varios niveles de interacción sexual, ocupados tomando pequeñas píldoras y porros ya enrollados que sobrios meseros les acercaban en bandejas de plata. Temblaba de miedo, pero mi cuerpo se enderezó e inmovilizó como un arco en suspenso antes del tiro, y oí mi voz como si no fuera mía, regañando a los adultos, diciéndoles que esto estaba mal, que les iba a contar a los demás sobre ellos, y que todos irían a la cárcel.
Una música alucinante y espacial inundaba la atmósfera y la mayoría de las personas estaban demasiado drogadas para notarme. Un hombre, en un traje de negocios, captó mi vista. Se veía asustado, pero me sostuvo la mirada por un momento, y parecía sentir algo por mí. Luego se fue. Más nunca lo volví a ver en la red, pero años después lo reconocí en la televisión. Se convirtió en un prominente político belga.
Me sacaron silenciosamente y me llevaron a un sótano. Estaba segura de que me iban a matar, pero en cambio me mostraron el cadáver fresco de una joven víctima de asesinato. Debía guardar silencio.
Durante la semana, iba a la escuela. Era una niña tímida, con pocos amigos. Recuerdo, una vez, en segundo grado, al darme cuenta de cómo cambió la energía en el salón, cuando todas las miradas estaban en mí. La maestra había estado llamándome y yo estaba demasiado ausente para oírla. Me preguntó en voz alta si sabía la respuesta a la pregunta que había hecho, y yo me senté en un silencio vergonzoso mientras la clase reía.
Yo era un ser nulo en la escuela, y en casa nadie se preocupaba por mí. Recibía más atención en la red. Me hacía sentir bien ser vista como el objeto más perfectamente hermoso y sensual por hombres poderosos con altos estándares de gusto. Esto era lo único positivo en mi vida, y me aferré a eso como mi única balsa para evitar ahogarme en un mar de vergüenza y autoaversión.
Después de cuatro años de supervivencia en la red, cuando tenía 10 años, un nuevo invitado trajo a su hijo de 20 años: alto, elegante, rubio y de ojos azules. Avanzó audazmente hacia mí. Sonreí, y me llamó pequeña zorra. Nunca, desde la primera vez que me habían llevado a una orgía, cuatro años atrás, había expresado mis verdaderos sentimientos. Estaba furiosa.
“¿Crees que me gusta estar aquí?” dije con desdén.
Esta interacción dio inicio al año más intenso de mi vida, en el cual, más que nunca, me sentiría amada, vista y comprendida, y sería más maltratada que nunca, todo por el mismo joven. Un año después, cuando él ya había terminado conmigo, yo ya no era útil para la red, y me iban a matar. Cuando mi tortura comenzó, él se quedó viendo, riendo.
Esta era la tercera vez que todo mi ser se llenaba de una fuerza de otro mundo. Un orgullo feroz enderezó mi cuerpo. Me pusieron un cigarrillo encendido en el antebrazo. Mi cuerpo enérgico se aferró a eso en puro desafío. Pensaba “¡No te necesito!” y todo lo que podía ver era la energía detrás del océano turbulento del azul de sus ojos, y el amor a pesar de todo el dolor que me había infligido.
Me llevaron a un cuarto pequeño, y me ataron a una mesa de carnicero. El hombre que me torturó fue uno de los acusados en el tristemente célebre Caso Dutroux, el cual, cuando estalló la noticia en 1996, se pensó que haría volar en pedazos la red belga de pederastas. Sin embargo, ocho años después, solo Marc Dutroux recibió cadena perpetua. Debí haber muerto esa noche en 1974 en esa mesa de carnicero, pero me salvaron la vida en el último minuto.
Mientras me torturaban, el joven había estado negociando con el personaje político que era el jefe de la red. Hicieron un trato: él trabajaría para el político, extendería sus sombríos servicios a cambio de mi vida. Esta buena acción finalmente le costaría su propia vida. En este medio, cualquier pizca de humanidad es una debilidad mortal.
Me perdonaron la vida, y me dijeron que me callara para siempre. Me tomó 40 años antes de que pudiera hablar.
En 1988, cuando tenía 25 años, caminaba por el centro de Los Ángeles, cerca de Skid Row, y sentí un débil y específico olor a heces humanas, y me asaltó el recuerdo de la humillación extrema que había sufrido de niña. Mi pensamiento instantáneo fue: “Si esto es cierto, me voy a suicidar”.
Estaba demasiado identificada con la experiencia, y la vergüenza era demasiado grande. No estaba lista, y empujé el recuerdo nuevamente al subconsciente. Me tomaría varios años más, muchas horas más de terapia, para finalmente compartir este recuerdo con una persona de confianza.
Comparto esta experiencia públicamente aquí por primera vez, habiendo finalmente alcanzado un lugar en mi sanación donde tengo acceso una vez más a la fuerza que viene a mí en esos momentos de claridad en la red. También creo que el mundo está más que listo para confrontar su oscuridad. Tenemos que hacerlo, si queremos sobrevivir como especie.
Todos los sobrevivientes de incesto, abuso sexual y tráfico sexual tienen mi fuerza. Aunque sufro de trastorno por estrés postraumático, y, por ejemplo, aún siento náuseas cuando escucho cierto tipo de música alucinante y etérea, me he vuelto tan consciente de los detonantes que no controlan mi existencia diaria. Se requiere mucha energía para sobrevivir no solo a la violencia física, sino para soportar el desgaste psíquico del abuso, para cargar con la vergüenza.
El simple hecho de sobrevivir a la vida diaria mientras intentas curarte del abuso sexual infantil requiere mil veces la fuerza que requeriría para alguien sin conciencia seguir una carrera exitosa. Y la sociedad todavía valora más a la persona con una carrera por encima del sobreviviente.
Los adictos al poder, los líderes mundiales y los políticos corruptos que maltratan niños son como niños que nunca crecieron, impulsados al poder para evitar sentir alguna vez la humillación del abuso infantil nuevamente, buscando inconscientemente venganza de un lugar de dolor reciclando el abuso. Les falta valor para curarse.
Quienes hemos sido víctimas de abuso sexual , incesto o tráfico sexual necesitamos aprender a aprovechar nuestra fuerza de supervivencia para nuestro propio beneficio, para que podamos sanar nuestro ego herido, y canalizar la fuerza para liderar el camino hacia un futuro en el cual triunfen las víctimas por amor, comprensión y compasión por todos.
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GALVA
Ninguna explicación Martelerdo…
Solo dejarte en el ridiculo de tu condición y los quimérico de tus aspiraciones…
Seguiremos ganando, y uds perdiendo….
ASI ES LA VIDA…..
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GALVA
INFILTRADO….
JO,JO,JO,JO,JO,JO,JO,JO….
Si que son estos Koleteros conspiranoicos….
A mi me llamaron y JAMÁS he ocultado mis ideas….
No tuve que hacer lo de Patricia Hernandez…..
😉
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GALVA
Torres Baena
Gilibudista, poliamoroso, tricolor, progre……
Meditaba, y se iba a hacer un OOOOOOOMMMMMM con su favorita del día.
El problema de la progredumbre hispana no es que sea holgazana, garrula, fanática,infértil,resabiada, victimista, nada viril……
El problema es mayor, como se ve….
https://diariodeavisos.elespanol.com/2019/01/torres-baena-el-mayor-depredador-sexual-de-canarias-escribe-a-sus-victimas-mi-mas-sincero-arrepentimiento-perdon/?utm_source=alerta
Torres Baena, el mayor depredador sexual de Canarias, escribe a sus víctimas: “Mi más sincero arrepentimiento, perdón”
Se trata de la primera vez que el condenado por abusos sexuales en el llamado caso Kárate reconoce los hechos
EFE16/01/2019 • ACTUALIZADO 10:54
Fernando Torres Baena y su mujer, durante el juicio. / DA
El depredador sexual que cumple la mayor condena dictada en España por abusos y corrupción de menores, 302 años de cárcel, el maestro de kárate Fernando Torres Baena, ha aceptado por primera vez su responsabilidad, en una carta en la que pide perdón a sus víctimas.
Del “Nunca he abusado de nadie ni lo hubiera permitido”, que proclamó el 13 de diciembre de 2012 cuando la Audiencia de Las Palmas le permitió decir las últimas palabras del juicio, Torres Baena ha pasado transmitir este otro mensaje: “Para mí es muy importante que pueda llegar las víctimas y sus familiares mi más sincero arrepentimiento y mi petición total de perdón”.
El diario “Canarias 7” publica este miércoles el contenido de una carta manuscrita que el líder del “caso Kárate” ha enviado a la sección sexta de la Audiencia de Las Palmas, el tribunal que lo declaró culpable de 35 delitos de abuso sexual y 13 de corrupción de menores, en una sentencia ratificada en 2014 por el Supremo.
La Audiencia encontró tan graves sus hechos, que no se ahorró calificativos en su resolución: lo calificó de “depredador sexual”, le acusó de liderar una “cuasi secta sexual” en la que se convencía a los alumnos (muchos de ellos menores) de que participar en orgías les convertiría en “mejores personas y mejores karatecas”, y le reprochó que se prevaliese de su carisma de “héroe deportivo” para “doblegar la voluntad” de chicos con “mentes inmaduras”.
“‘El gimnasio era un puterío’. Así de simple, expresivo y tajante. No lo digo yo, sino uno de los alumnos que no aparece ni mencionado en los escritos de acusación y que no se consideró víctima. La frase la traemos a colación porque es lo suficientemente gráfica para describir el ambiente con que se encontraban algunos de los menores, no todos, que acudían al gimnasio para aprender kárate”, escribió el presidente del tribunal, Emilio Moya.
Sin embargo, Torres Baena lo negó todo durante la instrucción y también durante el juicio, a pesar de la multitud de testimonios que se escucharon en la sala de vistas a lo largo de 33 sesiones.
El antiguo campeón de kárate ha escrito ahora el tribunal para reconocer los delitos por los que fue condenado, asegurar que fue “un error imperdonable” por su parte elegir “el camino equivocado” y pedir a los magistrados, “si lo tienen a bien”, que se transmita a las víctimas su arrepentimiento y solicitud de perdón.
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Torres Baena, de 62 años, también aprovecha la carta para intentar asumir en solitario toda la responsabilidad y disculpar a las otras dos condenadas en el caso: su esposa María José González y la también monitora de su gimnasio Ivonne González, sentenciadas respectivamente a 140 y 126 años por el mimo tipo de delitos.
Los juzgados de Vigilancia Penitenciaria y la Audiencia de Las Palmas ya han permitido a estas dos últimas disfrutar de permisos de unos días, algo que se ha negado hasta el momento a Torres Baena.
De hecho, la sentencia del caso Kárate contenía un llamamiento por parte de la Audiencia de Las Palmas a endurecer las condenas contra este tipo de “depredadores sexuales”, porque consideraba insuficiente el máximo legal de 20 años previsto en las leyes.
“Se debe salvaguardar por el legislador ese interés general , pues todo ciudadano debe tener la garantía en un Estado de Derecho de que sus hijos estarán protegidos por la ley y por la Justicia (…) La sociedad exige una respuesta en Derecho y en Justicia a un ataque brutal a tal cantidad de víctimas, y este máximo de cumplimiento de las penas impuestas en esta sentencia deviene insuficiente”, argumentaba la sala que juzgó el caso.
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FALCON
Mediten, mediten para lo que les va a servir: “Hay que saludar a papá Sol por las mañanas y hacer el tolete con posturas raritas”.
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Martelero
Recen recen, pa lo que les va a servir: ‘Hay que rezar por la salvación de los masones y luchar en contra de la influencia luciferina de la masonería’ http://infovaticana.com/2019/01/13/hay-que-rezar-por-la-salvacion-de-los-masones-y-luchar-en-contra-de-la-influencia-luciferina-de-la-masoneria/
¡Jo jo jo!
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