Me dirijo a todos los españoles que se han apuntado o están pensando hacerlo a algún grupo de envejecimiento activo, de “co-housing”, para poner de relieve un hecho tan normal como preocupante.
Tras contactar con varios de los principales “jubilares” que hay en marcha, uno de ellos en Tenerife, en fases más o menos avanzadas, se me ha rechazado en todos por ser mi esposa discapacitada, con la justificación de la inviabilidad del proyecto si ya se permite a los discapacitados entrar, pues bastante será ya soportar a los que vayan llegando a la discapacidad en el transcurso de su envejecimiento.
Me parece terrible que eso se me haya dicho en todos, que sea tan “normal”,..uno pensaría que eso pudiera ser una excepción de un grupo “poco solidario”, pero resulta que es la normalidad,..
En una retrospectiva histórica recuerdo, quisiera que todos ustedes lo hicieran, que con toda normalidad Hitler ganó unas elecciones, que le permitieron aplicar leyes de “eutanasia” a 200.000 discapacitados que también a él le eran molestos, como ahora lo somos los discapacitados para todas estas iniciativas de “envejecimiento en solidaridad”.
Miraremos todos a otro lado como hicieron millones de alemanes ? Esta normalidad asusta y produce náuseas.