La historia del naranjo que no llegó a plantar Beatriz de Holanda cuando se inauguró el Observatorio

Una representante del Consulado holandés en Gran Canaria se ha puesto en contacto con el Cabildo Insular de La Palma para interesarse por el estado del naranjo "regio" que en teoría tenía que haber plantado la entonces reina Beatriz de Holanda con motivo de la inauguración en 1985 del Observatorio del Roque por sus Majestades los Reyes de España, acto al que ella asistió junto a su marido el príncipe alemán Claus Von Amsberg.

Y es que debido al acto inaugural de proyección internacional, se celebró una recepción especial en el antiguo convento de San Francisco capitalino, en cuyo patio se plantaron unos naranjos con el nombre de los altos mandatarios asistentes, a la que la monarca holandesa no pudo asistir por una indisposición y el naranjo en su honor no se llegó a sembrar.

Sin embargo, en la placa en bronce de la inauguración sí figura el nombre de Beatriz de Holanda aunque no estuvo en el acto de San Francisco, algo que ha confirmado el Cabildo. En total, hay 7 naranjos, a cuyos pies, grabados en piedra, figura que fueron plantados por el Duque de Gloucester (Gran Bretaña), Sus Majestades los Reyes de España, Don Juan Carlos y Dona Sofía, Margarita II de Dinamarca, el Rey Gustavo de Suecia, el presidente de Irlanda, Patrick Hillery, y el presidente de Alemania, Richard Von Weizsacker.

La historia cobra fuerza porque al parecer en algún momento posterior al año 85, uno de los hijos de la entonces reina holandesa visitó la Isla y entonces sí que llegó a plantar un naranjo en el patio del convento aunque la mala suerte hizo que se secara. Después de tantos años, el Consulado holandés se ha interesado por conocer la evolución del naranjo que su reina nunca llegó a plantar pero sí uno de sus hijos, aunque no se sabe si fue el actual Rey Guillermo de Holanda o su hermano el príncipe Friso, que falleció en septiembre del año pasado tras sufrir un accidente de esquí que lo dejó en coma durante 18 meses.

El hecho de que los holandeses después de tantos años  se hayan interesado por el destino del naranjo, resulta cuando menos llamativo, quizás porque esté cargado de simbolismo "regio". No lo pudo plantar la reina, muy querida por el pueblo holandés, que el pasado año abdicó en su hijo Guillermo IV después de 33 años de reinado, pero sí lo hizo uno de los príncipes.

Ante el interés mostrado por el Consulado de Holanda, el Cabildo, según ha informado a elapuron la consejera de Cultura, María Victoria Hernández, estaría dispuesto a sembrar otro naranjo en el patio que lleva el mismo nombre siempre y cuando lo autorice la Casa Real holandesa y con la presencia de algún representante de la misma. Quizás pueda convertirse en otro punto de unión entre la Isla Bonita y los Países Bajos.