La zarzuela "Adiós a la Bohemia" se representará este sábado en el Teatro Circo de Marte de Santa Cruz de La Palma. Las entradas se pueden adquirir en la web de CajaCanarias al precio de 5 euros.
La Obra Social y Cultural de CajaCanarias representará este sábado, 24 de octubre, en el Teatro Circo de Marte, la zarzuela en un acto "Adiós a la Bohemia", que cuenta en esta adaptación con música de Pablo Sorozábal, dirección escénica de Burka Teatro y dirección musical a cargo de María Orán. El acto ha sido programado a las 20:30 horas.
Esta producción de la Obra Social y Cultural de la entidad se escenificará en la Isla con la colaboración del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, y las localidades se pueden adquirir en la web de CajaCanarias al precio de 5 euros, que irán destinados a proyectos sociales.
"Adiós a la bohemia" se estrenó, en su versión modificada y definitiva, en el teatro Apolo de Barcelona en el año 1945. Posteriormente, en 1972, se interpretó dentro del Festival de Ópera de Madrid en el Teatro de la Zarzuela, dirigida en aquella ocasión por el propio Sorozábal y con María Orán en el papel de Trini.
Para su representación en la capital palmera, el reparto contará con la soprano Mercedes Cabrera, el barítono Augusto Brito, el bajo Eduardo Hernández, el barítono Guillermo Martín, la soprano Montserrat Martín, los tenores Salvador Ortega y Argelio Jorge Campos, los barítonos Daniel Rodríguez, Fernando Aarón García-Campero y Diego Alonso, junto a Pedro S. Martín, Charo Febles, Javier Morales y Mara Jaubert en la puesta en escena.
Trama
La acción de "Adiós a la bohemia" transcurre en el Madrid de los suburbios de hace años, donde tienen su lugar el cafetucho del barrio, el violinista melenudo, y la confabulación lamentable del artista que fracasa y de la mujer que se malogra.
La trama recuerda a los amores de "La Dama de las Camelias" de Chamberí por Hortaleza o de Chamberí por Fuencarral.
"Adiós a la bohemia" es, principalmente, un diálogo entre esos dos seres, cuya importancia absoluta es muy escasa; pero con una riqueza de matices, una forma especial de mostrar cómo, en cualquier esfera y en el más mísero escenario, pueden tener su asiento el sentimiento, la nobleza y el corazón, que le confiere valores eternos a las elementales limitaciones de la vida humana.
La representación se inicia con la aparición en escena de un Vagabundo, escritor fracasado que, de su ilusión por escribir grandes obras, de tipo colosal y marmóreo, ha pasado a pergeñar la pequeña historia realista de una muchacha perdida y un pintor malogrado.
La historia toma cuerpo en un cafetín de barriada, con el fondo de una colección de personajes secundarios. Entre ellos, Ramón, un pintor que decide regresar a su pueblo de origen, donde espera la llegada de Trini, joven de vida ligera con la que ha vivido, a la que ha amado y ama todavía.
Trini y Ramón entablan un diálogo en el que se mezcla la expresión de sus sentimientos, los reproches mutuos y el dolor ante su desgracia actual a la que no ven remedio. En este diálogo se unen la ternura, el desaliento, la dulzura de los recuerdos románticos de otras épocas, la miseria y el ensueño.
Como consecuencia de todo esto, aquel antiguo amor parece renacer y hay un momento en que ambos, ilusionados, se muestran decididos a sentar las bases de una nueva vida, más limpia y más digna.
Sin embargo, surge de nuevo la triste realidad, representada por un chulo que viene a buscar a Trini. Ésta, tras un corto instante de indecisión, marcha con él, aceptando su destino. Ramón, desalentado e incapaz de reaccionar ante la idea de la juventud perdida, se va resignado, cabizbajo y vencido, mientras el Vagabundo, epilogando el episodio, evoca las amarguras de la triste realidad.
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