En los últimos días han aparecido una serie de noticias que han creado una notable inquietud y confusión entre la mayoría de la población. Y es que se ha creado la percepción, totalmente errónea, de que el yacimiento arqueológico de canalillos y cazoletas de Lomo Muerto (Puntagorda) ha sido destruido. Y ello no ha sido así, ni mucho menos. Este tipo de titulares e informaciones debieran ser contrastadas previamente y, sobre todo, ser realizadas por especialistas en la materia. Apreciamos y valoramos el interés y la preocupación de muchas personas, colectivos, asociaciones culturales, etc por la protección y conservación de nuestro patrimonio cultural, en este caso arqueológico, puesto que su defensa nos incumbe a todos/as y solo si aunamos esfuerzos lo podremos transmitir a las generaciones futuras, por encima de intereses particulares y partidistas.
Vista general del panel principal de canalillos y cazoletas de Lomo Muerto (Puntagorda) (Foto: Jorge Pais 28-II-2021)
Y es que la calificación de los posibles daños como “actos vandálicos” es totalmente inapropiada puesto que los autores de los mismos, estamos convencidos, desconocían completamente la existencia y el interés de este yacimiento arqueológico. Así mismo, es igualmente desproporcionada la información sobre la destrucción del yacimiento arqueológico que, a pesar de los daños y alteraciones sufridos a lo largo de toda la época histórica, presenta un aceptable estado de conservación. Finalmente, la catalogación de los daños como “muy graves” consideramos que es una opinión muy subjetiva que, en cualquier caso, debe ser realizada por personas con la suficiente formación especializada y experiencia profesional contrastada.
El conjunto arqueológico de Lomo Muerto (Puntagorda) consiste en un enorme panel de granzón compactado que alberga el mayor conjunto de canalillos y cazoletas, con diferencia, de la antigua Benahoare. Consta de más de 200 cazoletas de muy diferentes tamaños, algunas minúsculas y otras que alcanzan los 50 cms de diámetro, y formas (circulares, ovales, cuadrangulares, etc). Muchas de ellas están interconectadas por estrechos canalillos. A todo ello hemos de añadir la existencia de un petroglifo en forma de espiral. Además, entre la pista del canal y el panel principal aparece un afloramiento de basalto y toba en cuya cara norte se hicieron pequeños grupos de cazoletas. Finalmente, reseñar que en las inmediaciones de estos grupos aparecen trozos de toba compactada, algunos con cazoletas, que fueron desprendidos de su posición originaria durante la sorriba del terreno para crear vetas de cultivo de secano.
Grabado rupestre en el panel principal de Lomo Muerto (Foto: Jorge Pais 28-II-2021)
El conjunto aborigen está enclavado en la parte superior de un lomo, que ha sido roturado y abancalado, así como las laderas de las dos barranqueras que lo delimita, en la época histórica para sembrar frutales (viña, almendreros, etc) y cereales, fundamentalmente. El lomo estaba recorrido por un antiguo sendero, de uso inmemorial, que, desgraciadamente, atraviesa el panel principal de canalillos y cazoletas lo cual, a lo largo del tiempo ha provocado daños y, sobre todo, desgaste por las pisadas de personas y bestias de carga. Este camino, antes de llegar al panel principal, es muy inclinado y resbaladizo, discurriendo paralelamente a un dique de basalto cuya parte inferior es una capa de granzón compactado en el que también aparecen pequeños grupos de cazoletas. Y es en esta zona, precisamente, donde los daños se hacen más evidentes porque, cada poco tiempo, y como en esta ocasión, se prepara el terreno mediante la realización de escalones que provocan el desgaste y la desaparición de las cazoletas, si bien esta circunstancia no es nueva y se viene produciendo desde que nosotros conocemos el yacimiento debido a la cada vez más frecuente visita de curiosos al yacimiento. Incluso, en la parte más baja de esta capa de toba, donde su inclinación es mayor, se han realizado una serie de agujeros, que no son cazoletas, que hacen las veces de pequeños escalones para colocar los pies que eviten caídas y resbalones.
Zona donde el arreglo del sendero ha afectado a un grupo de canalillos y cazoletas (Foto: Jorge Pais 28-II-201)
Tal y como señalábamos anteriormente, este camino siempre ha discurrido por encima del gran panel de canalillos y cazoletas, por su sector norte, lo cual ha ocasionado un desgaste, desde hace mucho tiempo, que es claramente visible y perceptible respeto a la zona mejor conservada. Hemos de tener en cuenta que se trata de un soporte extremadamente frágil que puede ser erosionado y roto con las simples pisadas. Debemos recalcar que la denuncia presentada ha tenido el efecto positivo de que el tránsito continuado de las personas que se asentaban en las inmediaciones si hubiesen ocasionado daños mucho más graves e irreparables en el yacimiento. Así mismo, debemos reseñar que, nos guste o no, por lo que sabemos, esos terrenos les pertenecían. La solución a este problema es muy sencilla, puesto que solo bastaría con comprar la zona arqueológica u obtener el permiso de los legítimos propietarios para protegerlo y, finalmente, desviar el actual sendero para que no ocasione daños en el conjunto de canalillos y cazoletas lo cual, por otro lado, es relativamente sencillo.
En cuanto al panel principal, que es el que conocemos y hemos estudiado en profundidad, fue calcado en 2003 durante la realización de la Carta Arqueológica de Puntagorda, no ha sufrido daños en los últimos meses, puesto que las personas que ocuparon la zona se limitaron, en el extremo oeste del panel, a limpiar la vegetación y la recolocación de piedras rotas hace tiempo, para redelimitar el sendero que, por otro lado, siempre ha discurrido por ahí desde que se sorribó y abancaló el terreno hace muchísimo tiempo.
Calco del panel de canalillos y cazoletas de Lomo Muerto (Foto: Jorge Pais 28-VII-2003)
Finalmente, hemos de reseñar que, desde hace bastante tiempo, le hemos trasladado al Ayuntamiento de Puntagorda el interés, la fragilidad y la necesidad de proceder a la protección del yacimiento ante el constante incremento de visitantes, entre ellos grupos guiados bastante numerosos. Por ello, desde noviembre del año pasado, personal de la Consejería de Cultura y Patrimonio del Cabildo de La Palma y la Oficina Técnica del Ayuntamiento de Puntagorda, venimos colaborando en la redacción de un proyecto de protección y puesta en uso de este yacimiento, así como de otro de similares características situado en este mismo municipio, mediante su delimitación con un vallado y la colocación de paneles informativos para que pueda ser visitado.
Visita a Lomo Muerto para iniciar el proyecto de su protección (Foto: Jorge Pais 8-XI-2020)
Felipe Jorge Pais Pais
(Doctor en arqueología)
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Pinillero
Es decir, los “comuneros” no fueron tan culpables, tampoco se dice si el propietario estaba en el momento de la identificacion. Es decir, que las primeras fotos demuestran que son de 2003. Es decir, que en noviembre de 2020 le hacen traslado a Ayto de Puntagorda que hay que proteger y señalizar. Es decir, que en ese noviembre del 2020 colaboran en proyecto, 17 años después. Es decir, que no ha sufrido daños en los últimos meses. Es decir,!! Que no fue p’tanto”. Y, ahora, yo digo, 17 años después, cuanto nos ha costado usted a los palmeros, para, es decir, y decir, lo que dice hoy. 17 años, a sus fotos me remito, 17 años, y están elaborando un proyecto. Es decir, quizás, dentro de otros 17 años, ya no habrá ni cazoletas, ni proyecto, pero algunos seguirán cobrando, porque! No es p’tanto!!!!
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Sergio
La misma actitud minimizadora que en el gravísimo tema de Pinos Gachos. Aquí no se les ha perdido nada. ¡Circulen!
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Tajodido
La verdad que estas declaraciones dan en la diana del fracaso e incompetencia del departamento de patrimonio histórico de la isla de La Palma. Sin duda unas palabras que no pueden ser más desafortunadas, con el único fin de desprestigiar a los colectivos que se mueven y se interesan por el patrimonio aborigen en la isla. Unas declaraciones que dejan ver el nivel que tenemos en nuestras instituciones incompetentes en materia de patrimonio, que en vez de acatar la “mía culpa” tanto en este caso como en el de Pinos Gachos (ejemplo aún mayor de falta de competencias total) se dedican a desprestigiar el trabajo de los colectivos como Iruene antes de buscar culpables a los continuos atentados contra nuestro patrimonio. Lastima que en este caso el yacimiento sea demasiado grande como para llevárselo al MAB y exponerlo, con suerte, en una vitrina. Porque esa es la única estrategia de conservación que se les ocurre a los “especialistas en materia” de patrimonio, sacar de contexto y guardar en el museo.
Lo dicho, desafortunadas palabras ante un tema tan serio como lo son los continuos atentados hacia el patrimonio isleño y del que solo se escuchan repicar campanas de incompetencia. A ver cómo le explican a todas esas personas que conocen yacimientos desconocidos de incalculable valor y que poseen diferentes tipos de material arqueológico que colaboren con las instituciones al ver que estos son los “representantes” de la conservación de nuestro patrimonio.
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