Cuando te conocí, fue en
Primavera, cómo no podía
ser de otra manera, tus labios
se unieron a los míos, y se
iluminaron nuestros sentidos.
De nuestros ojos salieron
destellos de luz, y los
corazones latieron al unísono,
con alegría, en esta estación
florida, que parecía
en invierno adormecida.
Nuestro amor renació, en “la
estación en flor”, con alegría, y
lo decimos, como aquella historia
de amor, que un día nació, en
Primavera, y con destellos de luz
de las estrellas, cuando tu
cuerpo y el mío se unieron
bajo ellas.
Primavera, para siempre Primavera, con
amor y dulzura bajo ellas.
