Pérdidas de agua en El Time: suma y sigue

Hace ya años que observé una extraña visión en el denominado “Risco de El Time”, durante lo peor de una de las cada vez más frecuentes sequías que sufrimos. Caí en la cuenta de que allí había algo raro, muy raro: con todo el paisaje reseco por la ausencia de lluvias desde hacía largo tiempo, resaltaba una interminable sucesión de zonas verdes, muy verdes, a lo largo de esta pared montañosa que marca el final del Valle de Aridane y el comienzo del municipio de Tijarafe. Solo podía haber una explicación lógica: la presencia constante de agua por fugas en alguna red de distribución. Un día agarré mi lanza de salto del pastor, y recorrí todos esos puntos de la ladera, y encontré lo que me temía: había pérdidas enormes de agua procedentes de un pozo y de galerías, en el sistema de distribución. En concreto, procedían de dos lugares. Una era de un pozo del fondo del barranco de Las Angustias que eleva el agua hacia el Time, y luego la distribuye hacia los cultivos de la zona costera de Tijarafe. Allí había dos tipos de pérdidas: una en el tubo de elevación, y otras, las más numerosas, en un canal que va en dirección hacia la zona baja de la Punta. Este último canal, viejísimo, tenía más agujeros que un queso gruyere, y eso explicaba la gran cantidad de puntos verdes que se veían en el Risco de El Time, desde incluso el Valle de Aridane. Unas pérdidas de agua intolerables, por muy privadas que sean.

Aparte de lo anterior, también había otra zona verde, con pérdidas, más grande pero única: era a la salida de un túnel a través del Risco de El Time, por el cual se trae agua de galerías desde el norte de la isla, hacia el Valle de Aridane. Allí el bosquete de “haraganes” , planta que indica la presencia de agua constante, era enorme. En la puerta de cierre del mencionado túnel estaba un cartel que era bien explícito sobre su pertenencia: “Consejo Insular de Aguas de La Palma.”

Obviamente, me indigné con este despilfarro inaudito del preciado y vital líquido elemento, máxime cuando en esas fechas había constantes llamamientos de las autoridades sobre la necesidad de ahorrar agua, así como declaraciones de malestar por la escasez para el regadío, especialmente en Tijarafe. Hice fotos y las distribuí a diestro y siniestro a través de las redes sociales. Incluso, como averigüé que el pozo con pérdidas en tuberías y canal era propiedad de la Cooperativa la Prosperidad, me puse en contacto con su gerente, para informarle de estos hechos. Me contestaron que estaban informados y que “en pocos meses, se iban a reparar las conducciones”. Bueno, no fue tan rápido, pues los meses se convirtieron en más de un año, pero pasado este tiempo pude comprobar que, por fin, el canal deteriorado había sido sustituido por una tubería de metal, y las fugas de agua en él, habían desaparecido.

“Haraganes” debajo de la carretera que muestran que por ahí está la fuga constante de agua.

Sin embargo, pasado este tiempo, he comprobado, de nuevo “in situ”, que no había motivos para la tranquilidad absoluta. Siguen las pérdidas de agua. Menos, pero constantes. A la cooperativa la Prosperidad, al reparar y sustituir por un tubo metálico el antiguo canal deteriorado, se le “olvidó” que el otro tubo, el de elevación desde el fondo del barranco de las Angustias, también estaba deteriorado en un punto….y sigue..y sigue…y sigue perdiendo el indispensable líquido día y noche, día tras día, mes tras mes, año tras año, con su correspondiente vegetación verde delatora debajo del lugar en cuestión. Y en el caso del Consejo Insular de Aguas, con respecto a la única fuga que tienen en la zona (que yo haya visto), pero mucho mayor….no se ha reparado nada de nada. El bosquete de “haraganes” está tan lozano y bien regado como lleva así décadas.

¿Cuánta agua se pierde en esta isla, sea en este o en otros lugares por mala gestión, dejadez, desidia, incompetencia? ¿Nos podemos permitir este lujo? ¡¡Esto es intolerable, y no lo podemos permitir!! Hago un llamamiento a todas las personas con sentido común de La Palma, que les preocupa nuestro presente y futuro hídrico, para movilizarse sacando fotos de todas y cada una de las pérdidas de agua que observen, en cualquier lugar, y las suban a las redes sociales, especificando lugar y responsables de estos desaguisados. Porque, si no lo hacemos así, luego somos los ciudadanos los que pagamos las consecuencias, sufriendo escasez, restricciones y precios abusivos. Todo porque hay gente que no cumple con sus obligaciones.