Alicia Warhola es el seudónimo de una joven dibujante grancanaria, afincada desde hace doce años en La Laguna, que escogió al azar, con el fin de pasar lo más inadvertida posible en un mundo que considera especialmente peligroso como el de las redes sociales.
La dibujante ha seguido el mismo recorrido que la mayoría de los que han escogido esta profesión con la particularidad de que en su caso se ha decantado por las obras de temática infantil y juvenil.
Desde que recuerda ha sido una apasionada de las historietas de Malfalda, Zipi y Zape y Manolito El Gafotas, estudió Bellas Artes en la Universidad de La Laguna (ULL) y luego ha conseguido hacerse un hueco en este complicado panorama, en principio no demasiado apropiado como es Canarias.
Aunque lo cierto es que durante los últimos años las islas han visto cómo se han asentado numerosas empresas dedicadas a la animación atraídas por los incentivos fiscales.
Pero esta joven no es tan optimista como el resto de sus compañeros con la implantación de estas productoras. En realidad las condiciones no son las adecuadas para el duro y especializado trabajo que desarrollan y que debería ser más reconocido, especialmente en los sueldos que están por debajo de la media del resto del territorio español.
Desde sus comienzos Alicia se ha centrado sobre todo en la ilustración y en el tiempo que lleva ha logrado algunos hitos destacables.
Por ejemplo, es la autora de los dibujos que aparecen en el libro Dos Raros de Vacaciones del legendario crítico musical y escritor, Jordi Sierra i Fabra, uno de los primeros periodistas que escribió sobre el rock en los setenta y autor de casi 300 obras, la mayoría novelas.
Recuerda que recibió la propuesta como “una auténtica pasada porque de adolescente era uno de mis escritores favoritos”. En concreto, se trató de la segunda parte de El Club de Los Raros, un libro dirigido al público infantil que también vio la luz en Sudamérica y es obra de un ilustrador español, Isidro Esquivel del que también es admiradora.
Por lo que sabe en este caso, Sierra i Fabra se quedó muy contento con el resultado final, aunque nunca llegaron a tener un contacto directo.
Nada más acabar la carrera de Bellas Artes se dedicó al mundo de la ilustración, hizo prácticas en publicidad, trabajó en una empresa de videojuegos y en otra que edita libros para niños.
Desde 2020 a 2022 participó en la serie de animación MeteroHéroes, fraguada en unos estudios ubicados en Tenerife, por lo que vivió en primera línea el auge de este tipo de propuestas que se han asentado en las islas.
Alicia ha visto cómo el esfuerzo es recompensado con continuas ofertas de trabajo de manera que ha conseguido encadenar un empleo tras otro. “No he parado, he tenido mucha suerte”, indica al recordar que desde 2016 ha venido sacando libros de temática infantil y juvenil, su público preferido.
Por medio de la editorial Le Canarien ha desarrollado otra faceta como son las obras de temática canaria. En total, ha hecho una decena de libros sobre El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife, más un cómic titulado El Guirre.
También ha sido la responsable de las ilustraciones de Un niño nuevo en clase y de la serie Pequeño Camelot, compuesta de seis volúmenes que acaba de terminar en estas fechas, encargados por la editorial Anaya.
Alicia se encuadra dentro del grupo de dibujantes que prefiere trabajar sobre historias ajenas, “la verdad es que no siento la misma pulsión por escribir que por dibujar”.
La creadora mantiene una estrecha relación con la Fundación Canaria de Cine + Cómics. Es autora del cartel de la segunda edición del Salón del Cómic en 2020, una cita anual por la que siente especial debilidad, cedió una obra para la subasta benéfica y aparece en un libro editado por la Fundación.
A la hora de aconsejar a los que se quieren sumar a este mundo, les transmite que se relacionen lo máximo posible entre ellos y que juntos consigan “dignificar al máximo” este trabajo.
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