Imagen de la exposición de Fernando Álamo, en la Casa Salazar.
La viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias y el Cabildo Insular de La Palma presentan, en la capital palmera, Por narices, de Fernando Álamo, un título que sintetiza la energía de uno de los artistas más importantes de la Generación de los 70. En esta nueva y espléndida entrega. Fernando Álamo nos ofrece alrededor de cincuenta piezas, producidas en 2008, para adentrarse en el retrato. Se sirve de un aspecto tan recurrente como los apéndices nasales para regresar a sus orígenes, a los "Rostros sin nombre", en una estimulante propuesta de libertad creadora, donde el ser humano sigue siendo el centro de su pintura. Esta exposición estará abierta al público en la sala de exposiciones del Palacio Salazar, hasta el 5 de julio y de exhibirá posteriormente en el Centro de Arte La Regenta de Las Palmas de Gran Canaria.
La obra de Fernando Álamo (Santa Cruz de Tenerife, 1952) fue experimental y ecléctica durante los setenta, hasta que hacia el final de ese decenio se sumergió en el pasado de la historia del arte y profundizó aún más en el collage. A partir de principios de los ochenta, su pintura figurativa introduce inequívocas referencias al mundo del deseo, haciéndose también festiva, irónica, atravesada de difusas referencias surreales.
Los cuadros de gran formato realizados en los dos últimos años dedicados exclusivamente al tema de la flor, constituyen una muestra de su hedonismo, de su canto a la naturaleza y las bellezas naturales. Pero también hay en estos cuadros un depósito cultural de lo que ha significado simbólicamente la flor.
El simbolismo coexiste, pues, con la epifanía de la belleza, con la voluptuosidad y la exuberancia, con la pasión y la sexualidad, y todo ello expresado de una manera muy pictórica, una manera en la que se percibe la absorción de los planteamientos de la gran pintura norteamericana del expresionismo abstracto
El color predilecto de Fernando Álamo es el negro, usado a modo de huellas o siluetas sobre el lienzo. Para el crítico Fernando Castro, "El negro es el elemento que armoniza el conjunto cromático. Es la nota fundamental en el acorde musical de su pintura. Su dinamismo antagónico constituye un relato cuyo tema no es otro que la vida misma concebida como lucha". Al referirse a esta nueva producción, Por narices, añade que "trata de la inestabilidad que rige en la vida, también en la relación entre los sexos en un sentido concreto; y dicha inestabilidad se plantea, como debe ser, en un sentido que no es literal sino metafórico. La nariz es un vector cuya función es equilibrar la composición"
Para el escritor Juan Manuel García Ramos, que junto a Fernando Castro escribe los textos del catálogo que acompaña a esta exposición, "todas las interpretaciones que se han formulado acerca de la obra de Álamo insisten en el vitalismo y el sentido lúdico de las imágenes -expresarse cabalmente en pintura-". Para concluir afirmando que la de "Álamo es una pintura en primera persona omniscente. El que pinta, se pinta; el que fotografía, se fotografía. Y en estas operaciones de franqueza se reclama la complicidad del espectador. En su última entrega, Álamo ha vuelto a las andadas. Se exhibe sin tapujos. Él esta ahí, detrás y delante del cuadro. Guiñándonos un ojo. El artista es el espectador al mismo tiempo; ejercicio de reciprocidad. La vieja lección de Velázquez"
Su pintura es mental y es vital, al dictado de sentimientos, fiel a sus convicciones, sin consignas. Más de treinta exposiciones individuales y alrededor de ciento cincuenta muestras colectivas avalan su trayectoria artística. Su obra ha trascendido nuestras fronteras de la mano de importantes galerías y en relevantes citas internacionales.
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