David Sainz en un momento del rodaje del corto ganador del Festivalito del año pasado. Imagen de archivo.
La celebración de la X edición del Festival Internacional de Cine Chico, más conocido como el Festivalito, que se debería celebrar en verano en la Isla, peligra por la falta de apoyo institucional. Y esto ocurre mientras que en un país como Nueva Zelanda lo han copiado.
El director del Festivalito, Víctor Fuentes, ha explicado a este periódico que de momento sólo el Cabildo y el Gobierno de Canarias, a través de la Consejería de Cultura, han manifestado un compromiso verbal de apoyo, mientras que otras instituciones, que no quiso nombrar, ni siquiera "nos han recibido y pasan del Festivalito", se lamentó. A quien si nombró Fuentes es a la Consejería de Turismo del Gobierno canario a la que criticó porque "lleva dos años sin dar ni un euro para el certamen", al igual que se ha perdido también el apoyo de las Consejerías regionales de Industria y Juventud.
Por ello, insistió en que todo está en el aire y que no sabe si habrá o no Festivalito, aunque dejó claro que si el respaldo económico no se lo confirman antes de abril o mayo, como el año pasado, no se hará porque para hacer las cosas bien hace falta tiempo.
Ante las dificultades económicas existente para la organización de este Festival Internacional de Cine Chico, que ya se vio el año pasado con un importante recorte presupuestario debido a que las instituciones disminuyeron las aportaciones, (de los 150.000 euros previstos al final se contó con 95.000 euros), Víctor Fuentes dijo que a lo mejor es el momento de replantearse el modelo y que sea el Cabildo quien se haga cargo del Festivalito en lugar de hacerlo una empresa privada. Claro que fue sólo de una idea, porque acto seguido el director y cineasta palmero manifestó que si al final este año no se hace el Festivalito, porque no hay dinero suficiente, el próximo año volverá a presentar el proyecto a las instituciones porque "yo creo en el Festivalito". Y es que Víctor Fuentes es el padre de este certamen que ha traspasado las fronteras y que ha ha convertido a La Palma en un gran plató de cine donde cineastas y actores se han tenido que enfrentar al reto de rodar un corto en tan sólo una semana, algo que hasta ahora nunca se había hecho en ningún festival de cine.
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