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El Paso

El Alma de Tacande se quedó sin casa

  • El fuego destruyó lo poco que quedaba de ella pero la leyenda sigue viva

El fuego destruyó la casa del Alma de Tacande en El Paso. Foto de C.R.

El fuego ya controlado de El Paso acabó con lo que quedaba de la Casa del Alma de Tacande, una de las leyendas más conocidas de la Isla sobre las manifestaciones sobrenaturales y el retorno entre los vivos de Ana González, la llamada Alma de Tacande en el año 1625. Los intentos de los bomberos por apagar el fuego no evitaron que ardiera y que ahora solo queden parte de las paredes de esta casa "encantada" que tantos ríos de tinta ha provocado.

La investigadora, cronista oficial de Los Llanos de Aridane y actual consejera del Cabildo, María Victoria Hernández, aunque lamentó el final que ha tenido la vivienda, también recordó que estaba en estado ruinoso y que ahora la prioridad son los bienes que han perdido los vecinos con el incendio. En cuanto a la casa dijo que ese lugar será siempre el recuerdo de una leyenda, una de las más bonitas de Canarias, y que a lo mejor algún día se puede hacer algo allí. No obstante, la consejera lo que sí dejó claro es que como consejera de Cultura no se plantea hacer una proyecto de adquisición ni de reconstrucción porque no es el momento con la situación actual que vive la Isla.

María Victoria Hernández recordó que la casa es un bien privado y que por tanto ninguna administración tenía ni tiene responsabilidad sobre la misma y que aún así el Ayuntamiento de El Paso la apuntaló para evitar que se cayera por su estado ruinoso e incluso había establecido un perímetro de seguridad para evitar la entrada de los curiosos.

Sin embargo, al final, el fuego le ha dado la puntilla a este trozo de patrimonio cuya leyenda por fortuna está escrita y a salvo. "La historia y la leyenda están escritas y ese lugar siempre será mágico aunque la casa se haya quemado", indicó María Victoria, una de las investigadoras del fenómeno de esta "alma en pena" que se manifestó en esos lugares en el año 1628. Un hecho que conmovió a la sociedad del siglo XVII y que ha sido recogido en prosa y romance por destacados eruditos, entre ellos Viera y Clavijo.

"Cuentan que durante ochenta y siete días el Alma de Tacande deambuló su pena y su pecado. Se presentaba en la casa de la hacienda de Tacande a arrullar a un niño y la cuna se movía sola, se oían dulces cantos y voces que procedían de persona no visible… y los desconocidos lloros de un niño recién nacido. Otras noches se escuchaban tamborcitos, panderos y castañuelas y cantaban voces de decenas de mujeres invisibles al son del ancestral villancico a lo divino: «María lo envuelve, José lo arrulla; | por ser carpintero, el niño no tiene cuna. | María lo envuelve en sus lindos cantares».

Pero la leyenda con el paso de los siglos, según las investigaciones de María Victoria Hernández, pasó a tener visos de realidad, al menos entre sus protagonistas directos, ya que en los índices parroquiales que se guardan en el Fondo Lorenzo Mendoza, del Archivo Municipal de Los Llanos de Aridane, se encuentra la inscripción del bautizo de Salvador, el hijo de Ana González (El Alma de Tacande) por el que esta murió de parto. El bautizo tuvo lugar el 12 de septiembre de 1625 figurando ser  hijo de Juan Pérez y Ana González. De igual manera aparece en el libro correspondiente de la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios.

 

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