¿Vamos a dejar morir el cine?

En un símil médico los Multicines Avenida de la capital palmera están enfermos y si nadie lo remedia con el tiempo entrarán en coma y morirán, desaparecerán. Pero no se engañen, la culpa no es de la crisis, que afortunadamente no se ha notado especialmente en las salas capitalinas, los problemas económicos vienen de atrás.

Durante décadas este cine fue el único que había en la Isla, pero con el tiempo ha ido perdiendo fuelle y espectadores. Hay días a la semana en que las salas, las tres que hay, no suman ni una veintena de espectadores y así difícilmente puede ser rentable. Seis personas trabajando, el alquiler del local, luz, agua, teléfono, y el alquiler y transporte de las películas. Demasiados gastos y muy pocos ingresos. La mayoría de las veces la recaudación no da para pagar el transporte de las películas. Este es el pan de cada día de estos cines que todo el mundo supuestamente quiere pero que muy pocos usan y así es difícil que los accionistas que los sustentan a base de pólizas, lo mantengan, pese al espíritu filantrópico que durante tanto tiempo han tenido.

¿Se imaginan a Santa Cruz sin el cine? Yo no, porque aparte de estos cines, del teatro Circo de Marte, recién reabierto después de veinte años cerrado por la desidia institucional, y del teatro Chico, poco más hay para el ocio y la cultura. No se trata de ir  todos los días al cine, porque no todo el mundo se lo puede permitir, pero acudir con cierta frecuencia a ver una película en la gran pantalla es algo a lo que nadie debería renunciar porque al fin y al cabo esta vida se compone de algún gran momento, y de muchos pequeños placeres y el cine, junto con las palomitas de maíz, es uno de ellos.

El cine es cultura, es entretenimiento y sólo si todos ponemos algo de nuestra parte los Multicines se salvarán. Por parte de los trabajadores no va a quedar, porque no paran de hacer cosas para atraer público. Cine gratuito para los escolares con el fin de que se aficionen al séptimo arte, ciclos para todos los públicos con precios especiales, las películas del momento, que aunque con algo de retraso llegan gracias a la insistencia de  Fernando Tena, el alma de las salas, porque a las distribuidoras, nos cuenta, no le interesan los cines pequeños, pero aún así la gente se resiste.

¿Qué nos pasa a los palmeros? ¿Por qué pasamos tanto de las cosas? Y no me digan que es por el dinero, porque por cinco o seis euros no nos vamos a arruinar y en el DVD las pelis no son iguales. Sí, estamos en casa y las vemos cómodamente repochados en el sofá, sin que el de al lado nos moleste, es verdad, pero el placer de ir al cine es incomparable y por ir un a par de veces a la semana al cine nuestra economía no se va a arruinar. Seguramente si los Multicines cierran, nos echaremos las manos a la cabeza y diremos que es inconcebible que Santa Cruz de La Palma se quede sin los cines, como si la cosa no fuera con nosotros y se mantuvieran solos.