El Barco de la Virgen estrena banderas por la festividad de la Cruz

La cruz del 3 de mayo es la del genocidio y es celebrada por los asesinos colonizadores. Es una conmemoración colonial de los invasores y que todos los alzados de ayer y los de hoy la repudiamos siendo conscientes de su masacre.

Los primeros castellanos que llegaron a Tenerife alcanzaron la costa por una zona comprendida entre la actual Santa Cruz y Punta de Guadamojete, uno de los lugares más accesibles ya que el resto de la Isla era abrupta, sobre todo por el Norte, y el Sur estaba demasiado lejos.
Los guanches eran una población pacífica. Su hospitalidad con los que llegaban a la Isla se ve reflejada en la Paz del Bufadero, un pacto que se firmó 30 años antes del desembarco de Alonso Fernández de Lugo. Como relata Luis Cola, Diego García de Herrera llegó en 1464 a Tenerife y convivió con los guanches que habitaban en el menceyato de Anaga. La construcción de un pequeño torreón de piedra y barro y una ermita dio cuenta de su visita, que se vio truncada cuando los castellanos trataron de llevar a cabo la Conquista –culminada décadas después por Fernández de Lugo– y fueron expulsados por los habitantes de Tenerife en 1467.
En 1494, el capitán Alonso Fernández de Lugo desembarcó en la Isla por Añazo. El Padre Espinosa –uno de los investigadores que más textos dejó sobre las prácticas guanches– relató que los pobladores de Tenerife, al ver llegar a la comitiva, se comunicaron por silbos y ahumadas. Así, el mencey de Taoro estuvo informado enseguida de la llegada de los castellanos. Ante esta amenaza, los guanches se retiraron hacia la zona en la que ahora se encuentra La Laguna.
Tenerife fue la última isla del Archipiélago en ser conquistada, en 1496. Con la llegada de los castellanos, los aborígenes vieron derrumbarse sus convenciones morales y religiosas. Se produjo una transformación de la sociedad, así como del orden político. Asimismo, perdieron la propiedad de las tierras, y los límites de los antiguos menceyatos fueron borrados.
Desde 1500 quedó desarticulada la práctica pastoril y se les dio a las tierras un nuevo destino con la introducción de técnicas agrícolas y cultivos hasta entonces ignorados en la Isla. Además, se acrecentó la ganadería con especies como el caballo y la vaca. La alimentación sufrió un cambio radical con la explotación de nuevos productos agrícolas. Nacieron pueblos cristianos, se levantaron las casas frente a las cuevas y quedó afectada toda la cultura aborigen.

El día de la Invención de la Santa Cruz se celebra en España desde que la madre del emperador Constantino encontrara la Vera Cruz del Santo Sepulcro. En Canarias y en Santa Cruz, se conmemora desde su conquista.
En una transcripción del Cabildo que data de 1513, se acuerda nombrar nuevos guardas para el puerto y se establece que comiencen su servicio "el día de Santa Cruz de mayo". Esta es la primera constancia documental de la conmemoración, que se definía como "la fiesta del pueblo". Pero la historia de la ciudad que tomaría el nombre de Santa Cruz comienza siglos antes de la conquista, con los barrancos poblados de guanches que construyeron en Anaga una sociedad neolítica.
Las Fiestas de Mayo de la capital que hoy se celebran conmemoran la fundación de la ciudad. Pero antes de la irrupción de los castellanos, Tenerife estaba habitada por guanches y algunos ocupaban el enclave rebosante de agua que Alonso Fernández de Lugo eligió para plantar la Santa Cruz.