Se trata de un volumen de más de 400 páginas en el que desgrana la historia, el cultivo, el proceso de elaboración de los puros y, por último, el léxico tabaquero de La Palma
El escritor y filólogo Anelio Rodríguez Concepción acaba de publicar un profundo estudio sobre la cultura del tabaco en la isla de La Palma. El volumen que hace el número 8 de la colección “Decires, Cuadernos Palmeses de Folklore”, de Cartas Diferentes Ediciones, ha contado para su edición con la colaboración del Cabildo Insular de La Palma, ayuntamientos de Breña Baja, El Paso, Los Llanos de Aridane, Breña Alta y Santa Cruz de La Palma y la Dirección General de Agricultura del Gobierno de Canarias.
Se trata de un amplio volumen de más de 400 páginas en el que se desgrana la historia, el cultivo, el proceso de elaboración de los puros y, por último, el léxico tabaquero de La Palma. Además, la monografía ofrece siete apéndices relacionados con distintos aspectos de la tradición tabaquera y, en especial, un cuidado y completísimo catálogo de las vitolas o marcas de fábrica de más de dos centenares de industrias y chinchales que se han sucedido y desarrollaron su actividad en La Palma.
El libro de Anelio Rodríguez Concepción, La tradición insular del tabaco (mucho más que humo y ceniza) supone una nueva edición revisada y notablemente ampliada de un trabajo anterior, publicado inicialmente en el año 2000. Hay que recordar que, desde el último tercio del siglo XIX y hasta hace escasos años, la industria del tabaco ha sido una de las más sólidas parcelas de la economía insular. Ello ha conducido a que el tabaco y, por extensión, el puro palmero hayan arraigado en la cultura de la isla, convirtiéndose en uno de sus elementos más conocidos y, sin duda, en un emblema para sus habitantes.
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Pintao
Los breñuzcos de Buena Vista y Botazo que habiendo nacido en la época de los cuarenta, y que como en mi caso nos hicimos hombres viviendo en la zona de Calcinas/San Sebastián, distinguimos perfectamente no sólo semilleros, posturas, cujes y matules sino también el perfume del tabaco húmedo y el chasquido de las cuchillas sobre la madera después de recortar la capa, y hasta el tacto de la poliada.
Algunos afortunados chiquillos hasta nos cogía de camino al volver de la escuela, algún chinchal donde se podía estudiar anatomía humana remirando de soslayo los almanaques de las paredes, que supongo que al terminar el año, pasaban a engrosar ordenadamente la colección. Sin duda un magnífico complemento a las clases de historia natural que en aquellos tiempos era muy ñoña.
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DOSDEMAYO
Debe ser muy interesante para nosotros lo que cuenta el maestro en este libro pues aquí, en Santa Cruz, he oído decir a mi padre que existieron importantes fabricas de puros y cigarrillos y en las tabaquerías existía una persona que leía un libro mientras los artesanos fabricaban los famosos puros palmeros. O sea que la industria tabaquera era a su vez trabajo y cultura.
También existieron importantes fabricas en El Paso y otros lugares de esta Isla y el cultivo del tabaco , su recogida y secado generó mucho trabajo y bienestar.
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