“No me considero un director a contracorriente de nada. En todo caso me considero a favor de la corriente que conecta con el corazón de muchas personas, y que trata de apostar por temas como la esperanza, la alegría, el amor y la fe”. Es Juan Manuel Cotelo, el director, actor y productor que recibirá este viernes una de las Estrellas Homenaje del XIV Festivalito que arranca este viernes y de quien se proyectarán sus películas Tierra de María y El mayor regalo.
Ya lo había anunciado el director del Festivalito, José Víctor Fuentes, en el momento de presentar esta edición. “Somos un festival tan transgresor que este año tendremos a un director que habla en sus películas sobre religión y sobre la necesidad del perdón”. Cotelo admite recibir este reconocimiento “con sorpresa y mucha ilusión” por parte de un festival del que ya tenía referencias “porque todo el mundo habla de él con simpatía. Lo único que siento es estar pocos días en La Palma”.
Desde su productora Infinito+1 (fundada en 2008 junto a Simona Puscas y que es a su vez una distribuidora y una Fundación), ha logrado producir y distribuir cuatro largometrajes, que han sido estrenados en más de una treintena de países, además de haber sido adquiridos por la plataforma Netflix para su catálogo mundial.
Todos sus títulos abordan de alguna u otra forma la dimensión espiritual del ser humano, tema muy poco hollado por el cine español actual, aunque eso a Cotelo no parece importarle. “De modo casi inconsciente toda mi vida he huido de las modas, pero no por estar en contra de ellas, sino por un sentido de la libertad que defiendo, que vivo y que protejo”, afirma. “Creo que si hay una historia que a mí me interesa, también puede interesarle a otras personas. Mucha gente contacta conmigo cada día para darme las gracias tras ver alguna de mis películas porque es lo que estaban buscando, lo que confirma que no soy el único raro”.
En Tierra de María un Juan Manuel Cotelo escéptico pero curioso ejerce de abogado del diablo recorriendo medio mundo, desde Bosnia a México, desde Estados Unidos a Panamá, para averiguar qué hay en torno a las apariciones marianas. En El mejor regalo, el director de un western, el propio Cotelo, trata de buscar un final alternativo y feliz para su película que no esté necesariamente vinculado a la venganza o muerte.
Ambos títulos podrán visionarse en Los Llanos de Aridane (el sábado 1 de junio en los Multicines Millennium a las 19:00 y en la plaza de España a las 22:00 horas) y en Santa Cruz de La Palma (el miércoles 5 y jueves 6 en el Teatro Cine Chico a las 18:00 horas). En los pases del sábado habrá un debate posterior con presencia del director.
¿Y qué busca Juan Manuel Cotelo en sus películas? “Al principio buscaba simplemente pasármelo bien y eso ya era una meta atractiva”, admite. “Pero desde hace unos años ya no me conformo con eso, sino que intento provocar en el espectador un efecto secundario de esperanza. Hoy existe una contaminación del desánimo que quiero combatir. Mis películas no responden a ninguna teoría, simplemente hablan de vidas que han logrado tener más esperanza y de gente que ha superado un sufrimiento”. ¡Y qué sufrimiento! En El mejor regalo recoge testimonios reales estremecedores de reconciliación y perdón en países como la Irlanda del IRA, la Colombia de la guerrilla o la Ruanda del genocidio.
Paradójicamente, uno de los elementos recurrentes en sus películas es el humor. Cotelo hace suya una frase de Chesterton para recordar que “el humor es una delicada cortesía con el espectador, y en temas que son especialmente duros el humor debe ser no solo una cortesía, sino casi una obligación. A mí el humor me sale de forma natural, pero lo cierto es que funciona y la gente lo agradece”.
Otro de los aspectos llamativos de su obra es un estilo narrativo que amalgama ficción y cine documental de manera poco común y que despista a más de un espectador y a no pocos críticos. “Me encanta este desconcierto que genera. Yo mismo no sé cómo clasificarlo. Quizá como un género que se parece a la vida misma, en la que se entremezclan la realidad y la ficción, lo romántico y lo terrible, lo trágico y lo cómico. Mis películas no obedecen tanto a un formato como a la libertad de la historia que cuentan”.
Un último misterio envuelve a sus películas: cómo una productora tan pequeña puede abordar el rodaje de películas con limitados medios y escasos repartos pero cuyas localizaciones nos llevan a varios países de Europa y América. Cotelo explica que no hay otro secreto que “llamar a la puerta”. Y cuenta que para hacer El mayor regalo “me he pasado dos años llamando a puertas para buscar financiación. No a las de grandes despachos, porque si se hiciera un análisis de mercado, nadie haría estas películas”. Y asegura que las personas y entidades que colaboran en sus rodajes, directamente o a través del crowfounding, lo hacen porque su cine ofrece “algo más”.
El Festivalito, Festival de Cine de las Estrellas de La Palma, es una iniciativa de la productora Chukumi Studio. Su máximo impulsor y su patrocinador principal es el Cabildo de La Palma, a través de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico y de la Consejería de Turismo. A ellos se les une el patrocinio del Gobierno de Canarias y los ayuntamientos de Los Llanos de Aridane y de Santa Cruz de La Palma.
También cabe reseñar la participación de instituciones y empresas canarias como Universidad del Atlántico Medio y Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, y otras palmeras como el Ayuntamiento de El Paso, Casa Cabrera, Consorcio de Servicios de La Palma, Bodegas Llanovid, Transportes Insular La Palma, Hotel Hacienda de Abajo, Cajamar, Heineken y Viajes Oasis.
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