Miguel Pérez.
Acabo de enterarme del fallecimiento de mi buen amigo José-Francisco Acosta Perera (Médico), nacido en la Ciudad de El Paso, hombre en el mundo de la medicina, ejerciéndola muchos años en Santa Cruz de La Palma, como Jefe de Urgencias, dando muestras de su innegable profesionalidad a lo largo de una vida dedicada a la medicina.
Como consecuencia de tu muerte en Sevilla donde muchas veces visitabas junto con tu querida esposa Rosa, a tu querida hija Beatriz, su esposo e hijo, te hago este tributo. No se trata de una despedida, sino que, muy al contrario, estas letras demuestran una unión emocional de tal pujanza que no se rompe con la muerte.
Y tú, entrañable amigo y Médico, has dejado un vacío difícil de llenar. Merodean en mis pensamientos, cuando de visita a nuestra Isla de La Palma, no veíamos mucho en tu Ciudad de El Paso y en la Playa de Puerto de Naos en la época de verano, iba a verte, siempre nos veíamos en las tardes, haciendo charlas con nuestras mujeres y tomando unos refrescos y cervezas. Y las dos veces que nos vimos en Sevilla en el Barrio de Triana donde te hospedabas, comiendo en la Tasca “La Gamba Blanca”.
A estas alturas, en las que estamos, déjame que te diga, que uno se va acostumbrando a la idea de la muerte, a la propia me refiero. Es una idea triste, sí, triste e incómoda. Pero a lo que no me acostumbro, es a despedir a los allegados, a los amigos, porque no me conformo con la idea de perderlos y por eso te escribo en primera persona.
Por eso ahora en tu muerte, aprovecho la oportunidad que se me presenta para decirte amigo de corazón:
Querido Francisco: Soy una persona afortunada en haberte conocido y disfrutado contigo años. La amistad a veces surge como el “amor a primera vista”. La clave de la verdadera amistad es querer al amigo “tal como es”.
Ya no te encuentras con nosotros presente físicamente porque la vida es efímera y frágil, pero los sentimientos son imperecederos y tu huella imborrable. Aunque con nuestra llegada al mundo, tenemos implícita la mismísima seguridad y que es cierto de marcharnos algún día, como lo has hecho tú el día (23-06-2021) de este mes actual.
El vacío que deja la partida de un amigo, no es fácil. No. No lo será nunca, porque como dice la canción. “Cuando un amigo se va, algo se pierde en el alma…” Y tú, entrañable amigo, has dejado un vacío difícil de llenar, por tu partida hacia la otra vida.¡Hasta luego querido amigo Francisco!
ESCRIBE: Miguel Pérez.
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