Después de 85 días y 8 horas, el consejero portavoz del Gobierno de Canarias, Julio Pérez, anunciaba el 25 de diciembre de 2021 que la erupción del volcán “Tajogaite” en la isla de La Palma había finalizado. Tres años después de aquella tragedia natural, que afectó a más de 7.000 personas y que destrozó más de 2.600 edificaciones, casi un centenar de kilómetros de carreteras y unas 400 hectáreas de cultivo, Cáritas Diocesana de Tenerife continúa atendiendo y acompañando a las personas afectadas, muchas de las cuales perdieron sus viviendas y medios de vida. En concreto, hasta el momento se han producido más de 4.000 atenciones y son 1.300 las familias y 3.400 las personas (entre ellas 725 menores) que han recibido algún tipo de ayuda de la entidad, gracias a las aportaciones recibidas en el marco de una Campaña de Emergencia y Solidaridad con la Isla.
A lo largo de este año 2024 en respuesta a la emergencia volcánica se ha atendido a 159 familias y un total de 179 personas, muchas de las cuales acudían por primera vez a los diferentes proyectos que se han iniciado para responder a las necesidades de las personas damnificadas. No en vano, en la actualidad el proyecto trata de dar respuesta a los colectivos que todavía se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad tras la erupción volcánica. Así, continuamos atendiendo de manera directa a familias afectadas, en su mayoría en temas de vivienda, ya que todavía son muchas las personas que siguen construyendo sus nuevas viviendas tras haber perdido todos sus medios de vida. De igual modo, seguimos apoyando a familias que están volviendo a sus hogares en las zonas de donde habían sido desalojadas, como el barrio de Puerto Naos, donde muchas viviendas y enseres sufrieron graves daños y desperfectos.
Además, Cáritas Diocesana de Tenerife mantiene en activo el “Centro de Escucha San Camilo La Palma”, un servicio de atención y acompañamiento a personas que están pasando por una crisis personal o familiar, por una situación de sufrimiento, de confusión o desorientación en sus vidas a raíz de la erupción del “Tajogaite”. En esta línea, se ha atendido ya a más de una veintena de familias, a través de un grupo de personas voluntarias que han sido formadas desde el Centro de Humanización de la Salud de los Religiosos Camilos, para tener las competencias necesarias y realizar esta labor de ayuda y consuelo.
Otra de las líneas más significativas que ha nacido a raíz de la erupción volcánica es la de acompañamiento al colectivo de personas mayores en soledad, personas que en la mayor parte de los casos perdieron su vivienda o fueron desalojados durante años y han tenido que tejer nuevas redes e iniciar una nueva vida en un entorno que no es el suyo. Desde esta necesidad ha ido caminando el proyecto denominado “Activa2”, en la zona de Las Manchas y Los Llanos de Aridane. Se trata de un proyecto desarrollado por un grupo de personas voluntarias con el acompañamiento del equipo técnico del programa de la emergencia, donde una treintena de personas mayores realizan distintas actividades con el objetivo de crear nuevos espacios comunitarios, para que puedan sentirse parte activa en los municipios donde ahora residen.
En coordinación con varias entidades públicas, desde el proyecto de respuesta a la emergencia volcánica de Cáritas Diocesana de Tenerife también se está acompañando a un grupo de familias que actualmente están alojadas en unas instalaciones cedidas por la Diócesis Nivariense, que debido a la grave problemática de vivienda que padece la isla de La Palma se encuentra en una situación de vulnerabilidad extrema.
Por último, continuamos en coordinación y participando con las entidades que siguen trabajando en la comunidad con el colectivo de personas afectadas por el volcán, porque creemos en la importancia de la participación comunitaria y su desarrollo para que puedan regresar lo antes posible a la normalidad en sus vidas.
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Vespasiano
Para eso tiene que estar el Gobierno, no las asociaciones caritativas privadas.
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charcoverde
Sin palabras la labor de Caritas realizada en su gran mayoría por voluntarios/as de la Isla con mucha cercanía a los más vulnerables.
Mientras tanto el Cabildo pone un servicio telefónico de acompañamiento a los mayores y el gobierno de Canarias monta una oficina con un montón de gente para atender a los damnificados a los que aburren pidiéndoles tres veces el mismo documento.
Patético.
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Julitte
Si fueran Mohamed estarían a cuerpo de rey en un hotel
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