La Federación de AMPAS Benahoare cuenta con una nueva junta directiva tras las tensas elecciones llevadas a cabo el pasado viernes en la sede de la federación y que dieron como vencedora a la candidatura encabezada por Natalia García Pérez, que obtuvo el 73% de los votos.
La nueva junta directiva electa ha expresado la necesidad de solicitar una auditoría de cuentas y una auditoría documental ya que en la asamblea general celebrada una hora y media antes de las elecciones, el entonces presidente en funciones Norberto Hernández presentó la memoria económica de los cursos 2009-10 y 2010-11, que generó un intenso debate "a causa de sus lagunas", por lo que no fue aprobada. Además, dos semanas antes de las elecciones, cerca de treinta Ampas dirigieron un escrito a la Confederación de Federaciones Insular de Ampas de Canarias, en el que se exponían "una serie de presuntas irregularidades" detectadas en la gestión económica.
A las elecciones para elegir a la nueva directiva, se presentaron dos candidaturas, la de María del Mar Valido, y en la que figuraba como vocal el ya ex presidente Norberto Hernández, y la de Natalia García Pérez. Estaban convocadas 48 Ampas, de las cuales 41 ejercieron su derecho al voto y de cada Ampa votaban 2 representantes (presidente y vocal). Siendo los resultados los siguientes: 5 votos en blanco, 15 votos para la candidatura de Mª del Mar Valido y 52 votos para la candidatura de Natalia García Pérez, proclamándose ésta última presidenta de la Federación con un respaldo del 73% de los votos.
La candidatura ganadora, que consta de once miembros, representa a todo el espectro de centros educativos de la Isla, pues la forman padres y madres de Ampas de centros de educación especial, centros incompletos, I.E.S., C.E.I.P. y escuelas unitarias. Esta candidatura, explican desde la federación, surgió como respuesta a un descontento general sobre el funcionamiento y gestión de la Federación por la junta directiva que presidía Norberto Hernández.
Según informan desde la federación, las elecciones se celebraron en un clima de tensión y de desconfianza, por lo que fue necesaria la presencia de un observador de la Confederación de Federaciones Insular de Ampas de Canarias.
