El drama del paro se agranda con 294 nuevos desempleados

Me alegra que cada día sean más el número de ciudadanos que se van dando cuenta que la solución posible y a corto plazo para mejorar la economía de Canarias está en el sector primario.

Primero, porque partimos del principio básico y matemático de que si mejoramos nuestra balanza de pagos interior, dispondremos de más recursos para desarrollar la economía.

Me explico: Es de sentido común que del Archipiélago salen ingentes cantidades de recursos para importar artículos alimenticios, parte para alimentarnos los dos millones docientos mil canarios y parte para hacer el negocio de darle de comer a once millones y medio de turistas que recibimos al año. Esos recursos entran por medio de nuestras exportaciones y del turismo que es nuestra principal exportación.

Según todas las estadísticas que he visto, Canarias es deficitaria en un porcentaje que va de 83 al 90 % del total de los artículos alimenticios que consumimos. Si este porcentaje baja, quedarán más recursos financieros en manos de Canarias, pues habremos pagado menos fuera.

Esto se consigue produciendo aquí la parte mayor que sea posible de todo lo que importamos. Que ganamos con ello? Pues no sólo nos ahorramos de pagar fuera muchos millones de euros, sino que los producimos aquí, aumentando con ello la creación de actividad económica, y ayudando con ello a dos factores claves para mejor nuestro panorama diario: Uno, se crearán bastantes nuevos puestos de trabajo. Dos, inducimos la economía interior inyectando en el sistema los réditos de la actividad agraria, ganadera, industria alimentaria, transporte entre las islas, comercio etc.

Y de los muchos recursos que hoy por hoy nos gastamos en la Península al Reino Unido, a Brasil y Uruguay, y a tantos lugares de donde importamos comida, ahorraremos parte, tanto como lo que produzcamos en casa.

Pero esto no es tan fácil como parece, pues resulta que con el negocio de la importación, se nutre una parte de nuestros grandes comerciantes, que para ellos representa un negocio seguro y bien remunerado, no en vano, parte de los artículos que consumimos están subvencionados con porcentajes considerables en principio con el fin de que la "cesta de la compra" del canario le salga más barata. Pero que pasa, que cuando escaseaba la mano de obra para la agricultura, esto tenía cierta justificación, pero subvencionar las papas por ejemplo, para que salgan más baratas y al mismo tiempo teniendo mano sobre mano a cuatrocientos mil canarios es poner el carro delante de los bueyes, y quien dice papas, dice fruta, carne de pollo o leche. De importar, importamos hasta el grano para hacer el gofio, engañándonos a nosotros mismos, pues por este camino lo que ganamos a través de los fondos del REA lo pagamos en ayuda social para familias sin recursos o en contribución a Cáritas o la Cruz Roja para alimentar un número de Canarios que cada vez será mayor.

Actuamos como si fuéramos árabes del Golfo Pérsico, importando lo que podríamos cultivar trabajando. Ellos se lo pueden permitir porque son ricos, pero nosotros, ricos son unos poquitos, cada vez más ricos, y según Cáritas, tenemos un 30 % de la población sumida en la parte de las estadísticas que llamamos pobreza, desde pobreza exterma, a pobreza de solemnidad.
Pero también es cierto, desgraciadamente, que los pueblos no cambian en sus modo de enjuiciar las cosas de la noche a la mañana, por una ley sociológica que hace que el individuo vea la luz mientras la colectividad con su cúmulo de intereses creados y idiosincrasia, continúe con "la empanada mental" dando lugar con ello de que nos conformamos sólo con promesas huecas o echamos la culpa a cualquier cabeza de turco imaginaria y si el político de turno dice que "Tranquilos, esto va a mejorar más pronto que tarde" o la culpa la tiene Zapatero, o cualquier otra chorrada que oigamos, a la mayoría parece confortarles y a base de resignación vamos tirando, mientras dure la solidaridad familiar que hace que hoy la pensión del abuelo aunque efímera, tapa muchos agujeros.

Las medidas que necesitamos son medidas estructurales que para tomarlas hay que modificar leyes de gran calado y tener unos gobernantes consientes de la gravedad de momento, pues para enderezar la situación seguro que habrá que negociar con gente poderosa a la que los políticos locales no se atreven a incomodar pues en ello les va el sillón con cada vez más escasas prebendas pues cada vez somos más pobres.

Y esa es la cosa, nada fácil por cierto.