La vitivinicultura es una actividad bonita pero dura y sacrificada y no siempre reconocida. Precisamente por eso el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Vinos de La Palma, Juan Crispo, ha reclamado más atención de las administraciones para el sector vitivinícola que “está ahí de toda la vida y contribuye a mantener nuestro paisaje y nuestra cultura”. “Siempre que tenemos una botella de vino hay una conversación, y yo creo que debe tener más atención”, indicó.
Crispo se queja de que es un sector que prácticamente va solo, “las bodegas van solas, los viticultores trabajan solos; tienen pequeñas ayudas pero le cuesta mucho trabajo cobrarlas; le cuesta mucho sacrificio y, luego, todo son inconvenientes y trabas en la administración”.
El presidente del Consejo Regulador considera que debería haber más facilidades y más ayudas para las personas que se dedican a esta actividad que configura un paisaje y que complementa la renta de muchas familias en islas como La Palma.
Crispo se mostró así de reinvidicativo al ser preguntado por las demandas del sector a los políticos, coincidiendo con la celebración del día de San Martín el pasado sábado en Breña Baja, acto en el que se dieron cita, además de viticultores y bodegueros, numerosos políticos entre los que se encontraban el consejero regional de Agricultura, Narvay Quintero, y el consejero insular del ramo, Basilio Pérez.
AntonioLuz
Crispo, !!no los invites a beber a la bodega¡¡¡ a ver si se dan por aludidos.
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Pues no sé lo que la gente le ve al vino de La Palma. A mí no gusta.
Tampoco me gusta la uva de la isla, esa uva pequeña y ácida.
No soy de vino, pero cuando bebo un poco siempre elijo uno de fuera de Canarias, bien un vino francés o del centro de España.
Una cosa que no entiendo es el porqué clasifican a la hierba rabo gato como invasora y que no hagan lo mismo con los viñedos. Cuando aquí vivían los aborígenes no había uvas.
En la foto lo que veo es un paisaje contaminado de plantaciones de vides.
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