Miriam Cruz lidera el nuevo Rincón de Moraga, que aspira a conseguir la primera Estrella Michelín para La Palma

El Rincón de Moraga, el conocido restaurante de Los Llanos de Aridane situado en una hermosa casona de Argual, ha cambiado de manos. Miriam Cruz es su nueva propietaria. Esta ejecutiva palmera, de 35 años de edad, que se crió en el barrio llanense de La Laguna, estudió Administración y Dirección de Empresas, vivió doce años en Inglaterra y lleva diez trabajando en una corporación de consultoría estratégica de recursos humanos y headhunting británica. Lanzó la división de Iberia y Latinoamérica desde Inglaterra, desarrollando negocio y equipos, y hace cinco años se trasladó a Madrid, donde se instaló la base de la división que lidera, siendo actualmente la directora general de dicha región.

Su amplia experiencia desarrollando equipos y negocios, y también el hecho de que su familia siempre ha estado muy vinculada al mundo de la gastronomía, la han animado a embarcarse en esta aventura para dar un nuevo enfoque a este establecimiento, que lo convierta en todo un referente de la gastronomía de la isla de La Palma. Un lugar imprescindible para aquellos que aman el placer de la buena cocina y el gusto por un servicio de primera calidad, en un entorno incomparable como el Llano de Argual.

“Mi padre, ahora jubilado, trabajó durante más de 30 años en la Panificadora Llanense y mi madre, durante más de 20, gestionó un pequeño negocio familiar de repostería”, recuerda Miriam Cruz, cuyo hermano pequeño, Jorge Cruz, de 32 años, lleva tres años como Jefe de Cocina en El Rincón de Moraga y es una pieza clave en este nuevo camino que inicia el restaurante.

Miriam Cruz detalla algunos aspectos de su carrera profesional. “Durante los últimos 10 años me he desarrollado profesionalmente en el ámbito de la gestión de equipos y negocios. Ayudo a multinacionales de la talla de Red Bull, Estee Lauder o Grupo Siro, la empresa que realiza toda la marca blanca de bollería, cereales y galletas a Mercadona, en cómo deben enfocarse en el terreno de los recursos humanos para alcanzar de la manera más óptima sus resultados. Para ello les proporciono orientación y consultoría en relación a tendencias de mercado o consumidor”. “Siempre he sentido la necesidad de volcar todo mi conocimiento, energías y tiempo en mi tierra, y creo que llegó la oportunidad perfecta”, apostilló.

Esta profesional, que vive a caballo entre Madrid, Londres, París y La Palma, considera que ahora es el momento de dar ese salto y trasladar todo ese inmenso bagaje de conocimientos que ha ido adquiriendo en su relación profesional con multinacionales a la isla de La Palma. Está convencida de que se pueden cambiar cosas para mejorar la gestión de este tipo de actividades en la Isla. “Además de ayudar a potenciar la carrera profesional de Jorge, no solo como cocinero sino como joven empresario, quiero trasladar a la isla conceptos que las empresas más pioneras de Europa están actualmente implantando gracias a la gestión de mi equipo y mía en el ámbito nacional”.

El Rincón de Moraga o una apuesta por excelencia culinaria.

Por su amplia trayectoria laboral, Miriam es de la opinión de que aunque las cosas siempre hayan sido de una determinada manera no tienen por qué seguir siendo así. “En mi carrera -dijo- he ayudado a muchas empresas a romper barreras y a generar el cambio”. Y eso es precisamente lo que quiere hacer ahora en La Palma. “A través del nuevo proyecto de El Rincón de Moraga, quiero romper esos límites impuestos por nosotros mismos en muchos casos dentro de la isla; quiero demostrar que esos límites se pueden traspasar, y que en La Palma no solo hay mucho potencial, sino que disponemos de un entorno envidiable, internacionalmente hablando, que debemos aprovechar”.

“La Palma es el paraíso, con muchísimo potencial, donde el talento del palmero está aún por desarrollar en muchos aspectos”, recalcó esta joven ejecutiva acostumbrada a bregar en muchos frentes, al que ahora suma también el de los fogones. Sin embargo, para ella cambiar no significa una ruptura con todo lo anterior, en este sentido explicó que tras su llegada al Rincón de Moraga “he mantenido la cocina con el mismo personal que hasta ahora: Carmen Cabrera, José Alberto Díaz y Jorge Cruz están al mando del desarrollo culinario del restaurante; queremos hacer cocina de vanguardia, sin centrarnos en el prisma insular; vamos a pensar en global a partir de ahora”.

Entre los cambios hechos está el personal de sala. “He apostado por talento joven, con mucha ilusión y ganas, pero sobre todo por un equipo que va a ayudarnos a reforzar la experiencia Moraga para todo aquel que venga a conocernos”.

“Llevamos trabajando como equipo unas semanas y en tan poco tiempo -dijo- he podido ver como todos, no solo se están adaptando a una nueva forma de trabajar, sino que cuento con gente con un altísimo potencial de desarrollo que quiere crecer y que está totalmente implicada en el objetivo global que nos hemos marcado, conseguir la primera estrella Michelín en la isla de La Palma”.

Miriam y su equipo con el sumiller Josep Roca.

Apunta muy alto esta economista y empresaria que transmite confianza en lo quiere y en cómo lo quiere conseguir, ya que solo así se pueden hacer realidad los sueños por muy inalcanzables que parezcan. “Vamos a hacer las cosas bien, todos los empleados cuentan con unas condiciones laborales óptimas; estamos invirtiendo por reforzar la relación con el proveedor local, ayudándole a integrarse en nuestro proyecto; queremos que nuestros vecinos puedan disfrutar del proyecto hasta el punto no solo de verse beneficiados por lo que ello conlleva, sino que pueda ser referente de orgullo para el pueblo de Los Llanos de Aridane”.

Por lo pronto, en esta tarea ingente que se ha marcado Miriam con todo su equipo están recibiendo “píldoras de alegría y satisfacción”, que les están impulsando a seguir y apuntar más lejos. Así, con “orgullo, alegría y mucho respeto” recibieron la visita de Josep Roca, uno de los tres hermanos que regentan El Celler de Can Roca, con tres estrellas Michelín y proclamado como mejor restaurante del mundo en dos ocasiones, que viajó a La Palma para conocer sobre el terreno distintas materias primas de la gastronomía palmera como el vino, el queso, el mojo rojo o el cabrito. El prestigioso sumiller, con parte de su equipo, hizo una reserva en el nuevo Moraga.