Medio Ambiente quiere poner en valor la actividad de las carboneras

Sr. /Sra. "quito", no le falta razón en su lamento, pero por favor no caiga usted en el error de "meter a todos en el mismo saco".
Lo mismo que usted censura "querer que La Palma permanezca como hace 50 años", lo he declarado muchas veces dentro y fuera de la Isla, y le puedo asegurar que, la mayoría de las veces, los planteamientos inmovilistas más viscerales son más de "dentro que de fuera" frente a muchas propuestas concretas.

En absoluto pretendo personalizar el debate, por cortesía le contesto (siempre con nombre y foto real) porque me parece que es a mí a quien se dirige. No porque quiera rebatir sus argumentos, que evidentemente respeto y hasta cierto punto comparto.

Si lee con atención mi comentario verá que mas que criticar, advierto y recomiendo que se cumpla la ley vigente. Eso es todo.

Para desdramatizar, le cantaría: "Yo no soy esa, que usted se imagina…".
Un cordial saludo y mis disculpas si su comentario nada tiene que ver con el mío.

P.D.- En este mismo medio puede leer la última entrada del blog de don Luis León Barreto "palmero de ida vuelta" y, si le apetece, el comentario que incluyo en el mismo.

No estaría por demás distinguir entre “rescate cultural” y lo que podría convertirse, para no escribir “desmandarse” en un “rescate comercial”, cuyas consecuencias ambientales podrían llegar a ser muy perjudiciales. Lo “cultural” puede entenderse, si la actividad es “sostenible”, es decir a una pequeña escala, compatible con la conservación de un bosque que, aunque no nos lo parezca, es de extremada fragilidad. Lo “comercial” casi siempre se confunde con “explotación”, es decir rentabilizar hasta agotar el recurso.

De nuevo, conviene recordar nuestras leyes y compromisos nacionales e internacionales. No se olvide que el fayal-brezal y la laursilva (el monteverde en general) forman parte de “hábitats prioritarios”. Gran parte de los mismos están afectados por Espacios Naturales Protegidos o son Zonas de Especial Conservación.

En resumen, no censuramos la iniciativa, pero sí advertimos de que este tipo de actividades hay que desarrollarlas dentro del marco previsto por las normas ambientales, de conservación y forestales pertinentes.

Últimamente se observan, mucho más de lo deseado, montes mal cortados y peor aprovechados, que nada tienen que ver con los “remates forestales” de otros tiempos (por suerte contenidos), en los que todo, desde la rama hasta el último leño se aprovechaba. Ahora, en muchos casos, más que aprovechar se despilfarra. Precisamente porque se ha perdido la cultura y el saber del monte.