Dentro de su plan de automatización de la red de distribución eléctrica de Canarias, Endesa cuenta actualmente con un total de 176 posiciones telemandadas en La Palma, lo que posibilita realizar a distancia, desde el Centro de Control de la Red, el 18,8% de las maniobras.
Los sistemas de automatización permiten así recortar tiempos de reposición de servicio en caso de averías y reducir el desplazamiento de los operarios incrementando su seguridad, algo que en el actual contexto de crisis sanitaria se ha demostrado de gran importancia para mantener la calidad del servicio eléctrico.
Estas maniobras a distancia en la red de distribución se realizan desde el Centro de Control de la Red, donde Endesa monitoriza permanentemente el estado de cada instalación -líneas de Media Tensión, subestaciones y centros de transformación-. Desde este puesto se accionan estos elementos a distancia cuando se detecta alguna anomalía, lo que permite identificar con mayor precisión y rapidez el punto donde se origina una avería, aislarlo para evitar afectar a todos los clientes que se suministran desde esa instalación y acortar los tiempos de respuesta; de este modo, se mejora la continuidad y calidad del suministro eléctrico a los clientes.
En el periodo 2016-2019, Endesa ha invertido en el conjunto de España 290 millones de euros en la automatización de la red eléctrica y el objetivo es acelerar ese despliegue para superar los 32.000 elementos telecontrolados en 2022. Tan sólo este año, Endesa tiene previsto invertir 90 millones de euros para avanzar en la automatización de la red eléctrica.
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Nitrofoska
“Los sistemas de automatización permiten así recortar tiempos de reposición de servicio en caso de averías y reducir el desplazamiento de los operarios incrementando su seguridad, algo que en el actual contexto de crisis sanitaria se ha demostrado de gran importancia para mantener la calidad del servicio eléctrico.”
Bien, ciertamente es así, pero desgraciadamente y como contrapartida aumentamos la lista del desempleo.
Las eléctricas no van a invertir esas cantidades que nos parecen muy altas, y en beneficio del usuario, siendo esto muy cuestionable, cuando sabemos perfectamente que van a ser amortizadas en un corto plazo de tiempo, se utilicen o no se utilicen esas automaticidades.
Mantener una plantilla de operarios en nómina, ó externalizar los servicios, como se ha estado llevando a cabo en los últimos años por las más variopintas empresas, donde los servicios en algunas han dejado que desear, son incidencias que se asumen y forman parte activa de su gráfico de rendimientos, que es a todas luces el fin deseado de las mismas. Rendimiento al máximo con la máxima productividad pero el menor esfuerzo o recurso económico que se use , o lo que es lo mismo: gasto.
El “autómata” no se queja, trabaja desde enero a diciembre, obedece cortésmente al botón que se pulse, no tiene vehículos para desplazarse, no hace huelgas, piquetes y manifestaciones que creen situaciones conflictivas operarios-patronal.sindicatos, todo funciona como lo deseado por ese equipo de dirección, al que también se le ha dado en llamar I+D+i. Existe otra contrapartida y es que un autómata no genera plusvalías, en ninguna de las empresas que queramos justificar su presencia. Si bien, este apartado el Estado comienza a hacerse esa pregunta: ¿Qué beneficios aporta un autómata que reduce de manera alarmante plantillas laborales?
Lo que no me parece de recibo es que se use la actual pandemia, la crisis sanitaria por la cual atravesamos para justificar un fin que no es novedoso, es decir, que se lleva muchos años, mas de una década haciendo este despliegue técnico-económico con el fin comentado y que muchos ya conocemos. Si se esgrime la situación económica, hasta podría mirarse a otra parte, pero por favor, que no nos tomen por ignorantes.
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