Pedro Higinio Álvarez Rodríguez, Economista.
Gran parte del paisaje de las medianías del municipio de Garafía se caracteriza por multitud de bancales y parcelas abandonadas, que en su día estaban ocupadas por cereal o frutales en el marco de una agricultura de secano y subsistencia.
Si recorremos las zonas recientemente quemadas por el incendio del pasado mes de agosto, podemos observar que gran parte de la superficie afectada estaba constituida por parcelas ocupadas por matorral o pinar y, en muchos casos, próximas a viviendas e infraestructuras agrícolas.
Detrás de esta “fotografía” de parcelas abandonadas para el cultivo y ocupadas por el matorral y el monte, se esconde un trasfondo económico y poblacional, que nos puede servir para analizar las medidas de desarrollo económico local que se han llevado a cabo en el municipio en los últimos años y así obtener algunas conclusiones, a la hora del diseño de las políticas públicas en el ámbito del desarrollo rural y que pueden ser de aplicabilidad en La Palma y en otras zonas del Archipiélago.
La dinámica de la población, es causa y también consecuencia, en el proceso de desarrollo económico del municipio y en gran parte de las medianías de La Palma, ya que, paralelamente al abandono de las medianías para el cultivo, el municipio de Garafía ha sufrido un descenso poblacional sin precedentes en la isla durante las últimas décadas.
En este sentido, desde el año 1950 y salvo breves periodos de tiempo, Garafía no ha dejado de perder población. En ese año, vivían en el término municipal 5.196 personas y según el Padrón Municipal, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, a fecha de 1 de Enero de 2019, son 1.667 habitantes, lo que supone un descenso del 68%.
Durante dicho periodo, merece reseñar la “sangría poblacional” sufrida por el municipio en la década de los años 70 del siglo pasado, en la que se produjo un descenso del 45% en la población.
Si tomamos una referencia temporal más reciente, observamos que el descenso poblacional entre 1996 y 2019, ha sido aproximadamente, de un 17%.
Para intentar revertir esta dinámica, en términos de empleo y calidad de vida de la población, durante los últimos 30 años se han invertido, no sólo en el municipio sino en otras zonas de la isla, millones de euros en el marco de las políticas de desarrollo rural financiadas por la Unión Europea.
Pues bien, en el caso de Garafía, los resultados en términos de diversificación económica y dinámica poblacional, a pesar de algunos logros muy importantes como el turismo rural, que ha sido un referente en la isla y en Canarias, no se ha posibilitado el necesario empujón económico y social que ha venido necesitando el municipio desde hace décadas.
¿Por qué ha sucedido esto y qué podemos aprender para el futuro?
La principal enseñanza que recibimos de todo este proceso, es que en Garafía no han sido suficientes las medidas de desarrollo estrictamente económicas para revertir la dinámica poblacional negativa, el envejecimiento progresivo de la población y el escaso pulso económico.
Es decir, las posibilidades de encontrar un empleo o de iniciar una actividad empresarial por cuenta propia en Garafía, no son los factores determinantes para la fijación de la población y el crecimiento de ésta. Hay otros elementos que están siendo más importantes y se refieren a todos los vinculados con la prestación de servicios de proximidad o para atender necesidades y problemas sociales.
Nos referimos a la plena y fácil accesibilidad que debe tener toda la población, a un centro de salud o un consultorio médico con una mayor cartera de servicios, centros educativos o servicios de todo tipo y que son básicos para la población. En este sentido, debemos señalar que el cierre de las “unitarias”, en diversos barrios del municipio, ha sido uno de los mayores errores estratégicos que se han cometido y que ha favorecido, junto con otras circunstancias, el despoblamiento.
La idea que domina entre los decisores públicos, de que uno o varios “proyectos grandes” puedan tirar de la economía local y favorecer el desarrollo, cada vez es menos cierta y la comarca tiene algunos ejemplos que confirman nuestra afirmación, como el Centro de Dinamización Rural y el Centro de Maduración y Quesería, en San Antonio del Monte, o el Centro de Interpretación del Mundo Rural en Barlovento, proyectos muy ambiciosos en sus inicios y que han tenido unos efectos limitados en la sociedad y en el tejido empresarial de la comarca.
Una mención especial merece el tema de las carreteras. Son innumerables los informes y estudios que vienen poniendo de manifiesto desde hace muchos años que dichas infraestructuras no constituyen, por sí solas, factores desencadenantes del desarrollo, sino en algunas ocasiones meros elementos que pueden acompañar a las medidas que se desarrollen dentro del municipio pero nunca sustituir a éstas.
La efectividad de las carreteras se multiplica si previamente se desarrollan proyectos en el interior del territorio. Si no es así, los resultados, muchas veces, son contraproducentes, ocasionando un despilfarro inaceptable de recursos públicos.
Así, podemos afirmar que la construcción y mejoras realizadas en la carretera a Santo Domingo por Las Tricias o la que comunica con Barlovento, no han supuesto un freno al despoblamiento. Es más, han favorecido la salida de población a otras zonas de la isla y, sobre todo, al Valle de Aridane.
Debemos aprender de lo que hemos hecho mal en los últimos 30 años en materia de desarrollo rural y reconducir alguna de las políticas aplicadas, en el sentido de otorgar más importancia a las medidas vinculadas a las necesidades personales y servicios a la comunidad y cuando estos cimientos sean sólidos, implementar medidas de carácter más económico y empresarial. Lo económico debe supeditarse a lo social. Es decir, hay que priorizar las acciones que satisfagan necesidades sociales básicas.
¿Qué cuestan mucho dinero? Claro que sí. Pues obtengámoslo de otras partidas de los presupuestos públicos, menos importantes para las necesidades de las personas. ¿O es que no interesa porque el censo electoral del municipio es reducido?
Dado que atender y sufragar muchas necesidades en materia de sanidad, educación, vivienda o servicios comunitarios, excede de las competencias municipales, se hace indispensable la necesaria cooperación de otras administraciones públicas, en el marco del diseño y ejecución de planes integrales de desarrollo.
El desarrollo económico que se plantee en los municipios y comarcas de marcado carácter rural debe construirse sobre la base de unas necesidades sociales plenamente satisfechas para toda la población. Si no queremos que a largo plazo, Garafía se convierta en un “municipio fallido”, este giro de 180 grados en las políticas públicas es prioritario y urgente.
En otro orden de cosas y volviendo al inicio de este breve artículo, una medida a implementar es la puesta en marcha de un mecanismo administrativo, rápido y sencillo, para compensar monetariamente a las personas que desarrollan la agricultura y ganadería, de manera profesional o no, por el beneficio ambiental y social que se genera. Ingresos que deben estar exentos de cotizar por el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas. ¿Es posible hacerlo? Sí. Sólo se necesita voluntad política.
Así lo señala la Política Agrícola Común para después del año 2020, aunque la Unión Europea ya lo venía defendiendo desde hace más de 40 años en diversos documentos y publicaciones oficiales.
En este sentido, fue relevante el debate que se suscitó en los años 80, en torno al movimiento social por la defensa del espacio agrícola de El Rincón, en el norte de Tenerife, donde la plataforma ciudadana creada en esos años planteaba la necesaria compensación monetaria a los agricultores, por el beneficio ambiental y paisajístico que genera su actividad al resto de la isla y al turismo.
Esta medida, apoyada por otras vinculadas a la comercialización de los productos, puede ayudar, como vienen señalando numerosos expertos desde hace muchos años, a que se vuelvan a poner en valor las explotaciones y parcelas del municipio y la comarca, limitando con ello los perjuicios de todo tipo que se produzcan en futuros incendios, que sin duda llegarán.
Pedro Higinio Álvarez Rodríguez
Economista
Profesor de Enseñanza Secundaria y Formación Profesional
Agente de Desarrollo Local en el Ayuntamiento de Garafía entre 1994 y 1998
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GALVA
RLR…
Abandonar tierras en Garafia para trabajar de cameta en Los Llanos?
…
Eso es degenerar.
En la U.R.S.S decían….Degeneración capitalista.
Y tenían razón.
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Pinillero
Tiene garafia tierras para el monocultivo del platano, no. Tiene garafia recursos hidráulicos para abastecer cultivos alternativos, usted fue a.d.l de dicho municipio 4 años?. Tiene garafia puerto, carreteras, infraestructuras, lo de parque empresarial zona z. E. C., inocente. Pero le digo, garafia tiene lo que incluso en hawai, Chile, q más le digo, el mejor cielo, o casi, de toda la tierra, envidian pero Claro, centro oficial breña baja, podríamos incluso pensar q le ha dado a garafia de lo más q se presume la palma, el cielo. Nada, o casi nada. Y ahora, y tristemente, se hablará y proyectará, y vendrán los coches oficiales a “crear” planes, vender, espero que no sea humo, de eso ya están hartos. Tristeza, si ni siquiera se ponen de acuerdo los de la calle trasera de corbata con los garafianos en el aprovechamiento de un simple aparcamiento en el roque. Es así o no? Se imaginan a los corbatas ordeñando y sacando estiércol para “mantener las tradiciónes”.
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baifito
Discrepo mucho de la premisa de creer que si se resuelven las necesidades sociales, se estabilizan las poblaciones, sin tener en cuenta las oportunidades económicas. Es como la paradoja de qué fue primero, la gallina o el huevo. Que Garafía haya perdido casi dos tercios de su población, sólo le quede un centro escolar activo, hayan cerrado gran parte de sus comercios, etc., etc., es debido básicamente a que sus posibilidades económicas se han difuminado, frente a lo que ha ocurrido en otras partes de la isla, como el Valle de Aridane, que es donde viven la mayoría de los garafianos y que, salvo algún caso honroso, ya no van a regresar a su municipio de origen. Muy difícil revertir esta dinámica, salvo que haya un cambio brusco de ciclo económico (que algo de eso hay en camino) y la agricultura y ganadería puedan volver a ser competitivas y atractivas.
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¿Por qué los políticos no se quitan la corbata y la cambian por una azada?
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El mundo está ya globalizado y a la isla de La Palma la pusieron en el mapa, más que nada para que venga el turismo, pero con la globalización también viene la competencia internacional.
En un planeta globalizado la agricultura y ganadería de subsistencia está más que obsoleta.
En una isla como La Palma, una pirámide pequeña que en pocos kilómetros va desde el nivel del mar hasta los 2.426 metros de altura, en una isla tan pequeña, no se puede competir ni por asomo con el sector primario de otros muchos sitios del mundo.
En La Palma cosechas cuatro papas en terrenos angostos, desnivelados mientras que en el Reino Unido, Rusia, Israel, en millones de sitios hay terrenos llanos enormes y la agricultura está totalmente mecanizada.
Aquí el agua es un problema por la escasez, pero en otros países el problema es cómo quitar tanta agua de los terrenos.
De Israel vienen papas a La Palma por cuatro perras , llegaron a estar a 30 céntimos el kilo y de mejor calidad que las palmeras. Luego parece que obligaron a los supermercados a venderlas más caras porque las papas canarias no podían competir con esos precios.
Así, con todo, agricultura, ganadería, pesca… ¿puede competir la isla con la producción internacional? ¡Anda ya!
Fuera de la isla, fuera del mundo para muchos palmeros, no solamente los terrenos son inmensos y la producción está totalmente mecanizada e industrializada, sino que hay agua de sobra en muchos sitios y el costo de producción es mucho más bajo.
En los países que todavía no están mecanizados la mano de obra es muy barata y los trabajadores son auténticos trabajadores, no gandules:
https://youtu.be/rEqJ45t-k4g
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RLR
Estamos en el siglo XXI, por qué hay que obligar a la gente a que se dedique a la agricultura y a la ganadería? si un gran porcentaje de Garafianos quieren dedicar su futuro profesional a cualquier otra cosa, Salud, Industria, comunicaciones, Turismo, Marketing, etc…. por qué hay que darles solo esa opción??? por qué no se les puede ofrecer otra opción??
Es que desde hace unos años estoy leyendo y oyendo muchas voces de que hay que recuperar la agricultura y ganadería como se hacía en los años 50 para evitar la despoblación de la isla, pero vamos a ver, si la gente quiere dedicarse a otra cosa por qué hay que ofrecerle solo esto?? de verdad creeis que la gente va a querer volver a pasar trabajos cuando hoy en día tienen muchos campos en los que formarse y obtener un trabajo con mejores condiciones?? Pues eso.
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Martelero
” en esos años planteaba la necesaria compensación monetaria a los agricultores, por el beneficio ambiental y paisajístico que genera su actividad al resto de la isla y al turismo.”
La realidad va a veces por distinto camino que el de las buenas intenciones. Lo de compensar a agricultores sólo para mantener el paisaje, suena bienintencionado pero ajeno a la realidad.
La agricultura si quiere salir adelante tiene que ser competitiva, no tiene que existir para que sea una bonita escena para un cuadro.
Holanda e Israel son las que van a la cabeza en este mundillo, y el modelo a imitar.
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EstudianteUni
Mantener una población diseminada también significa repartir los escasos recursos.
Significa aumentar la dificultad de la recogida de residuos y mas aun los reciclables, de dificultar las redes de saneamiento y suministros aumentando su gasto energético y por tanto económico, de depuración de aguas y tantas otras cosas.
Es mas eficiente tener una población centralizada, las carreteras bien conectadas en un territorio tan pequeño permiten perfectamente que los trabajadores de la agricultura vivan en núcleos urbanos y trabajen en Garafia, Barlovento o Tijarafe, 40 o 45 minutos de trayecto es menos de lo que hace mucha gente diariamente desde el Norte de Tenerife hasta Santa Cruz para trabajar.
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