Cabildo y Gobierno de Canarias plantean un centro de recría de cabra palmera en la Finca Experimental de Garafía

El vicepresidente del Cabildo de La Palma y consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca, José Adrián Hernández Montoya, visitó junto a la responsable regional del sector primario, Alicia Vanoostende, la Finca Experimental de la que dispone la Corporación insular en Garafía, así como las instalaciones anexas, pertenecientes al Gobierno de Canarias. En este lugar, las dos administraciones plantean habilitar un centro de recría de cabra palmera, una acción que surge a petición de la propia Asociación de Criadores de Cabra de Raza Palmera para garantizar la protección y conservación de esta especie.

En la visita también estuvieron el alcalde de Garafía, Yeray Rodríguez, la presidenta de la Asociación de Criadores de Cabras de Raza Palmera, Brenda Rodríguez Concepción, y personal técnico, tanto del Gobierno de Canarias y el Cabildo, como de la propia asociación.

José Adrián Hernández Montoya afirma que el Cabildo de La Palma está dando pasos “en la buena dirección en el mantenimiento de las razas autóctonas, ratificando, de paso, nuestra apuesta decidida por la ganadería de la isla y la promoción del producto local”.

El vicepresidente del Cabildo añade que la Finca Experimental de Garafía, también conocida como la Granja de San Antonio del Monte, ya está haciendo labores de protección y conservación con otros animales de la isla y el Archipiélago, como la vaca y la oveja palmera, así como el cochino negro canario.

Por su parte, la consejera de Agricultura del Gobierno de Canarias asegura que los trabajos que realiza la Finca Experimental de Garafía son muy importantes para el sector primario en la isla, los cuales se verían potenciados con este nuevo centro de cría.

“Es un proyecto que tiene que salir adelante para poder mejorar nuestra raza y asegurar un futuro para la misma”, apunta Alicia Vanoostende.

Además de labores de conservación de animales, la Granja cuenta con terrenos de cultivo dedicados a la siembra de forrajeras para el ganado y a variedades tradicionales de frutales. Asimismo, se trata de una infraestructura sostenible, porque aprovecha el estiércol generado para elaborar el compost que abona la propia finca.