La Palma recibió en octubre 9.539 pasajeros extranjeros, un 15,8% más que hace un año

Estimado "sentidocomún", cierto es que ese es resumido en cometido de la consejera, pero es un concepto bastante amplio donde han de caber diferentes tareas.

Después de una vida laboral dedicada al turismo, y habiendo participado en la apertura de nuevos mercados, sobre todo en el Egeo y Africa Occidental con un importante agente noreuropeo, allá por los años setenta y ochenta, saqué una conclusión para mi determinante en cuanto a la consolidación de un destino determinado.

Esta conclusión se podría resumir en que aparte de las condiciones favorables del sitio y de las infraestructuras en general, cosa que depende mucho de las instituciones, el "producto ha de cuajar" y para ello son imprescindibles dos factores.

Primero, que el nivel de calidad sea adecuado a las condiciones de venta, quiero decir, que nunca el turista ha de sentir que las expectativas creadas en origen no se cumplan in situ, pues en este caso se siente estafado. Aquí tiene mucho que ver la calidad del establecimiento y la amabilidad del ambiente en general. Vamos, el sentirse a gusto. Esto no ha de confundirse con más o menos lujos. Se trata de expectativas, de no recibir un producto peor que lo que se le informó y por lo tanto de la idea que se formó acerca de lo que compraba.

Segundo. Es muy difícil que aumente la demanda por un producto turístico determinado porque el 90 % de la publicidad esta constituida que tiene efectos positivos son los comentarios favorables de los anteriores clientes. La gente en general desconfía mucho si le dan malas o regulares referencias, y esto tiene mucho que ver con el nivel de que las "expectativas" hayan sido traicionadas por la "realidad", por lo que es de suma importancia no vender un tipo de vacaciones turísticas que no sean exactamente las que se pueden ofrecer con garantía. Quiero decir que por ejemplo no se puede vender La Palma con parecidos argumentos que Fuerteventura, pues las vivencias futuras del turista serán completamente diferentes. No quiero decir que sean peores, sino diferentes. Hay que vender lo que se tiene y se puede ofrecer con orgullo, pues hay turistas para diferentes destinos.

Parece una tontería lo que estoy diciendo, o al menos un rollo sin fundamento, pero para mi son verdades sacadas de experiencias personales, donde no siempre hubo los mejores resultados. Pero de todo se aprende.

Por ejemplo algo que no se suele tener en cuenta en general, es que el turista suele captar el ambiente que se desprenda del trato con el personal del establecimiento, que si no está bien motivado y a gusto, sino que por el contrario y aunque nadie hable de ello, tienen problemas y hay mal ambiente, esto se capta en el aire y influye más de lo que muchos hoteleros pudieran creer.

Dicho en plan distendido, nunca es positivo vender el cochino dentro del saco.

También algo que la experiencia y el tiempo me enseñaron fue que una vez que comienza a haber DEMANDA, el resto de problemas pasa a un segundo término, pues ante las expectativas de BENEFICIO, caen muchas barreras.

Si hay demanda, surge la competencia, y con el volumen comienza a haber viabilidad de ganar dinero, y esto es como el agua, que si fluye, encuentra siempre una vía de salida a la superficie.

Todo este rollo es en general un asunto no tan complicado de entender, pero puedo asegurar que no es fácil llevarlo a cabo, por que aunque no lo parezca, los humanos somos bastante tercos a veces, y nos empeñamos en buscar salidas muy complicadas, o nos encontramos predicadores que intentan justo eso, vendernos el cochino dentro del saco, convenciéndonos de que saben mucho del tema y es un asunto muy especializado. Y cierto es, el asunto es algo complejo, pero lo que no puede hacer es prescindir del SENTIDO COMÚN.

Decía un amigo mío que es del campo como yo, que suele suceder que a menudo los humanos complicamos las cosas y terminamos cagándola con las patas de atrás.

Una medida clave ha de ser que la consejería de turismo se interesara por el resultado de los "controles del producto" suelen hacer en el vuelo de vuelta a los turistas, pues ahí tenemos un vivo retrato que nos dirá si vamos muy bien, pues ir regular es tanto como si nos dijeran que vamos proa al marisco.

Y nada más por hoy que ya es suficiente rollo, pero con sinceridad creo que sin estas condiciones siempre vamos a estar dando coces contra el aguijón.
Muchos saludos cordiales.

El secreto de que la tendencia al alza se mantenga radica más en los responsables de los alojamientos y demás negocios del sector.

La labor de la consejera ha de mantenerse en segundo plano, y no cometer la equivocación de consejeros anteriores que cada movimiento de las tendencias al alza la aprovechaban para "arrayarse un millo".

La consejera que se dedique a planificar a medio y largo plazo, que es su cometido y no se si acertaré, pero me parece que esta consejera tiene bastante sentido común y posiblemente muchos más puntos de referencia por eso no confunde la velocidad con el tocino. Esperemos que el sector pueda ir absorbiendo con calidad y buen servicio los aumentos de llegadas. En eso está el secreto de aumentar la posición en el mercado. Si hay mercado y demanda, lo de los vuelos se arregla solito, Lo que es complicado es convencer a los agentes turísticos de que vuelen a La Palma si no hay demanda.

Los políticos de sociedades avanzadas no deben hacer nunca fuegos de artificio y subirse demasiado al escenario, cosa que demuestra no saber muy poco del como funciona el turismo internacional de hoy en día.