Cosecheros de la Isla constituyen la mesa sectorial por un precio justo del plátano

No, por desgracia ya lo veo.
Haber si todos nos vamos metiendo en.la cabeza incluidos gobernantes e instituciones que el sector primario de un pis hay que cuidarlo y ayudarlo que es la base de la economía de cualquier pais

Pues uno siempre debe.de tirar a consumir lo de aki para ayudarnos, yo habiendo fruta, verduras, carne etc de aquí no consumo la de.fuera, y si todos pensáramos e hiciéramos así otro gallo nos cantaba, los.super traerían menos de fuera y comprarían más a los de aki

Y si no, a estos precios vale más no cortar y no comemos nosotros, pero ellos tampoco. Y veras tu como se arregla todo rapido

Hoy y sin que sirva de precedente, voy a hablar de mi libro o lo que es lo mismo voy a hablar de plátanos. No lo suelo hacer, entre otras cosas, porque siempre he pensado quizás equivocadamente, que los plátanos a una gran mayoría de ciudadanos les importan un pimiento, pero si sería bueno que supieran que el plátano agoniza y con ello más de 10.000 autónomos, paisajes isleños irrepetibles, islas dependientes del cultivo, como La Palma y miles y miles de puestos de trabajo directos e indirectos. Todo ello está a punto de dar los últimos coletazos porque algunos seguimos sin entender que el comercio mundial ha cambiado de formas y de dueños. Seis o siete grandes empresas monopolizan el 70% del plátano Canario en venta y con ello imponen unos precios vejatorios que imposibilitan que podamos subsistir en el sector platanero con estos ratios de venta.
Achacar los males a los demás es nuestro deporte nacional favorito, decir que nadie hace nada, que ASPROCAN no ejerce de canal comercial y que nuestros políticos miran para otro lado es una crítica facilona y recurrente, entre otras cosas porque al individuo como tal le cuesta reconocer sus propias carencias y limitaciones.
Los políticos de todos los colores e ideologías han estado mayormente todo el tiempo apoyando nuestras propuestas y reivindicaciones, quitando algún brindis al sol de algún indocumentado, la gran mayoría, nacionalistas, peperos y socialistas, incluso comunistas han defendido el sector lo mejor que hemos sido capaces de transmitirles.
Asprocan es La Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias y hace su función, defendiendo con bastante eficiencia y rigurosidad nuestros intereses allá donde ha hecho falta ya sea Estrasburgo, Madrid o Canarias, pero sus funciones son limitadas y circunscritas al papel que le hemos encomendado, publicitar nuestro producto y poner cuotas a la sobre demanda en momentos puntuales y poco más. Sus herramientas son limitadas pues una asociación tiene definidas cuáles son sus funciones reales en la sociedad en la que vivimos, como no puede ser de otra forma.
El comercio está en manos de grandes empresas y multinacionales y ante eso sólo hay dos soluciones, claudicar viendo languidecer nuestros esfuerzos y sacrificios, o unirse de una vez por todas para lograr un simple precio justo, no demandamos otra cosa.
Unirse nunca fue sencillo, entre isleños aún más complicado, pues la idiosincrasia por naturaleza de los nacidos en islas nos hacen más individúales y singulares, pero no hay más camino posible que la unión, y cuando hablo de ella no es que pretenda pedir que toda la fruta vaya con una misma caja y nombre y menos que acabemos con todas las organizaciones de productores para unificarlos en una sola , eso es una quimera o un sueño utópico, que sería fruto de un desvarío sin límites de mi imaginación, pero si sería importante valorar que nos uniéramos comercialmente en un 10 o 15% de nuestras producciones para sacarlas a Europa madurarlas en un maduradero propio fruto de esa unión y vender en las cientos y miles de ciudades Europeas. Con sólo el valor de lo que arrojamos al año con la PICA, es decir, los plátanos que nos vemos forzados a arrojar al vertedero por falta de demanda, sería suficiente para dotarnos de las infraestructuras necesarias en Europa para nuestra logística comercial y también lograríamos acabar con unas prácticas que aunque necesarias, son poco edificantes en los tiempos que corren.
Vendiendo en Europa semanalmente entre 500.000 kg y 1.000.000 Kg sacaríamos de la Península ese excedente que hoy crea overbooking en nuestras producciones agrarias y que conlleva en nuestro detrimento precios imposibles de soportar. Con menos oferta en la península más demandas de compra, eso es una máxima que no hace falta ser doctor en economía para entenderlo y que llevaría a un mejor precio de nuestras ventas en península.
No hay más vida tras estos muros si no somos capaces de asaltarlos y aprovecharnos de que Europa es un gran comercio donde todos tenemos cabida si somos hábiles y rigurosos.
La trazabilidad según Wikipedia es el conjunto de aquellos procedimientos preestablecidos y autosuficientes que permiten conocer el histórico, la ubicación y la trayectoria de un producto o lote de productos a lo largo de la cadena de suministros en un momento dado, a través de unas herramientas determinadas. La trazabilidad la tenemos, la calidad también, la exquisitez es nuestro denominador común, sólo nos falta la unión y esa sólo se logra si los agricultores solo nosotros, sin exigir ni mirar para otro lado comenzamos a dar alaridos que retumben en los oídos de nuestros mandatarios en las organizaciones de productores las OPP, solo así lograrem
os alcanzar el sueño de obtener un precio justo.
Esto lo público en un periódico del sur de.Tfe. El secretario de.Coplasil, cooperativa de Tfe.