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Agua para La Palma niega que el acuífero insular esté en grave retroceso y denuncia pérdidas en el Túnel de Trasvase y los canales

La Asociación Agua para La Palma ha rebatido este jueves 18 de abril en rueda de prensa las conclusiones de un reciente informe del Consejo Insular de Aguas (CIALP), presentado ante la Mesa Insular de la Sequía, que da un mensaje “apocalíptico” sobre el descenso del acuífero insular que alimenta a pozos, galerías y nacientes, atribuyendo esta situación a que llueve menos por el cambio climático.

Durante esta comparecencia informativa, celebrada en el patio de la Casa Salazar de Santa Cruz de La Palma, el ingeniero Carlos Soler, experto en hidráulica y energía, y el presidente de la asociación, Pedro Monzón, aseguran que “han desacreditado este informe del CIALP, que firman cuatro ingenieros y el gerente de dicho organismo público”, porque aseguran que “se basan en datos sin comprobar, utilizan artificios para llegar a conclusiones interesadas, adolecen de falta de conocimiento en algunos aspectos de esta materia; y además obvian la mala gestión y el desaprovechamiento del Túnel de Trasvase al igual que las enormes pérdidas en los canales públicos”.

La asociación ha presentado por registro al CIALP un contrainforme de Carlos Soler con el que aseguran que “demuestra que las reservas de agua subterráneas de la isla, con su recarga anual, permiten cubrir las necesidades de la agricultura y la población, si se gestiona bien este recurso, hasta el punto de que se puede incluso aumentar el caudal en las captaciones ya ejecutadas, al tiempo que niega que se esté produciendo una merma alarmante en el acuífero por las consecuencias del cambio del clima”.

Soler observa que el 90% de los datos utilizados por el CIALP los han aportado comunidades privadas de pozos y galerías “sin comprobarse su veracidad”, y “solo por eso ya queda entredicho el informe de estos técnicos”.

Advierte además que en el informe del CIALP se incluyen gráficos del Plan Hidrológico Insular de Tercer Ciclo  (PHI) indicativos de que la pluviometría y la temperatura se mantienen constantes en los últimos 80 años.  También  el informe oficial “contradice manifiestamente” al PHI al afirmar que la escorrentía disminuirá, cuando en la nueva planificación insular se prevé que en el futuro evolucione de 15 Hm³/año a nada menos que 115 Hm³/año.

LOS “ARTIFICIOS” DEL CIALP

El ingeniero asesor de Agua para La Palma acusa a los autores del informe del CIALP de “usar artificios” para llegar a la conclusión de que desde 2017 se ha producido una “alarmante” merma de caudal del 34% en pozos, galerías y nacientes debido a un grave descenso del agua infiltrada, dato que desmiente este experto, pues  Soler reduce esta merma a sólo el 8%.

Un primer “artificio”, según este especialista en hidrología, es que se utilizan los datos de lluvia caída de 2017 a 2023, “y se coloca el dato aislado de caudales del año 2013, que fue anómalamente muy alto (la octava mayor pluviometría en 80 años), con lo que el caudal mermado es mucho mayor que el que corresponde a la serie anunciada”.

El otro “artificio” de CIALP, defienden, “consiste en utilizar datos de galerías de los Heredamientos, 7 de las cuales tienen cierres hidráulicos, cuyos caudales son fruto de la regulación y no del agua que pueden captar, al tiempo que se incluye el caudal de los nacientes, ya estén dentro o fuera de la Caldera de Taburiente, que no son representativos de nada al estar afectados por esta regulación”.

El tercer “artificio” que critican estriba en “atribuir a una merma de recursos subterráneos el descenso de caudales extraídos de los pozos, cuando la explicación real es la menor demanda de agua de riego por la desaparición de fincas agrarias sepultadas bajo la lava en la erupción de 2021, así como la menor extracción en el Túnel de Trasvase por el cierre de válvulas hidráulicas en la boca de Hermosilla”.

Frente al escenario “apocalíptico” dibujado por el CIALP, la  realidad, rebate Soler, es que en Tijarafe, Garafía, San Andrés y Sauces y Puntallana, la producción de agua se ha mantenido constante; en Breña Alta, Los Llanos de Aridane y Tazacorte “no podemos asegurar nada por la cuestión de los cierres”; y en Barlovento y Santa Cruz de La Palma han descendido los caudales, “pero en el primero es dudoso debido a que los cuatro municipios vecinos no presentan descenso alguno y en el caso de la capital, el descenso puede estar motivado por las aperturas de los cierres de La Caldera”.

En el contrainforme presentado por Agua para La Palma se critica que en el documento del CIALP “nada se dice de las elevadas pérdidas” en los canales públicos, “cifradas entre 70 y el 80% por el presidente del Cabildo y el alcalde de Fuencaliente o con frases como que son ‘un coladero’ pronunciada por el consejero insular de Aguas”.

A juicio de Soler, “otra falta de rigor en los técnicos del CIALP” tiene que ver con atribuir a la falta de lluvias una reducción del 46% en el agua embalsada entre 2023 y 2024, obviando que “la culpable de esta disminución es una rotura en la balsa de Barlovento”.

LA MALA GESTIÓN DEL TÚNEL DE TRASVASE

Especial atención merecen para Soler y la asociación los datos referidos al Túnel de Trasvase en el periodo 2017-2024, con 8 periodos de cierres totales que suman 20 meses en que no se ha sacado agua por la boca de Aduares, “lo que supone que se podría haber extraído casi una cuarta parte más de la que se ha obtenido”.

En este punto Soler sostiene que los autores del informe del CIALP, al observar un descenso de solo el 14% en el nivel de agua del Túnel, tras haber aportado 35 millones de pipas en 7 años, “no se han dado cuenta de que el caudal, desde que se terminó la perforación, está bajando para intentar llegar a un valor de equilibrio que, una vez alcanzado, se mantendrá para siempre”.

Este descenso del caudal, hasta estabilizarse, “se produce en todas las galerías en los meses siguientes a su perforación,  de modo que si el Túnel de Trasvase lleva 25 años intentando alcanzarla, da una idea del enorme acuífero que explota y de la gran cantidad de recursos que le llegan procedentes de la lluvia vertical e incluso horizontal”. Si no se ha logrado ese equilibrio en esta obra hidráulica pública, insiste Soler, es porque nunca se ha dejado la válvula de cierre abierta completamente durante el tiempo suficiente. “Los autores del informe del CIALP”, critica el ingeniero, “han confundido estos descensos con reducciones del caudal de la recarga, evidenciando su desconocimiento del proceso de drenaje de una galería y del efecto que generan los cierres en la reposición de reservas”.

Elevando aún más el tono de sus críticas, Soler se queja de que un gráfico en el documento del CIALP sobre el caudal del Túnel de Trasvase en la boca de Hermosilla “es una vergüenza, pues no contempla presiones y no diferencia cierres de aperturas, perdiéndose con esta negligencia una valiosa información durante estos últimos siete años”.

Dentro de “la mala gestión” del Túnel de Trasvase, Soler lamenta que los escurrajes representan el 12% del caudal extraído anualmente, por lo que se producen unas  pérdidas reales de entre el 30 y el 40% de la producción de agua  por culpa del mal emplazamiento y la mala ejecución de los cierres.

EL LOBBY DEL AGUA

Llegados a este punto la Asociación señala que el Túnel de Trasvase se concibió para transportar agua de riego para la agricultura del este al oeste de la isla, pero, tras el hallazgo de tan importante recurso, se ha destinado sobre todo al abasto urbano (hasta el 86% en la extraída por la boca de Hermosilla).

Para Soler y Monzón, “la razón de este cambio no es otra que los intereses del lobby aguateniente”. Para ello, aluden a las “propias palabras del consejero de Aguas del Cabildo, quien ha afirmado que mandar agua pública para la agricultura, aunque es más barata que la de las galerías y pozos privados, supondría maleducar, malacostumbrar y malcriar al agricultor”.

Tanto el  dirigente de la asociación como el ingeniero que la asesora defienden  que la única manera de subsanar los actuales problemas de abastecimiento de forma rápida y eficaz  pasa por  aumentar el caudal a partir de las obras subterráneas ya ejecutadas, descartando desaladoras y, por supuesto, reponiendo y reparando los canales para reducir las “escandalosas” pérdidas de agua por el mal estado de estas conducciones.

Por último, el presidente de Agua para La Palma sostiene que este cuestionado informe del CIALP se enmarca en “los constantes intentos de seguir desde  este organismo público con viejas prácticas en la toma de decisiones, contraviniendo frontalmente la nueva política de la Unión Europea  con el agua basada en la mejora de la gestión de este preciado recurso que ya tenemos a nuestra disposición”.

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