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Economía
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Denuncia

La Isla se queda sin el único fitosanitario que tenía

  • Controla lo que entra y sale relacionado con la sanidad vegetal
  • El fitosanitario que había se ha jubilado y la plaza ha quedado vacante
  • Una vez a la semana de forma provisional viene una persona de Tenerife

Puerto de Santa Cruz de La Palma.

El Partido Popular de La Palma denuncia que la Isla se ha quedado sin el único fitosanitario que tenía (se jubiló  el pasado lunes) y advierte sobre las graves consecuencias que puede acarrear esta situación desde el punto de vista sanitario y económico, ya que de momento la plaza se está cubriendo provisionalmente con una persona que se desplaza desde Tenerife solamente los martes.

Los populares critican que después de más de 10 años sin vacaciones, lo que demuestra el sobreesfuerzo que ha tenido que realizar la persona que ha dejado finalmente su cargo, el Ministerio de Medioambiente, Rural y Marino del Gobierno de España, a través de Sanidad Fitosanitaria, no ha sabido prever dicha circunstancia, dejando vacante la plaza, con el agravante de que actualmente no se ha convocado la misma para que pueda ser cubierta de inmediato.

Entre las funciones del fitosanitario destacan como principales el control de lo que entra y sale de la Isla relacionado con la sanidad vegetal, lo que supone, en un lugar como La Palma que gran parte de sus exportaciones e importaciones están relacionadas con la agricultura, un grave perjuicio de incalculables consecuencias.

La alarma salta, a juicio de los populares, porque "las circunstancias especiales de nuestras islas, como región sanitariamente diferenciada y ultraperiférica de la Unión Europea, precisan de un control específico a la hora de introducir o expedir mercancías. Este control se fundamenta en la emisión de un certificado fitosanitario que justifica el cumplimiento o incumplimiento de los requisitos sanitarios legalmente establecidos. Dicho certificado es condición indispensable para que las mercancías puedan circular a través del puerto y del aeropuerto, así como a través de mensajerías y oficinas de correos. Por tanto, el no disponer del mismo, hace inviable que las mercancías circulen y deban ser almacenadas hasta que sea posible emitir el correspondiente certificado".

Este hecho se agrava, asegura, por la obligatoriedad de almacenar mercancías tanto en el puerto como en el aeropuerto, lo que puede causar pérdidas económicas e incluso que las mercancías puedan sufrir un deterioro importante al no poder transportarse en los plazos previstos.

Pero para el PP, quizás lo más grave de esta situación es el riesgo que supone para la entrada de plagas en la isla. En este sentido, pone de manifiesto que hay plagas que hasta la fecha han podido ser controladas para que no se propaguen en la isla a pesar de existir ya en países cercanos de la Unión Europea como la Filoxera (enfermedad de la vid) o incluso el Nematodo del Pino, que afecta a países tan cercanos como Portugal (en este último caso, recientemente pudo inmovilizarse una partida de madera infectada en el propio muelle de S/C de La Palma). No obstante, el problema se extiende a muchos sectores como el de las flores o incluso las papas.

El vicesecretario de Política Sectorial del Partido Popular de La Palma, Juan José Cabrera Guelmes, manifiesta "su temor porque esta situación se prolongue en el tiempo como ocurre actualmente en el puerto de Lanzarote, donde llevan sufriendo esta situación desde hace más de un año". Asimismo sostiene que este hecho "puede causar unos daños económicos cuantiosos a nuestra economía" por lo que advierte al Estado que "es responsable de que esta situación no se haya previsto con la suficiente antelación y haber cubierto la plaza con el tiempo suficiente ya que nos consta que incluso la persona que se jubiló prolongó su edad de jubilación voluntariamente, por lo que exige una solución inmediata a esta problemática".

El Partido Popular teme, por último, que esta situación obligue a los empresarios a realizar sus transacciones comerciales a través de otras islas, con el consiguiente sobrecoste que ello supone. Y lo que puede ser mucho más grave, que la acumulación de trabajo al final provoque que los controles que se realicen se hagan de una manera mucho más ligera con el riesgo que ello supone para nuestro ecosistema y en definitiva para nuestra economía.

 

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