Los manifestantes de la huelga general recorrieron las calles de la capital para exigir al Gobierno que rectifique la reforma laboral.
Unas 700 personas, según los sindicatos CCOO y UGT, y alrededor de 500, según la Policía Local de Santa de Cruz de La Palma, se manifestaron ayer durante la jornada de huelga general por las calles de la capital para exigir al Gobierno una rectificación urgente de la reforma laboral porque de lo contrario en poco tiempo habrá una catástrofe. Según manifestó el secretario general de CCOO, Sebastián Arrocha, si continúa el empecinamiento del Gobierno en pocos meses "los trabajadores que hoy no están aquí nos irán a buscar para que hagamos otra huelga porque la situación será insostenible y catastrófica". Los sindicatos confían en que con esta huelga, cuyo seguimiento han cifrado en un 40% y que consideran un "éxito", se abra una nueva etapa "por el bien de todos".
Los manifestantes, que salieron de la plaza de la Alameda rumbo la Delegacion insular del Gobierno, portaron banderillas de los sindicatos, pancartas reivindicativas y corearon consignas como "Arriba, abajo, la reforma para el carajo", "Zapatero, cabrón, trabaja de peón", o "Hacía falta ya una huelga general", al tiempo que algún que otro sindicalista iba pegando carteles de "comercio cerrado por la huelga general" pese a que no era así. También se obligó a un comercio a cerrar sus puertas ya que en la capital la mayoría no secundó la jornada de paro. La comitiva fue avanzando así por la calle Real, ante la mirada de los curiosos, entre los que había muchos turistas que hicieron fotos de la movilización, hasta llegar a la Dirección Insular de la Administración General del Estado, custodiada por numerosos Policías Nacionales, donde se crisparon algo los ánimos porque en un principio los manifestantes no podían ocupar la avenida Marítima, aunque finalmente lo hicieron, y se dio lectura a un manifiesto en contra de la reforma que, dicen los sindicatos, supone despido más fácil y barato, temporalidad abusiva, congelación de las pensiones, recortes salariales y sociales, dar más poder a los empresarios, y limitar la capacidad de negociación colectiva.
Los sindicatos dejaron claro con la lectura del manifiesto que están hartos de que la crisis la paguen siempre los trabajadores, que no tienen la culpa de nada, cuando ha sido provocada por la "avaricia de los grandes financieros". Además, en el manifiesto expusieron que el objetivo de la reforma es tener trabajadores sumisos, sometidos a jornadas interminables por salarios ridículos pero que no lo van a consentir porque "somos los únicos que ponemos límites a los empresarios a través de las negociaciones de convenios colectivos y calendarios laborales y a la hora de regular derechos laborales: limitación de jornadas, salarios dignos, vacaciones, despidos injustos, etc".
Euforia
Tras la manifestación, los dos líderes sindicales de CCOO y UGT en la Isla, Sebastián Arrocha y Antonio Martel, se mostraron muy satisfechos con el seguimiento, según ellos del 40%, que ha tenido la jornada de huelga en La Palma. "Puede parecer poco pero es un isla como La Palma es muy importante y nos sentimos muy satisfechos", indicaron, si bien Arrocha criticó "las presiones de muchos empresarios que no han permitido a muchos trabajadores participar en la jornada de huelga porque los amenazaron con echarlos a la calle si la secundaban". Un hecho que calificó como "terrorismo laboral". Pero, con todo, insistieron, en que "estamos orgullosos de que en La Palma el seguimiento haya sido del 40% porque es un isla pequeña, aquí todo el mundo se conoce y, pese a las presiones, la huelga ha sido todo un éxito".
Antonio Martel se mostró incluso "eufórico" porque "pensamos que era un error convocar una huelga general en La Palma, en donde tan mediatizada está la ayuda y el sustento familiar, pero hemos podido combatir esta información cruzada y el mensaje ha calado en los trabajadores, de hecho el manifiesto que hemos leído tiene razones de peso para tenerse en cuenta. Es cierto que un 40% en La Palma puede parecer escaso pero no es menos cierto que La Palma no tiene industrias, sino servicios y agricultura, por lo tanto teniendo esos dos pilares es un logro bastante alto el haber alcanzado este 40% de participación en la huelga, aunque en la manifestación hayamos sido un poco menos".
Ambos sindicalistas confían en que este "éxito" sirva para una abrir nueva etapa porque "si una huelga general puede cambiar un Gobierno, también puede cambiar una ley", sentenció Martel.
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