La utilización del riego por goteo y de abonos nitrogenados elaborados a partir de restos de cultivo, así como un compostaje adecuado de los residuos de empaquetado de plátano, se perfilan como algunas de las acciones principales para reducir el impacto de la actividad agrícola sobre el ambiente. Esta es una de las principales conclusiones que se desprende del proyecto sobre gestión sostenible del sistema de producción del plátano de Canarias que viene desarrollando la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) desde el pasado mes de enero.
Pese a que este cultivo tiene un bajo impacto ambiental, con esta iniciativa se pretende avanzar en su reducción, explicó el presidente de Asprocan, Francisco Rodríguez, al mismo tiempo que se pone el acento en garantizar una producción segura y de calidad tanto para los agricultores como para los consumidores.
El estudio está parcialmente financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, a través de una ayuda del Programa Torres Quevedo para la contratación de investigadores, y se ha centrado en la realización de mediciones de absorción de CO2 por parte del cultivo en diferentes fincas y en las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de su producción, procesamiento y transporte. Para ello se ha contado con el apoyo de los técnicos y personal de las fincas, de una estudiante de la Escuela Técnica Agrícola y del Departamento de Edafología y Geología de la Universidad de La Laguna.
Entre los datos extraídos del documento se pone de manifiesto que la sustitución del 20% de la actual superficie de cultivo de plátano con riego por aspersión por el sistema de goteo conllevaría una reducción de emisiones de CO2 de más de 560 toneladas al año, equivalente a las emisiones generadas anualmente por unos 140 coches.
Abonos con restos de cultivo
Asimismo, el trabajo destaca la importancia de reducir el aporte de fertilizantes nitrogenados, considerado como la fuente de emisiones de CO2 más importante en la fase de producción agrícola.
En este sentido, el estudio apuesta por la utilización de abonos nitrogenados orgánicos elaborados en forma local a partir de los restos de empaquetado. Según el informe, con esta práctica se materializaría una disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero por una vía doble, ya que se generarían menos gases por volatilización y lixiviado, y a su vez, la disminución en el volumen de fertilizantes importados a las Islas implicaría menos emisiones provenientes de su fabricación y transporte.
Por otro lado, el compostaje adecuado de los residuos de empaquetado de plátano reduciría en más del 90% las emisiones de CO2 con respecto a su disposición en vertederos, ya aunque durante el compostaje se libera CO2 por la actividad de los microorganismos, se evita la emisión de metano. Este gas cuenta con un potencial de calentamiento 21 veces superior al del CO2, se genera cuando la descomposición de la materia orgánica tiene lugar en condiciones de anaerobiosis, como suele suceder en los vertederos.
A esto se suma que el compostaje de los restos vegetales permite obtener un material de excelentes cualidades, que proporciona numerosas mejoras sobre las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. En este sentido, el volumen de compost que podría elaborarse con los residuos orgánicos generados en los empaquetados de plátanos del Archipiélago podría cubrir el aporte actual de abono orgánico sólido tipo compost de un 15% de la superficie de platanera de la región. A su vez, su aporte de nitrógeno cubriría el 7% de las necesidades del cultivo.
Parámetros
El estudio realizado por ASPROCAN se ha llevado a cabo a través de la estimación tanto de la absorción como de la emisión de CO2 a lo largo de su cadena de producción.
Para poder cuantificar la absorción de CO2 se han efectuado mediciones periódicas de la biomasa producida por el cultivo durante su crecimiento, llegándose a superar las 200 muestras de hoja, pseudotallo y fruta.
En lo que a las emisiones se refiere, se han tenido en cuenta las diferentes etapas de la cadena de producción, tomando como punto de partida las actividades de campo, y continuando con el transporte al almacén, procesamiento y empaquetado, así como el proceso de transporte desde el puerto de salida en las Islas hasta el destino final del producto en el mercado.
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