Símbolo de las Regiones Ultraperiféricas con el que se pretende promocionar sus producciones.
El Programa de Información sobre el símbolo gráfico de las Regiones Ultraperiféricas (RUPs) se ha presentado hoy en Madrid, en la sede del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Al acto oficial han asistido personalidades relevantes como el Director General de la Industria Alimentaria del MAGRAMA, Fernando Burgaz, y el presidente de la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátano de Canarias (Asprocan), Santiago Rodríguez, entre otros.
La génesis de este proceso se remonta a la presentación, en julio de 2011, por parte de los productores de plátano y banana comunitaria de España, Francia y Portugal, de un programa conjunto cuyo objetivo es dar a conocer el símbolo de las Regiones Ultraperiféricas (RUPs) como la imagen que recoge los valores de los productos alimentarios específicos de Canarias, Martinica, Guadalupe y Madeira.
Con este objetivo, y desde que empezó la campaña de información, los productores de Plátano de Canarias han realizado una serie de actuaciones tanto en España, mercado tradicional del plátano, como los nuevos mercados de Bélgica y Alemania. Estas actividades se iniciaron hace seis meses y se prolongarán hasta diciembre de 2014. Entre ellas destacan desayunos de prensa, participación en ferias alimentarias, acciones dirigidas a distribuidores y al consumidor. Se ha emitido información constante destinada a ellos y también se ha desplegado una intensa actividad en las redes sociales.
Entre los mensajes que se transmiten, además de la definición de las propias RUPs, se destaca que los plátanos y las bananas comunitarias son un producto de la agricultura sostenible y tienen unas cualidades de sabor únicas, relacionadas con sus orígenes específicos insulares y sus tierras volcánicas. Su producción procede de múltiples y pequeños agricultores (unos 700 en Guadalupe y Martinica, unos 10.000 en Canarias y unos 3.000 en Madeira). Es un producto típico de estos territorios y está revestido de grandes valores desde el punto de vista nutricional y organoléptico, derivados de las condiciones climáticas que se dan en estos cultivos.
Qué son las Regiones Ultraperiféricas
Las Regiones Ultraperiféricas (RUP) son territorios pertenecientes a la Unión Europea que se caracterizan por su escasa población y su gran lejanía del continente.
Estas regiones son: las francesas Martinica, Reunión, Guayana, Guayana Francesa y Guadalupe; las portuguesas Azores y Madeira, y la Comunidad Autónoma española de las Islas Canarias
Las RUP aportan a la UE una zona marítima y una posición geoestratégica valiosa como lugares privilegiados para la implantación de actividades de investigación científica y alta tecnología, y un marco natural excepcional para un turismo seguro y respetuoso con el medio ambiente.
Su situación particular las convierte en un puente estratégico para el desarrollo de relaciones comerciales entre los terceros países vecinos, y en general entre los menos desarrollados. Gracias a las RUP, la Unión Europea cuenta con el mayor territorio marítimo del mundo, con 25 millones de kilómetros. Para compensar su situación desfavorable, la Unión Europea creó el concepto de Región Ultraperiférica con el objetivo de aplicar una serie de acciones que ayuden a su desarrollo socioeconómico.
Una de las medidas impulsadas por la UE para ayudar a estas regiones es la creación de un símbolo que ayude a identificar sus productos. Así, podemos reconocer la singular materia prima procedente de estos territorios: cultivos exóticos de tipo tropical pero con sabor europeo. En el caso de las Islas Canarias, el acento se pone en el Plátano de Canarias, el cultivo más importante del archipiélago, un producto con un sabor único.
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franca
que les entre ya en la cabeza agricultores todos desde el almacen con sus trabajadores, gerente, presidente, intermediarios, asprocan, etc toda ésta gente trabaja para nosotros son nuestros trabajadores y tienen que hacernos el trabajo bien o si no fuera , que para eso les pagamos para que nos hagan el trabajo bien, luchemos por y para lo nuestro que si no lo hacemos nosotros nadie nos lo va ha hacer
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franca
de una cosa estoy seguro que si cuando nos bajan los precios a nosotros los agricultores se les bajara también los sueldos a todos los demás que viven a costa nosotros otro gallo nos cantaba , seguramente intentarían mantener unos precios razonables ya que todos ellos son los que juegan con dichos precios según les parezca. Lo que tenemos es que concienciarnos de que toda esa gente trabaja para nosotros y por tanto debemos de exigirles más y no conformarnos con lo que ellos nos dan , tenemos que luchar por nuestros intereses ,que todos estos gerentes, intermediarios, etc que siempre tienen el mismo sueldo esté como quiera que estén los precios se les bajaran tambien sus sueldos cuando los precios estan bajos ustedes verían como todo funcionaba mejor ya que si los precios bajan es porque nos están comercializando nuestro producto mal por lo tanto también hay que sancionarlos porque son como ya dije trabajadores de todos nosotros (los agricultores) y su deber es hacernos el trabajo bien que para eso les pagamos a todos, pero mientras todos no nos concienciemos y nos pongamos en nuestro sitio seguirán riendose de nosotros y safandose para sus propios beneficios y a nosotros nos seguirán dando lo que sobre y así no debe de ser sin nosotros no hacen nada somos los principales por lo tanto tenemos que exigirles más que las fincas son nuestras no de ellos
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Unoqueyaemigro
Les pido disculpas por alguna falta de ortografía que se me ha escapado sin querer, y alguna palabra que se ha movido de su sitio.
Es lo que tiene escribir en un vuelo con turbulencias y revisar con prisas.
Saludos.
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Unoqueyaemigro
Me van a permitir que aproveche esta noticia para hacer una reflexión sobre el argumento de región ultra-periférica en particular, y sobre el plátano en general.
Pero primero les cuento una historia que no tiene nada que ver con este tema, o tal vez sí.
Una de las empresas españolas que más admiro se llama La Fageda.
Es una cooperativa formada por 270 personas, de las que 160 tienen discapacidad intelectual o enfermedad mental severa.
Están en Gerona, o Girona, como ustedes prefieran, curiosamente en una zona que también es volcánica y que se llama "la Garrotxa".
Fabrican productos lácteos, principalmente yogures de granja, de alta calidad y precio acorde.
Les va muy bien.
Todavía no tengo datos del año pasado pero en el 2010 facturaron casi 11 millones de euros, con un crecimiento del 10% sobre el año anterior, y crearon empleo, aumentando la plantilla en 8 personas.
La cooperativa no tiene animo de lucro. Los beneficios se invierten en servicios de asistencia a los discapacitados para que puedan tener una vida digna y lo más autónoma posible, tanto mientras trabajan para La Fageda como cuando se jubilen.
Los yogures son más caros que la mayoría de los que se pueden encontrar en un supermercado pero se venden muy bien.
Como les va tan bien, ahora van a empezar a hacer mermeladas.
De momento solo venden en Cataluña, pero la idea es tan buena que yo espero que se vayan expandiendo poco a poco.
Los empleados de la Fageda no solo ganan dinero sino que se sienten orgullosos de lo que hacen. Hace ya bastantes años, cuando conocí la empresa, me contó alguien una anécdota que le había emocionado. Esta persona estaba en un hipermercado delante de los yogures, y se le acercó un hombre con aspecto de discapacitado psíquico, le cogió del brazo, le señalo los productos de la Fageda y le dijo con una gran sonrisa: "estos son mis yogures".
¿Saben qué es lo mejor de toda esta historia? Si cogen un yogur, o un "pack" de yogures, y se leen toda la letra pequeña del envase, no encontrarán ninguna información sobre el hecho de que el producto esté fabricado por discapacitados. Tampoco hacen ninguna publicidad sobre este tema. De hecho la mayor parte de las personas que compran productos de La Fageda no saben nada. Los compran porque son mejores que los de la competencia.
Tal vez todo esto les parezca una "cursilada". A mí, ya les he dicho que me parece una de las empresas más admirables del país.
Les cuento la historia en primer lugar porque me parece fantástica. Les recomiendo una visita a la pagina web http://www.fageda.com/es
Me parece que es una de esas cosas que le hacen a uno sentirse optimista y a gusto con la Humanidad.
Evidentemente también hay una moraleja, y espero que no se me ofenda nadie pensando que hago un paralelismo entre los agricultores canarios o las regiones ultra-periféricas con los discapacitados intelectuales. No van por ahí los tiros.
Lo cierto es que leyendo esta noticia, pienso que me gustaría más que pudiéramos hacer publicidad del plátano canario apelando solamente a su mejor calidad, como hicimos por cierto durante mucho tiempo.
Si esperamos que la gente compre plátanos de Canarias porque son ultra periféricos creo que estamos siguiendo una estrategia comercial completamente equivocada.
Yo tengo una pequeña teoría sobre las ventas que no es del todo original. Casa vez que un cliente se acerca a una empresa (entra en una tienda, o se interesa por un producto) se produce algo que podemos llamar "el momento de la verdad". Después de pensarlo más o menos, hay un instante en que el cliente decide entre comprar o no comprar, comprar nuestro producto o el de la competencia. Y ese es el momento en que el empresario gana o pierde la batalla. Cualquier empresario sabe que su actividad es una sucesión de pequeñas batallas de este tipo, de las que hay que intentar cuantas más sea posible.
En nuestro caso, ese "momento de la verdad" se da continuamente en la sección de frutería de miles de supermercados, donde normalmente los plátanos de Canarias están al lado de los de Centroamérica.
Cuando yo llego a la frutería tengo que admitir que no soy imparcial, y voy siempre directo a por los plátanos de Canarias. Les prometo que en toda mi vida no recuerdo haber comprado nunca un plátano que no fuera de Canarias.
Si estoy fuera de España y no hay de Canarias, no compro. Pero sí que como plátanos de fuera de Canarias si me los ponen en un hotel o en la oficina, y tengo que admitir no hay mucha diferencia, al menos no con los que compro en el supermercado. Otra historia son los que como cuando voy a la Palma.
Eso si, muchas veces pienso que si no fuera por principios compraría los otros. El precio es prácticamente el mismo pero normalmente los "de fuera" tienen mucho mejor aspecto. A veces simplemente no compro porque llegan plátanos en condiciones lamentables. No se si es un problema de maduración o de los invernaderos o de las cámaras o del transporte pero lo cierto es que a veces dan pena.
Cuando puedo me escapo a una tienda de productos ecológicos donde venden unos plátanos de los Sauces, que cuestan entre el doble el triple, pero que son hermosísimos.
Yo no soy nadie para pretender adivinar lo que piensan los demás, pero me da la sensación de que muchos agricultores canarios, o distribuidores del plátano canario, no se consideran realmente empresarios ofreciendo un producto y compitiendo con otros empresarios.
Casi todas las noticias que leo en la prensa sobre estos temas se refieren a la defensa de las "dichosas" subvenciones, pero no parece que se hable mucho de ese "momento de la verdad" ni de cómo afrontarlo en las mejores condiciones posibles, es decir, cómo competir mejor con los productores de otros países.
Cualquier empresa puede elegir entre dos estrategias para competir, precio y volumen, es decir, ser más baratos, y ganar dinero vendiendo mucho (volumen), o dar mejor calidad y de esta forma poder tener precios más altos, ganando más en cada venta (precio).
Creo que un poco de debate sobre este tema nos llevaría rápidamente a la conclusión de que no podemos competir en precio con los países de Centroamérica. En ese pulso gana siempre el que tiene los costes mas bajos, y no podemos ser nosotros, primero porque nuestros costes laborales son mas altos, y segundo porque somos mas pequeños y tenemos menos "economías de escala" (esto es como llaman los economistas al hecho de que cuanto mas grande es la finca o la plantación, los costes que son fijos se reparten entre mas plátanos, y el resultado es que, después de asignar costes, cada unidad de plátano sale más barata).
Sin embargo estamos compitiendo en precio (ya he dicho que hoy en un supermercado de la península hay muy poca diferencia entre el precio de los plátanos canarios y el de los sudamericanos), y lo hacemos gracias a las subvenciones.
Si mañana se acabaran las subvenciones y realmente tuviéramos que sacar un benéfico de cada kilo de plátanos, a nuestros agricultores no les saldrían las cuentas y tendrían que dedicarse a otra cosa. En esto creo que estará de acuerdo todo el mundo.
Las subvenciones no se van a terminar de golpe, pero creo que inevitablemente se van a ir reduciendo.
Hoy en día la Unión Europea destina alrededor de la mitad de su presupuesto total a la PAC (Política Agraria común). Del resto, hay que destinar parte el mantenimiento de las instituciones europeas, que no nos salen precisamente baratas, y lo que nos queda es lo que se reparte entre todo: educación, investigación y desarrollo, ayudas a otros sectores, fondos estructurales y de cohesión, etc.
Sin embargo el porcentaje de ciudadanos europeos que se dedica a la agricultura es cada vez más bajo.
Lógicamente, las personas que quieren que se dedique dinero a otras cosas, o que viven en países donde la agricultura tiene un peso menor (tradicionalmente encabezados por el Reino Unido) se van poniendo cada vez más impacientes.
Creo que haríamos bien en irnos preparando para el momento en que se acaben, porque los cambios llevan tiempo.
Llegará un momento en que no nos servirá de nada hacer manifestaciones de protesta. Si nos hemos adaptado a los cambios podremos seguir con muchas familias viviendo de la agricultura. Si no, creo que nos hundiremos.
Hay otro motivo por el que creo que tendremos que algún día tendremos que abandonar o reducir mucho las subvenciones, y es que no sin éticas.
A todos nos resulta gratificante, en la medida de nuestras posibilidades, hacer donaciones al Tercer Mundo y apadrinar niños de la India, o saharauis, o de El Salvador, pero ¿estaríamos dispuestos a dejar que sus países puedan competir con el nuestro en igualdad de condiciones, y que puedan desarrollarse económicamente? A veces pienso que queremos ayudarles pero solo un poco. Lo suficiente para que no se conviertan en una amenaza.
Las subvenciones a los productos locales y las restricciones a la importación tienen ventajas evidentes en el corto plazo. Complementan la renta de los agricultores y les dan seguridad.
Sin embargo a largo plazo pueden tener efectos devastadores, principalmente porque hacen que no haya incentivos para mejorar, y yo creo que en este mundo globalizado el que no nada se hunde.
Si tengo mi renta garantizada por una subvención, probablemente, mi principal preocupación será mantener la subvención.
Seguramente no me preocupará tanto si estoy más o menos en forma para enfrentarme al "momento de la edad", cada vez que un cliente se acerca a la sección de frutería, en un supermercado cualquiera, a miles de kilómetros de distancia.
Todos sabemos que uno se los grandes problemas de la agricultura en nuestro país, y concretamente en las islas, es la falta de eficiencia en la distribución y de justicia (o equidad) en el reparto de beneficios entre agricultores, intermediarios y distribuidores. Esto lo sabemos desde hace mucho tiempo, pero no parece que se haya intentado hacer mucho al respecto.
Cabe preguntarse si habríamos puesto más interés en resolver el problema si no hubiera habido subvenciones y realmente tuviéramos la presión de tener obtener un beneficio real.
Curiosamente, aunque ahora nos gobierna un partido político que se define como liberal, y también nos ha gobernado en el pasado, es el primero que viene a decirnos que luchará en Bruselas para mantener las subvenciones.
Supongo que, por un lado, se considera que valen más los votos de los agricultores en las zonas rurales que la coherencia de las ideas.
Por otro, parece que se asume que los agricultores son todos de la misma opinión, y que no merece la pena intentar convencerles de que iría en su propio beneficio reducir gradualmente la dependencia de las subvenciones y orientar los esfuerzos hacia la búsqueda de formas de ser más competitivos.
Siempre que oigo a personas o "personalidades" del PP (algunas muy respetadas) prometiendo la defensa de las subvenciones a toda costa, me pregunto si nos mienten (en el fondo son liberales y no creen en la bondad de las subvenciones, pero no nos lo dicen para no arriesgarse a perder nuestros votos), o se engañan a si mismos (saben que no son liberales pero están en el partido porque tiene más posibilidades de gobierno que, por ejemplo, Izquierda Unida), o simplemente son felices en la ignorancia (pensando realmente que son liberales pero sin saber lo que significa).
En fin, volviendo al tema comercial recuerdo que hace años se hacía mucha publicidad en la península del plátano de Canarias (y supongo que se invirtió mucho dinero), explicado lo bueno que era comparado con los que venían de otros países. Los menos jóvenes se acordarán. Todo aquello de que era más pequeño pero más sabroso, y que aunque tuviera manchitas por dentro estaba perfecto.
Ahora parece que hemos abandonado esta línea, y es normal, porque de nada sirve que te bombardeen con anuncios por la tele se luego compras unos plátanos y al pelarlos te encuentras con que están negros por dentro (a veces me pasa y no sé si es un problema de la maduración en los invernaderos o de que no hacemos bien el transporte en las cámaras frigoríficas).
Para ser honesto, reconozco que a los invernaderos les tengo bastante manía, y esto es principalmente porque me parece que nos arruinan el paisaje, que es una de las mejores cosas que tenemos y de la que también tendrían que vivir muchas familias. Tengo edad suficiente como para recordar cómo era el paisaje de la isla antes de que se empezara a llenar de plásticos grises y muchas veces rotos por el viento.
Entonces era sin duda la isla verde, la isla bonita. Hoy lo sigue siendo, pero menos, y dependiendo un poco más de donde se mire.
Yo entiendo poco, tirando a nada, de agricultura, pero me da la impresión de que los invernaderos, aparte de afear el paisaje, no continúen a mejorar la calidad del producto.
En este mismo artículo se dice que " grandes valores desde el punto de vista nutricional y organoléptico, derivados de las condiciones climáticas", pero luego alteramos el clima artificialmente con un invernadero.
Seguramente los invernaderos sí que contribuyen a la cantidad del producto, pero ya hemos visto que eso es competir en precio, y desde mi punto de vista es una estrategia suicida.
Evidentemente todo esto son opiniones personales, pero las tengo muy claras y me preocupan mucho.
Además son opiniones libres, porque no soy agricultor ni distribuidor y no tengo intereses particulares, pero admiro mucho a la gente que trabaja la tierra y me gustaría que a todos les fuera bien.
También pienso que muchos agricultores, si vieran los plátanos que se encuentran muchas veces en el supermercado, no podrían sentirse orgullosos, como aquel trabajador de La Fageda, sino que probablemente sentirían tristeza.
Por todo esto me alegro de lo que parece un éxito de los productores de los Sauces, que además me parece que hacen su negocio completamente fuera del sistema de subvenciones.
No se si hay más en la Isla, pero estos son los que yo he encontrado a la venta los que compro siempre que tengo la oportunidad.
Creo que el futuro de la agricultura en los países desarrollados pasa necesariamente por productos de mayor valor añadido y por tanto mayor precio, y esto hoy en día es la agricultura ecológica.
No se puede hacer el cambio de la noche a la mañana, pero precisamente por eso creo que es importante empezar a moverse cuanto antes.
Por eso no me entusiasman estas noticias, según las cuales parece que pasamos de decir que nuestros plátanos eran los más sabrosos, a decir que son "ultra-periféricos". No tengo claro que sea un cambio a mejor, ni que nos vaya a ayudar nada en el "momento de la verdad".
Si alguien ha llegado hasta aquí, le agradezco la paciencia y el interés.
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Indiano
No es la palma, sino la region ultraperifgerica.
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4ramitas
Esta como para enseñar…y se preguntaran en madrid que si a la palma mo ha llegado el diseño grafico…
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