Los sindicatos llaman a los palmeros a la huelga general del 14-N porque la Isla “no aguanta más”

Cada vez entiendo menos. Veo como hay quienes se molestan por la convocatoria de una huelga general. Independientemente de quien la convoca ¿no les parece que se deben analizar las causas de una convocatoria de este tipo? Les puedo asegurar que, si la convocara alguna plataforma de no afiliados a sindicato, gustosamente participare y con exactamente las mismas ganas si existieran motivos para ello, lo que sí me parece que deberíamos tener muy claro, es que la huelga es un derecho que no se debe perder y secundarla no debería acarrear nunca el despido legal, no se asusten por esto que comento pero ¡¡ SE MUY BIEN LO QUE DIGO ¡¡. Estoy seguro que les será más fácil que te despidan si no te mueves, actualmente tenemos todas las papeletas para que nos despidan las empresas cuando les de la real gana y más difícil si ven que ejerces tus derechos con cierta valentía.

Hay que dejar claro que la posición que cada uno toma ante una huelga general, en ningún caso puede ser neutra o aséptica. Cualquiera de las dos opciones que uno toma ante una huelga (hacerla o no hacerla) automáticamente te posiciona, te colocas en uno u otro bando que son antagónicos entre si. Quiero decir que si uno decide hacerla, eso lógicamente te posiciona con la gente que la hace, que de manera clara lucha por los derechos sociales de los trabajadores y de la ciudadanía en general. Si por el contrario decides no hacerla, también te posicionas con quienes están en contra de esa lucha y por tanto a favor de los recortes sociales y violación de los derechos de la ciudadanía.

Lo que sí es seguro es que, si no somos nosotros capaces de pelear por todos estos desbarajustes que se cometen con nuestros derechos, primero por parte de Zapatero y ahora con el Sr. Rajoy por la aplicación de esta pasada reforma laboral, los constantes ataques al Estado del bienestar y al modelo social que nos ha marcado la convivencia en España durante mas de treinta años, no esperemos que venga nadie a de lejos a dar la cara por nosotros para quitarnos las castañas del fuego, no me parece que sea precisamente este el momento mas adecuado para pensar “ya lo arreglaran otros”. Ante todas estas cosas, me parece que la única salida que nos queda es reaccionar y cuanto antes mejor.

Por otro lado, tengo que entender que a todos aquellos que les pueda importar poco o muy poco estos constantes ataques a los derechos de la ciudadanía y, sobre todo en mayor medida a las clases menos pudientes, tengo que suponer que es porque estén de acuerdo con estos atropellos que seguramente seguirá tomando el Gobierno, y no piensen que solo es y será contra quienes están jubilados o se encuentren en el paro, no, sino que también es y será con quienes tienen un puesto de trabajo, un ejemplo: esta misma mañana, hablando con un ex compañero ( les aseguro que es poco sospechoso de ser defraudador), me cuenta que estuvo tres días con baja médica, a fin de mes le descontaron de su nomina 150 €), este puede ser un ejemplo pequeño, pero a la vez clarificador de algo que está sucediendo hoy, quizás alguno de ustedes no les de importancia, sabemos que efectivamente hay algunos que cometen fraude con las bajas, pero, aviso a navegantes, ya sabes que si no eres ingresado en el Hospital o es algo muy grave, te aplicaran la ley del talión, como podría ser por (dolores de lumbago, traumatismos que puedas caminar con bastones, estados febriles, tendinitis y así mil y una mas) claramente y con la actual ley en la mano, te la aplicaran con el martillo, tendrás la espada sobre tu cabeza, sabrás que no te podrás enfermar porque te descontaran de tu nomina el correspondiente a tu salario y el de la parte empresarial por muy serio que puedas pensar que eres. Me pregunto ¿Por qué no se aplica esta misma vara de medir a los auténticos defraudadores de este País como es la banca?

Cuando uno se pelea no tiene garantías de que vaya a ganar, pero, lo que sí es seguro, es que si no peleas ya estás perdido, nos pueden echar cuando quieran, sin explicaciones y por dos euros. Si puedes tener alguna posibilidad de defender tu puesto de trabajo, es precisamente luchando por intentar parar de alguna manera todas estas tropelías.

Lo que no parece que sirva, ni en el trabajo ni en la vida en general, es que te quedes en casa sin mover un dedo mientras te roban impunemente, mientras pierdes la dignidad como persona, por no haberte movilizado. Somos unos seis millones de trabajadores los que hemos perdido nuestro puesto de trabajo y este Gobierno, desgraciadamente ya nos había anunciado que este año, y con la reforma que aprobaron (que según ellos iba a servir para crear empleo), se incrementarían en otros 630.000 trabajadores que perderíamos nuestro puesto de trabajo para pasar a formar parte de las largas filas del paro.

Posiblemente si se hubieran convocado antes más de una movilización ciudadana, quizás no hubiéramos llegado a esta situación, me parece que los empresarios y el gobierno se lo habrían pensado dos veces antes de hacer lo que están haciendo. En cualquier caso, esos millones de parados son desgraciadamente la mejor demostración de que si nos quedamos quietos sin hacer nada, ni garantizamos el puesto de trabajo ni el salario y muchísimo menos tus derechos.

En la vida hay una cosa que no viene en ningún contrato de trabajo, ni en la nómina o las leyes laborales, se llama dignidad, dignidad como persona y dignidad como trabajador. Eso nos puede servir para ir por la vida con la cabeza alta, no tenemos porque aceptar que nos traten como si fuéramos trapos de usar y tirar, si no lo remediamos nosotros, tengo muy claro que estamos condenando a nuestros jóvenes a no tener ni futuro ni presente. Los trabajadores más jóvenes no tienen derecho a tener miedo y resignarse, no hay porque dejar a nuestros hijos un futuro de clara miseria, por nuestros padres, tíos, abuelos, que lucharon porque los trabajadores tuviéramos el derecho a una vida digna.

Deberíamos tener claro que, “UNA HUELGA GENERAL, A VECES HAY QUE HACERLA Y SECUNDARLA POR DIGNIDAD “, independientemente de quienes la convoquen, no creo que se convoque por mero capricho sino que se hace por razones sociales imperantes, es decir: se convocan por ser atropellados derechos que los trabajadores y la ciudadanía han conseguido con su lucha a lo largo de cientos de años.