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Las administraciones se unen para frenar la entrada de uva foránea

  • Con ello se da respuesta a una demanda que viene planteando el sector

Las administraciones se unen para poner freno a la entrada de uva foránea.

El Ejecutivo canario, en colaboración con la Delegación del Gobierno, pondrán en marcha el próximo 19 de noviembre una campaña de control de la entrada de uva de procedencia exterior en las Islas, con la intención de dar respuesta a las demandas que viene planteando el sector vitivinícola canario. La entrada de este fruto en las Islas, pese a que es legal, está teniendo efectos negativos en este subsector.

Con el objetivo de solicitar la colaboración de todos los departamentos con competencias en este ámbito para intensificar estos controles, la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias celebró este miérciles una reunión de trabajo en Santa Cruz de Tenerife, que contó con la presencia de la directora del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA), Sulbey González; y los directores generales de Salud Pública, José Díaz Flores; de Agricultura y Desarrollo Rural, Pedro Tomás Pino; de Comercio y Consumo, Gustavo Matos; y una representante de la Delegación de Gobierno.

Esta campaña, que tendrá una duración inicial de dos meses, responde a la necesidad de reforzar las actuaciones de control ante la introducción masiva de uva de vinificación foránea, cuyo empleo pese a ser ilegal en la elaboración de vinos acogidos a figuras de calidad-Denominación de Origen Protegida (DOP) e Indicación Geográfica Protegida (IGP)- sí está autorizado en la producción de vino que no goza de estos distintivos.

Sin embargo, el problema se plantea cuando estos caldos elaborados con uva foránea, que como se indicó, no cuentan con dichos distintivos, se comercializan bajo determinadas denominaciones de venta o menciones como "Vino de mi cosecha, Vino del país, y Vino de la casa", entre otras-que no están reguladas y por lo tanto no éstan prohibidas-, ya que su uso puede generar una confusión en el consumidor sobre el origen del vino, pudiendo dar a entender que proceden de uvas de Canarias. El canal de comercialización de estas producciones vitivinícolas suele ser en bares, tascas y los conocidos "guachinches".

Esto tiene diversos efectos negativos sobre la protección del consumidor de este tipo de establecimientos- ya que se parte de la base de que éste desea consumir vinos del Archipiélago y cuando el caldo sin DOP ni IGP es comercializado bajo uno de esos nombres parece que es de las Islas cuando en realidad no es así -y puede generar también un problema agrícola indirecto de abandono de los viñedos- ya que la uva de procedencia exterior es más barata que la producida en Canarias y cuando se utiliza, en estos casos, preferentemente frente a la de viñedos canarios, puede desincentivar la actividad agrícola frente a la importación de uva.

Asimismo puede derivar en un posible problema de seguridad y calidad agroalimentaria ya que muchas de las bodegas que suministran a estos bares, tascas y "guachinches" son pequeños establecimientos, en numerosas ocasiones de carácter familiar, que por su escasa dimensión y funcionamiento posiblemente muchos son clandestinos, en cuyo caso estarían escapando al control tanto del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria como de la Dirección General de Salud Pública.

Durante el encuentro se aclaró que no se está en contra de esta actividad tradicional, que genera una economía complementaria de las rentas familiares, pero si se defiende que cumplan con un mínimo de controles de calidad y seguridad alimentaria, que garantice una protección del consumidor al mismo tiempo que no suponga una competencia desleal al resto de operadores alimentarios.

En este sentido, las actuaciones de control solicitadas en la sesión a la Dirección General de Salud Pública pasan por comprobar en un número representativo de bodegas, que éstas están adecuadamente inscritas en el Registro General Sanitario de Alimentos y Establecimientos Alimentarios y cumplen las condiciones higiénico-sanitarias aplicables a este tipo de establecimientos, así como comprobar la trazabilidad de la uva, recabando en los establecimientos inspeccionados la documentación de la procedencia de la misma y del vino producido.

Correspondería a la Dirección General de Comercio y Consumo revisar en un número representativo de bares, tascas y ventas de vino o "guachinches" que el etiquetado, presentación y publicidad de los vinos comercializados es correcto.

Finalmente, se pidió a la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural que continúe colaborando a través de su Servicio de Sanidad Vegetal, especialmente en las actuaciones que éste lleva a cabo sobre las partidas de uva de vinificación sobre las que se sospeche la presencia de plagas.

 

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