El temporal también causó estragos en las plantaciones de ñame

El viento, primero, y después las lluvias torrenciales causaron serios daños en la agricultura. Fue la cruz del temporal que se vivió la semana pasada en la isla de La Palma, donde la cara está representada en la abundante agua que recogieron los acuíferos y las presas, sedientas después de más de un año de sequía.

El viento hizo estragos en las plataneras de la zona este de La Palma, que está a la espera de la valoración de Agroseguros, como los aguacates, cítricos y mangos, en cuyas producciones también hizo mucho daño. Árboles cuyos frutos también tiró al suelo en la comarca noroeste.

Pero existen cultivos más modestos y minoritarios que sufrieron también severamente el diluvio que registró el norte de  La Palma, como es el caso del ñame. Un producto que estaba empezando a coger fuerza en la zona norte, especialmente en núcleos como Gallegos, y que se ha visto perjudicado por las intensas lluvias.

En Gallegos, que es uno de los núcleos donde más expansión está teniendo este cultivo, buena parte de las plantaciones que se encontraban sembradas en barranqueras fueron destrozadas por la intensidad del agua. Calculan que entre tres mil y cuatro mil kilos de ñame se perdieron en esta cosecha. Esto supone un varapalo importante para muchas familias, para las que este producto supone un complemento importante para el sostenimiento de su economía doméstica. Al que hay que sumarle además las pérdidas experimentadas en otros cultivos en este mismo territorio, como las naranjas o los aguacates.

Los agricultores, acostumbrados a sobrellevar estoicamente estos contratiempos, volverán a sembrar este preciado tubérculo, cuya producción se destina en su gran mayoría al mercado de Gran Canaria, donde es muy valorado como ingrediente esencial de los potajes.