Taño apela al espíritu luchador palmero en la ofrenda a San Miguel para sacar adelante el turismo

Alguien comentaba por ahí abajo que cada pueblo tiene sus creencias religiosas acordes con sus historia vital, y así es.

Por circunstancias de la vida he tenido la oportunidad de vivir tres experiencias cristianas diferentes, que partiendo todas de los mismos textos oficiales, se diferencian mucho unas de otras.

Los protestante por lo general si son creyentes, asisten al templo pero siempre desde un punto de vista "personal" y dirigido a "Dios", que por otro lado flota en el ambiente, pues no suele haber otra representación, y hay que imaginárselo.

Los pastores tratan de sacar de las escrituras, (siempre las escrituras), algún ejemplo que contribuya a la ética general, y aquí se acabó el panegírico.

Los ortodoxos, por el contrario, a través de una liturgia bastante barroca, hacen mucho hincapié en la tradición y valores patrios a mi parecer de una manera bastante nacionalista, al menos en Grecia. Ahora, conociendo su larga lucha por la supervivencia como país contra los turcos, que le han ido quitando la mitad del territdorio, lo comprendo. Vanis que ser ortodoxo y ser griego son cosas que se confunden. Una cosa positiva si que me pareció y no era otra cosa que "lo normal" que parece el ver a los curas casados con sus familias al terminar la misa dominical, departiendo amablemente entre otras familias del pueblo. Digamos que la cuestión sexual tiene un estatus bastante "normal", aúnque he de admitir que tampoco difiere mucho la actitud de nuestra juventud, que en ese aspecto son mucho más "sanos" que nosotros los sesentones.

La Iglesia Católica, en los países que se lo han permitido, han tratado de hacer un maridaje con el Estado y como si fuéramos ovejas dentro del redil, tenernos siempre controlados, de ahí ese montón de elementos que componen la corte celestial, con unos santos especializados en una cosa y otros en otra y con todas las vírgenes del mundo haciendo de intermediaras del pobre hombre desvalido y acechado por los pecados del "mundo, el demonio y la carne". De ahí esas proclamas del 25 de Julio en Compostela, y todas las fiestas locales a sus particular diputado en la Corte Celestial.

La intensión no es mala "per se" y más comprensibles son las esperanzas que mucha gente pone en su fe que les hace a los más sensibles llorar a mares.

Pero eso no es nada comparado con un Corpus Christi en Toledo en la época "cuando El todavía habitaba entre nosotros" y era recibido bajo palio a la entrada de la catedral y acompañado de chorros de incienso, conducido a su especial marquesina, siempre como no podía ser menos acompañado de su augusta Señora. Eso si que era fervor popupar!.

Así es la cosa, es la Historia.