Piden justicia por el asesinato en Las Palmas hace dos años de la joven Saray González

El próximo lunes, 13 de noviembre, empieza en la Audiencia Pronvicial de Las Palmas el jucio oral por el asesinato hace ya dos años de la estudiante palmera Saray Gozález, de 26 años, y por ese motivo el abogado de la familia y también portavoz, Ignacio Pastor Teso, convocó un pequeño acto de apoyo a la misma en el salón de plenos de la corporación capitalina, en el que estuvo acompañado por el presidente del Cabildo insular, Anselmo Pestana, y el alcalde de Santa Cruz de La Palma, Sergio Matos.

“Hemos considerado que era importante que se sientesen acompañados en estos momentos tan complicados”, dijo Pastor. El jucio empieza el lunes y se prolongará hasta el jueves y “es muy importante para la familia que sientan de alguna manera que están acompañados”. “Va a ser un juicio muy complicado y duro, y todo apoyo es bien agracedecido”, afirmó el letrado, por lo que dio las gracias al presidente, al alcalde, y al cura de El Salvador, por su respaldo porque “es importante que ellos sientan que están acompañados”.

En el juicio que está próximo a celebrarse, Pastor, como abogado de la acusación particular, lo que va a pedir es “justicia con mayúscula”. “El hecho es gravísimo, las consecuencias son irreparables y lo único que podemos hacer es exigir justicia y creo que la vamos a conseguir”, dijo . Pastor Teso pedirá 25 años, que es la máxima condena que contempla el Código Penal, para el joven que arrebató la vida de Saray González a finales de octubre de 2015, porque “entendemos que existe asesinato con alevosía y ensañamiento”. El Ministerio Fiscal en cambio pide 20 años porque no ve ensañamiento, pero “nosotros vamos a intentar que sean 25”. La defensa, que lo tiene díficil, buscará un atenuante.

Los hechos, como se recordará, sucedieron el 28 de octubre de 2015, cuando Saray fue encontrada tirada en el suelo de la vivienda por su compañera de piso, ubicado en la calle Pérez del Toro de Las Palmas de Gran Canaria. La investigación policial se centró en el entorno de la víctima, hasta la confesión del vecino, de 19 años, que vivía en el piso de abajo y estudiaba ingeniería en la Universidad de Las Palmas, donde la joven estudiaba Relaciones Laborales.