El Ayuntamiento de Breña Baja, a través de la Agencia de Empleo y Desarrollo Local, organiza un año más el XIII Concurso Insular de Mieles de La Palma.
Esta iniciativa, que ya se ha consolidado como la cita más importante del año para los expertos apicultores y aficionados a este producto, premia la miel de monte y de costa valorando sobre todo la calidad y originalidad.
El alcalde, Borja Pérez, considera importante dar a conocer, un año más, la producción insular y colaborar en el desarrollo económico del producto.
Por su parte, el concejal de Desarrollo Local, Fran Martín, ha explicado que desde la Agencia de Desarrollo Local se han organizado actividades paralelas como la formación especializada para apicultores, venta directa de mieles, y la celebración de la festividad de San Martín con vino y queso de la tierra.
El programa de actos dará comienzo el sábado, 11 de noviembre, en la plaza de Las Madres de San José, donde el Ayuntamiento ha habilitado una carpa para así disfrutar de todas las actividades que engloba este concurso. A las 10:00 horas, dará comienzo la charla de formación apícola “Estrategia de control de enfermedades” impartida por Alejandro García Samanes; y a continuación se procederá a la apertura de los puestos de venta de miel.
A las 11:00 horas, se iniciará la cata de las mieles presentadas al certamen y por primera vez se celebrará en un espacio abierto al público para que se pueda vivir el proceso. A las 12:00 horas llegarán los socios de la “Denominación de Origen Vinos de La Palma”, que celebran la festividad de San Martín visitando el municipio. Posteriormente, se procederá al Maridaje de quesos y mieles, con la colaboración de la D.O. Queso Palmero. A las 14:00 horas se cierran las actividades realizadas en la plaza de Las Madres y los participantes se desplazarán hasta la Sociedad Juventud Española en San Antonio, donde tendrá lugar un almuerzo de hermandad entre los socios de la A.D.S. Apicultores de La Palma y los socios de la D.O. Vinos La Palma, y la tradicional “jura de pipa” de la mano de José Tabares. La jornada concluirá con un baile.
A mí no me gusta la miel de abeja palmera, por lo menos las mieles que he probado.
La última miel que probé tenía un color casi negro y desprendía un olor raro parecido al que emana de los cadáveres. Pensé que había un ratón muerto dentro del tarro, pero no, parece que ese es el olor característico de esa “miel”. El sabor era un tanto amargo, un sabor muy raro para mi gusto. A mí me supo a algo así como una mezcla de asco y repugnancia.
De las mieles palmeras que he probado no me gustó ni el sabor, ni el color, ni el olor.
Prefiero un millón de veces la miel que viene de fuera, como por ejemplo la miel La Granja de San Francisco, que aparte de estar muy buena es mucho más barata.
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