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Avistan un gran grupo de delfines moteados en aguas de La Palma

En Puerto del Rosario. Foto de Canarias Conservación

Dos equipos de investigadores han realizado este verano y otoño sendas campañas de seguimiento de poblaciones de cetáceos y tortugas marinas en aguas de Canarias en el marco de un proyecto europeo entre España y Portugal para comprobar su estado con vistas al segundo ciclo de la Directiva Marco de la Estrategia Marina en las islas de la región de la Macaronesia (Azores, Madeira y Canarias), que aglutina un tesoro de fauna poco estudiada.

El proyecto, denominado Mistic Seas 2, consiste en la recogida de datos de estimas de abundancia de especies como la tortuga boba, diversos tipos de delfines, cachalotes, zifios y calderones tropicales, a través de una metodología común basada en transectos de muestreo, es decir, lugares previamente indicados para realizar los avistamientos, tal y como informa Europa Press en un reportaje publicado por distintos medios de comunicación.

El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, a través de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar y la Fundación Biodiversidad, forma parte del proyecto, coordinado por el Fondo Regional para la Ciencia y la Tecnología de las Azores, cofinanciado por la Comisión Europea y que se ejecuta desde marzo de 2017 hasta marzo de 2019.

Cinco investigadores (cuatro biólogos marinos y un técnico analista en sistema de información geográfica) y un patrón de la UTE Ceamar-Alnilam-ADS acaban de terminar una campaña oceánica por todo el archipiélago canario surcando las aguas a bordo de un barco a un máximo de 12 millas de la costa y canales entre islas.

Mónica Pérez, gerente de la UTE y presidenta de Ceamar, señala que el trabajo consistió en navegar a una velocidad constante y con dos observadores que oteaban el horizonte desde la proa. “Se registró toda la información de los avistamientos que se tenía, además de las características ambientales, como el estado del mar o las condiciones de visibilidad, es decir, todos los factores que pueden afectar a los animales”, añade.

“En septiembre tuvimos pocos avistamientos, lo que es rarísimo comparado con lo que esperábamos y nuestra experiencia en años anteriores, pero eso no significa nada porque en octubre hubo más. Si este proyecto se repitiera año tras año, dentro de 10 años se puede ver una tendencia. No hay datos previos de partida que permita estudiar la tendencia a largo plazo. Es imposible saber si el cambio climático está afectando a las especies”, añade.

Sin embargo, precisa que los investigadores avistaron “algo sorprendente”: dos grandes grupos de delfines moteados, uno en el norte de Lanzarote y otro en La Palma, algo que también ocurrió en Madeira. Respecto a la tortuga boba, no hubo un gran número de avistamientos, debido a las condiciones del mar, lo que dificulta las probabilidades de ver a esta especie sobre las aguas.

Desde Canarias Conservación explican que es “probablemente es el delfín más curioso de los que viven en Canarias”. Los ejemplares juveniles, que no presentan las manchas de los adultos, pueden parecerse al delfín mular, aunque en los avistamientos se diferencian por el tamaño de los grupos y sobre todo por el comportamiento, mucho más curioso y confiado en el delfín moteado.

La longitud media de los adultos es de 2 metros con un máximo registrado de 2,29. El peso varía entre los 80 Kg. de media, hasta un máximo de 143 Kg. En Canarias, los delfines moteados se alejan de muchas de las características que referencia la bibliografía: los ejemplares adultos no superan los 1,9 m, e incluso por las diferencias de coloración existentes con los ejemplares del mar Caribe podría tratarse de una especie exclusiva de las islas macaronesicas.

 

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