El fuerte oleaje reinante en buena parte de la isla ha causado importantes destrozos en las piscinas naturales de Barlovento, según ha informado el alcalde, Jacob Qadri, que pide a la población no acercarse a la costa para evitar riesgos innecesarios.
El regidor hace este llamamiento porque, según ha comentado a elapuron, esta misma mañana había una pareja de extranjeros haciendo fotos muy cerca del mar, pese al fuerte temporal existente y con el riesgo que ello supone.
Aunque no hay una evaluación hecha de los daños, el alcalde estima que harán falta unos 30.000 euros para dejar las piscinas como estaban, puesto que el oleaje ha roto mobiliario de la zona de baño, barandillas de protección, ha arrancado el cemento de las pasarelas por las que transitan los bañistas y dañado de manera importante los jardines, entre otros destrozos.
Los desperfectos son importantes, ha dicho Qadri, que insiste en que ahora lo importante es que la gente evite acercarse al litoral por el mal estado en que se encuentra el mar.
La Palma, junto con El Hierro y Tenerife, se encuentra desde ayer lunes en situación de alerta por fenómenos costeros adversos. Por ello, se recomienda a la población extremar la precaución y evitar acercarse al litoral para evitar desgracias personales.
En Tazacorte, el mar ha entrado en la Avenida, que los operarios municipales limpiaban estaba mañana de tierra y piedras para dejarla operativa para el tráfico.
spica
Suelo ir a La Palma una vez al año, desde hace muchos y normalmente en verano. Mi visita a las piscinas de la Fajana siempre fue casi una obligación (soltero, casado y ahora con mis nietos) Me parecía uno de los lugares de baño más encantadores y seguros de la isla. Al retorno una carne a la parrilla en cualquiera de los bares conocidos, en especial Casa Asterio, y a viaje. Una o dos veces me daba el paseo durante mi estancia allá. Hace ya varias fechas que deje de visitar este lugar de ensueño. Después de un largo baño subía uno a las duchas –artesanales pero muy agradables y abundantes- para continuar el paseo, refrescado y enjuagado debidamente con agua dulce, lo que conllevaba hacer acopio de monedas de 50 céntimos para introducirlas en la ranuras que activaban el suministro de agua. Esto no funciono en ninguna, la última vez que estuvimos allí, y daba la sensación de estar abandonado todo el lugar. Les puedo asegurar que mis viajes a La Palma han continuado, pero he dejado de ir a la Fajana. Si, aprovechando la reparación de los daños de este ultimo temporal, subsanaran esta anomalía, me será gratísimo, comprobarlo este Verano. Eso espero.
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