El municipio ofrece en el primer semestre del año cinco nuevas citas con la narrativa oral de la mano de destacadas figuras de la literatura canaria
Por tercer año consecutivo, el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane pondrá al alcance de los amantes de la narrativa oral una nueva convocatoria del programa de cuentos para adultos “Érase una vez”. Una iniciativa que, en esta edición, incluye durante el primer semestre de año un total de cinco citas con destacadas figuras de la literatura canaria que deleitarán al público asistente con sus particulares estilos.
La concejal responsable del área, Charo González Palmero, señaló que “la iniciativa se convertirá en uno de los reclamos culturales por excelencia del Espacio Cultural El Secadero donde entre los meses de enero y mayo se pondrá de manifiesto que no existen límites, fronteras ni edad para dejar de disfrutar de un género tan particular y sugerente como son las narraciones orales”.
Además, recordó que “la narración oral para adultos ha jugado un papel importante desde comienzos de la legislatura en la programación cultural del municipio, tanto en el patio del Espacio Cultural Real 21 que acogió a narradores de la talla de Pedro Ángel Martín Rodríguez, Antonio Conejo, Martha Escudero o Bonaí Capote y, posteriormente, en el Espacio Cultural de El Secadero, donde Érase una vez comenzó a tomar consistencia con actuaciones como las de de Boni Ofogo, Bonaí Capote, María Buenadicha o Mon Peraza, entre otros”.
La puesta en escena del programa cultural correrá esta vez de la mano de Pedro Ángel Martín Rodríguez que, mañana viernes 11 de enero, a las 20:30 horas interpretará “Muñecas Rusas”, un monólogo teatral basado en textos de Albert Espinosa, Juanjo Millás y el propio autor que narra cómo nadie pasa con indiferencia por delante de una muñeca rusa sin sentir la necesidad inmediata de abrirla, de encontrar algo diferente pero que nunca aparece y que, incluso, no somos capaces de hallar dentro de nosotros mismos.
Un espectáculo de infrecuentes artes escénicas que recuerda que las casualidades nos ayudan a romper las reglas de la vida, alteran el contenido de nuestras muñecas rusas y nos enseñan a crecer y olvidar los miedos. Sonrisas y emociones ocultas en estas muñecas que se abren y cierran en escena para contar la historia de un hombre con miedo a crecer y ser diferente; libretas de colores llenas de dudas tontas, prácticas, eternas, complicadas; un saco de boxeo y un maniquí al que le sudan los sobacos; una bombilla enamorada de una nevera; una UVI, un niño que se olvidó de reír y un faro mágico muy cerca del mar.
La segunda cita con la narrativa oral será el viernes 15 de febrero, con “Utopías, Distopías y Ucronías”, de Javier González. Un cuento más real que ficticio, inspirado en la creencia de que el ser humano tiene una imperiosa necesidad de creer en mundos fabulosos. Desde los Campos Elíseos hasta el Cielo, todos no son más que creaciones cuya única función es dar esperanza a aquellos que hollamos este planeta. De ahí la necesidad de los relatos de ciencia-ficción, en cuyos mundos, utópicos, distópicos o ucrónicos, reside una advertencia. Lo real es esto y todo lo demás un sueño.
Asimismo, el 15 de marzo, será Juan Carlos Tacoronte quien conquistará al público “Pandeayer”. Una historia que nos recuerda cómo a veces vamos por el mundo a tientas, entre las luces y las sombras de una vida que sigue siendo un misterio. En medio de esta tesitura, una madre busca sentido para levantarse y poner los pies en el piso, después de la larga noche, insomne. Madre que hace cola para la bolsa de macarrones, garbanzos y lentejas, salchichas tulipán y arroz, que limpia escaleras y cuida a una señora impedida a cuatro euros la hora. Y que trabaja sin tregua, pero no le alcanza.
“Pandeayer” es otro artilugio de “cuentería”, la vida y la épica de un chiquillo que aprendió a nadar en una letrina y que comía libros de matemáticas y otras “filosogerías”. Andaba de casa en casa pidiendo el sobrante y el pan seco le hacía poner los ojos en blanco, mirando al cielo, como si fuera un santo de tiza o de palo, igualito a los que hay en el retablo de la santa madre iglesia.
Y es que narrar es contar la vida, si ponemos asunto, todos nos está contando algo, alguna cosa de todo eso, valdrá la pena para ser contada. Como los árboles, nuestras raíces tejen los lugares por donde nos cruzamos, todo lo que sucede, nos sucede a todos. Contar es algo tan humano como el pan, que pusimos sobre la brasa, hace ya más de cuatro mil años. El pan es igual que el corazón que late en el pecho de los hombres sin trabajo o de las mujeres mal pagadas haciendo el mismo trabajo que sus hermanos, corazón y pan, se endurece con el paso de los días.
Érase una vez continúa el miércoles 24 de abril con “Las Brujas de Naga” presentado por el escultor y poeta Fernando Garciarramos y la pianista Blanca Quevedo que da a conocer la fusión entre una inquieta y sorprendente pianista, cantante y compositora canaria y un consagrado e insigne poeta y escultor, artista integral isleño que muestra y entrega su obra con profunda, pausada y hermosa voz. Contribuyendo a la concienciación del pueblo canario de la joya medioambiental que Anaga representa y por ende, su conservación.
El objetivo es doble: por un lado, la creación de un CD donde se recoge y perpetúa este trabajo en que se alternan las canciones de Blanca y los poemas de Fernando recitados por el propio autor, y por otro, un número limitado de actuaciones en directo, para que el público que lo desee, tenga la posibilidad de compartirlo y vivirlo con sus creadores y adquirir el CD, si lo desea.
El programa concluye con la convocatoria el 17 de mayo de “Las Mil y unas Noches” con Héctor Urién. Un beso largo, un amor que cada noche trata de seducir para no morir en un espectáculo liderado por este narrador profesional madrileño que pone en escena una novedosa y original historia inspirado en Sheherezade, que invita a revivir la magia, el misterio, la risa y la sensualidad en una noche árabe.
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